Argentina | El huevo y la serpiente

Detrás de los ojos de un celeste acerado, las patillas a lo Elvis y el pelo revuelto del candidato Javier Milei existe un personaje con menos carisma, de gesto duro y mucho más oscuro llamado Victoria Villarruel, su candidata a vicepresidente.

Por: Marcelo Valko*

A diferencia del economista que supone estar más capacitado que la mismísima mano invisible del mercado de Adam Smith, doña Victoria, pretende ser la mano que busca reencarnar a los peores represores de la dictadura cívico-militar-eclesiástica de 1976.

Villarruel no hace mucho realizó un acto en la Legislatura de Buenos Aires para reivindicar a los muertos por “el terrorismo” que fue repudiado por amplios sectores del país y causó asombro e incomodidad hasta en medios ultraconservadores que titularon “Organizaciones repudian el homenaje de Villarruel” (La Nación: 03/09/2023).

Ella participó de “Jóvenes por la Verdad”, un grupito que tenía más nombre que integrantes, y fue quien coordinaba las visitas entre otros a Jorge Videla condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad.

A cuarenta años de la restitución de la democracia semejante negacionismo de lo ocurrido resucitando la teoría de los dos demonios, negando la cantidad de 30.000 desaparecidos, una cifra simbólica como los seis millones de judíos o el millón y medio del genocidio armenios es una afrenta intolerable.

No olvidemos que Victoria Villarruel cuando juró como diputada lo hizo “por las víctimas del terrorismo”. Imaginen que hasta un medio de lo más rancio del establishment al referirse a tal juramento tituló “Negacionismo en el Congreso” lo que no es poco decir (Ámbito Financiero, 07/12/2021).

Esta señora, tiene una agenda bien completa, apenas asumió no tuvo mejor idea que presentar un proyecto para derogar la ley 26.160. Esta ley tiene precisamente la finalidad de encontrar una solución a la emergencia territorial de las Comunidades Indígenas de nuestro país.

Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que no solo en Argentina sino en toda América los reclamos indígenas por maltratos, vejaciones, sustitución de cosmovisión y usurpaciones de tierras vienen de muy larga data, podríamos decir que comienzan el 13 de octubre de 1492.

Villarruel en los fundamentos de su ocurrencia para derogar la ley asegura que “solo sirve para amparar las usurpaciones y sirve de paraguas para cometer delitos”. Atrás de este proyecto, se enmascaran siniestros intereses económicos.

Asistir a estos malignos intentos de negacionismo, espantos ya vistos y escuchados, dan la impresión que nos encontramos en el fondo del tiempo, en un recóndito laberinto que tira la historia por la borda e insiste una y otra vez en presentar a las víctimas como victimarios.

En caso de ser presidente Milei doña Victoria sería la N° 2 del gobierno. Una dupla perfecta donde es difícil distinguir al huevo de la serpiente y sin embargo son firmes candidatos a llegar al ballotage.

Presenciamos la derechización de buena parte de la sociedad que parece embelesada ante un nuevo profeta “libertario” que miente desde el vamos.

El huevo que pone la serpiente al comienzo siempre parece inofensivo: un emotivo homenaje a víctimas, “precisar” el número de desaparecidos, hablar de algunos “errores y excesos”, revisar leyes… Semejante negacionismo sería impensable en Alemania.

Son tiempos de estar atentos y denunciar cada una de estas maniobras, cada uno de estos síntomas patológicos para desmontarlos y desenmascararlos. Pese a la oscuridad que acecha es lento, pero viene.

* http://marcelovalko.com

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