Gobernanza que marca diferencia en ámbitos donde la colectividad y la comunidad sufren las consecuencias de políticas y toma de decisiones abusivas y arbitrarias

El país continúa degradándose en pro de intereses que claramente no son los de la colectividad y comunidad que sigue viviendo en condiciones de empobrecimiento acelerado, como resultado del posicionamiento de un ejercicio autoritario y dominante del poder en varios sentidos; los supuestos de mejoría económica para la gente son en mucho nada realistas, y se convierten en nefastos para quienes se ven afectados por tales intereses, decisiones egoístas, fraudulentas de las élites pudientes que dominan los ámbitos políticos, socio económicos y medio ambientales de la sociedad bajo una gobernanza propia y hasta “sui generis”.

Por: Róger Hernán Gutiérrez[1]

El deterioro que se sufre por las mayorías, que no son parte de esas minorías concentradoras de riqueza y, que están fuera de los ámbitos del círculo de poder cerrado (cúpula del gobierno y empresarial) que se continúa favoreciendo de las condiciones de miseria, resultado de exclusiones, marginaciones sociales y deterioro de condiciones materiales de existencia que van siendo afectadas a diario; en tanto impactan las vidas familiares presentes y a futuro, dado que subsisten sin empleo, sin salarios, sin subsidios, con desprotección social plena (salud, educación, previsión social, vivienda), engrosando las poblaciones que no votan (más del 50%), que viven fuera de la formalidad y que se asientan en territorios agrestes, sin agua potable y sin servicios públicos esenciales.

Estas poblaciones que viven en la total marginalidad social, que se trasladan y migran a las urbes y suburbios para obtener ingresos mínimos para la subsistencia, y que son los primeros en ser desalojados por las razones económicas que favorecen al grupo en el poder, llámense centros comerciales, infraestructura de carreteras, puentes, edificios de apartamentos lujosos, zonas residenciales de alto poder adquisitivo, edificios de negocios, hostelería, turismo y resort, túneles con video maping; surf city, ciudad bitcoin; viaducto de los chorros y tantas otras construcciones que requieren altos endeudamientos, y con afectaciones drásticas al medio ambiente; y que obstruyen cumplir con eficacia los servicios públicos mínimos a la población marginada y excluida, que no ve en estos megaproyectos beneficios concretos, en tanto son sólo para apoyar a las élites que concentran la riqueza.

Es claro que el empleo formal no crece, ni se desarrolla la economía y menos se avanza hacia el pleno empleo, y los supuestos progresos, que se propagandizan en las redes sociales oficiales sin cambiar las estructuras de dominación, que siempre han decidido los destinos del país. Hay simplemente una nueva lógica de gobernanza, de una construcción de democracia en pro de la élite en materia de decisiones, sin importar el proceso, ni los resultados. En consecuencia, no tiene ningún interés en que se haga bajo una construcción colectiva y políticamente regulada, el violentar la estructura legal, no interesa, sino el grado decisional tomado.

Se trata de una gobernanza muy particular con reglas, normas y acciones, que se estructuran en espacios cerrados, y no son sostenibles, ni se regulan y menos se rinden cuentas hacia el conglomerado que dizque las apoya. Es una forma de ejercicio del poder concentrado en un líder, con determinada organización en pro de sus intereses; con clara característica capitalista, sólo importa la ganancia, y el enriquecimiento propio es adoptado como si se tratara de beneficio para la colectividad y la comunidad. Pudiendo adoptar diferentes formas y resultados, pero la motivación es propia del líder que domina.

Hay una sobre valoración del ejercicio de poder, se pretende anular todo lo que es “analógico”, bajo la supuesta consigna de ser acusado de tecnófobo, términos que se van adaptando cual si ello significara toda la verdad, se va imponiendo una infraestructura de datos sin base y con bastante ideología, que sustentarán lo político, técnico, legal y organizacional: la contratación de personal, el trabajo en la hacienda pública con cambios de funcionarios, reformas, decisiones como la implementación de la factura electrónica, el sistema de planilla única, fusiones de instituciones, servicios públicos pensados de otra manera; autonomías diversas violentadas, geopolítica modificada, posturas políticas pseudo constitucionales, anulaciones y activación de medios de comunicación; controles excesivos hacia intereses que perjudicarían el tipo de gobernanza adoptado.

La existencia de formas dinámicas y un centralismo en la coordinación, asignación de responsabilidades a determinados grupos o personas que se han granjeado una alta confianza, procesos específicos que den un valor público a los datos. Todo ello se va montando sobre una base social, alienada con su propia subcultura de chanza, de ser bayunco y de estar fascinados por la sorpresa—aunque esta sólo sea una cortina de humo—que está claro van siendo útiles a la depredación de quienes ahora dominan su existencia.

[1] Sindicalista salvadoreño

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