¿Dados cargados, más de lo mismo?

Hace muy poco escribí sobre “El Desfile del Circo” y tengo la esperanza, o la boba ilusión que alguien me leyó. Lo anterior lo afirmo por lo siguiente: El hecho que Ernesto Castro, secretario privado de la presidencia renuncie a su cargo, “hueso con carne como dicen en mí pueblo” y se postule para diputado a la Asamblea Legislativa. No deja de causarnos una mezcla de indignación y asombro, al tiempo que nos despierta todo tipo de sospechas. Amén que en la apariencia, que se permita el desfile de aspirantes a los cargos de elección popular de toda la gama de personas y perfiles inimaginables, percibo DE INMEDIATO, tal y como comenté al final de mi artículo previo, que se trata de una charada bien orquestada.

Permítame estimado lector ampliar. No solo es este funcionario de alto nivel que se lanza a la Asamblea. Sabemos de primera mano, que otros funcionarios también lo han hecho, y que además se aprovecharon de hacerse “campaña” recurriendo a las ayudas humanitarias que él ha distribuido en estos momentos de crisis.

Aún más: Sabemos QUE HIJOS Y FAMILIARES DE FUNCIONARIOS DEL GOBIERNO SE POSTULAN. Las preguntas inmediatas que nos resultan son ¿Cuáles serán sus bases populares para luchar en una contienda “democrática e igualitaria” con o en contra de los “de la llanura? ¿No tendrá desde ya ventaja sobre el populacho, la gente a la que se le ha dado paja que “el partido está abierto para cualquiera”? Sabemos con certeza, que gente que cuenta con familiares en altos cargos del gabinete de gobierno, TAMBIEN TIENEN CARGOS DE ALTOS MANDOS DENTRO DE LA ESTRUCTURA PARTIDARIA DE NUEVAS IDEAS.

Todo lo planteado en realidad es alarmante y amerita ser denunciado. Pensamos, que por política, por sentido común, por decencia, por ética (desconocemos si al Tribunal Supremo Electoral le corresponderá vigilar estas postulaciones astronómicas) el señor presidente debería IMPEDIR que sus funcionarios o sus familiares se postulen, porque con lo mismo, él deja muchas dudas y expone la credibilidad y honorabilidad del partido.

Ahora se perfila en forma amenazadora el perfil de la nueva asamblea: GENTE DE CONFIANZA DEL PRESIDENTE, no gente del pueblo, de ese pueblo soñador, de ese pueblo que lo sabe todo y no sabe nada, del pueblo de Roque Dalton. Esto traerá una suerte de aplanadora dirigida siempre por una sola persona, caprichosa y abusiva como hemos visto. Está por verse, y muy pronto si mis observaciones se cumplen.

Espero ser leído esta vez, por a quien pudiera corresponder, y sino, por Juan Pueblo que sueña con una quimera que será movida como títere por el mismo patrón. No solo sería una farsa (No estoy adelantando criterios), sino que un fraude a los salvadoreños, otro abuso de poder, anular la credibilidad del partido, defraudar a las bases y repetir “más de lo mismo”.

Esperamos que el Tribunal electoral o la comisión, o como se llame dentro de Nuevas Ideas no se avasalle, que las personas afiliadas y organizadas tampoco lo hagan, y que la transparencia funcione. Dejen por primera vez en la historia que la gente participe, sino pobre El Salvador aunque ustedes se crean redentores. En noticias internacionales se lee que el Circus de Soleil está despidiendo a sus acróbatas y se declara en quiebra así los “tira fuegos, los motociclistas infernales, el traga luz y la mujer con barba” tendrán que hacer sus maromas en sus casas, todo por la crisis que vive la humanidad y ojalá éste no sea un mal augurio de lo que se les puede venir a Nuevas Ideas: Frustración de los pre candidatos sea a una diputación para la Asamblea Legislativa, por el PARLACEN o por una lejana alcaldía, todo puede pasar; deseo que por primera vez gane una candidatura el que tiene la mejor hoja de vida resumida en cinco renglones y no papelones difíciles de leer, que el capaz sea electo y no el payaso, que el profesional con callos en los codos de tanto leer triunfe y no, el patán, el vulgar, y por ende, incapaz.

Se debe ser crítico en momentos por lo que atraviesa el país, las campañas políticas siempre se sustentan en la ofensa al adversario y no en perfiles que reúnan la mejor preparación. Viene a mi mente que desde la época de la Democracia Cristiana en los ochenta sonaba una alegre y pegajosa canción: “Sacaremos a ese buey de la barranca, sacaremos a ese buey…” y parece que nada ha cambiado; sin ser Paulo Coelho en su obra “El Alquimista” veo a lo lejos, una campaña dominada por un “enjambre digital” donde el ganador será el más incapaz, ignorante y con un pasado turbulento. La ignorancia supina ha alcanzado límites inimaginables y muchos de los precandidatos no tienen ni idea (Con puntuales excepciones) de lo que es representar, emitir y cumplir la Constitución de la República.

Por: Francisco Parada Walsh, médico salvadoreño

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