Con mucho detenimiento he leído el artículo de Fernán Camilo Álvarez Consuegra, en la edición pasada, sin embargo, como musulmán debo decir algunas cosas para que no se confunda el sebo con la manteca.
En primer lugar, debo aclarar que la base de nuestro credo son el sagrado Corán y la práctica del Profeta. A diferencia de la opinión cristiana de la Biblia, nosotros creemos que el texto coránico fue dictado por Dios, palabra por palabra.
También consideramos que lo que Muhammad, la paz y las bendiciones sean con él, enseñó lo hizo por inspiración divina. Dicho ésto, pasamos a considerar algunos puntos muy generales.
Allah dijo en el bendito Corán: » Perdónalos y pide perdón por ellos, y consúltales ( en los asuntos importantes).» Capitulo 3, versículo 159. De suyo se comprende que la consulta que manda Allah no es ni con el espejo ni con la almohada. Y lo que en éste país está sucediendo es la marginación absoluta de la oposición, hay una total ausencia de debate político, por temor, por prepotencia, por lo que sea, pero no hay debate y no es porque no haya oposición.
Allah también dijo: «Oh creyentes, eviten las conjeturas, porque algunas son pecado, no espíen, no calumnien, les gustaría comerse la carne de su hermano muerto? les causaría horror, teman a Allah!» Capitulo 49, versículo 12
Hemos visto como desde que llegó a la presidencia desató una campaña de odio en contra de la oposición junto a una campaña por su mesianismo. Sobre el espionaje sólo menciono Pegassus. El Estado salvadoreño, al contrario de lo que el autor del artículo piensa, no es un estado clerical islámico. Lo que vemos es un gobierno tribal que se en beneficio de 4 personas. No hay nada islámico acá. No se confundan.
Atte: José Villalta
