Marcha magisterial

El viernes 26 de enero, San Salvador aprecio un hecho que no aconteció en los últimos 50 años: los educadores marcharon. Ese día varias de las gremiales existentes y en unidad, se organizaron y tomaron las calles apropiándoselas, en demanda del cumplimento de la ley de la carrera docente.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández

Pero hagamos un poco de memoria.
Los que nos acercamos a nuestra sexta década recordamos que la última vez que los educadores demandaron en unidad sus derechos, fue a mediados de los 90´s, tomando la que antes fuera la plaza universitaria al costado de la Catedral en San Salvador, donde por 2 semanas plantaron sus demandas ante el gobierno de la época, que aunque corrupto hasta el descrédito, no era sanguinario, por lo que todo se zanjó con sendos descuentos, una aguda campaña de desprestigio y el adelanto de parte del estado neoliberal por concretar la semi privatización de educación al constatar el debilitamiento gremial en el que quedó el magisterio.

Fue otro gremio representante del sector público, el de los médicos organizados, que con mucho valor y mediante una campaña sostenida logró hacer retroceder a los gobiernos de la época en sus planes de privatizar tanto a educación como a salud pública.

Luego de aquello, el magisterio, que alguna vez lideró al pueblo salvadoreño con su ejemplo, enfrentando con las manos desnudas a la soldadesca y los regímenes militares donde fuera necesario, pagando con gran número de mártires sus esfuerzo por instalar la democracia y que la justicia y la equidad se hicieran ley en la República, derivó en una gradual disgregación por el corrupto arreglo entre algunos líderes gremiales magisteriales y el régimen, entregándoles a las AFP´s y dando al traste con mucho de lo logrado por aquellos mártires que dieron todo por la educación.

Así, el magisterio perdió su valía moral, dejándose arrastrar por los vientos neoliberales que pusieron precio a todo, reduciendo a los educadores a apenas transmisores de saberes, lo que por supuesto y por dignidad no todos aceptaron hacer de buena gana.

Aparecieron varios nuevos gremiales, las más con apenas el secretario general y los miembros de la junta directiva, que así favorecieron a la patronal, entregando a sus camaradas y reduciendo aún más al gremio.

Ese nivel de degradación organizativa le da a esta acción de parte de los docentes el pasado viernes 26, el valor de gigantes, pues de nuevo los educadores, en un escenario represivo, con un número que superó fácilmente a los 4,000 docentes en la calle [recordemos que son alrededor de 45,000 docentes en servicio activo, por lo que 4,000 marchantes es un número representativo que hace temblar al régimen, que recuerda de lo que son capaces los docentes cuando organizados y comprometidos, dan la cara en defensa de la institucionalidad y la República], asumiendo de nuevo el deber y el ejemplo, de liderar al pueblo en las calle, demostrando que el temor a las represalias pueden ser vencidos, pues por encima de ello está nuestro papel ante la historia.

*Educador salvadoreño

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