Historias al margen: sobrevivir al régimen de excepción

El Servicio Social Pasionista, es una organización no gubernamental de la congregación pasionista que vigila los derechos humanos.

Por: Miguel A. Saavedra

Publican “Historias al Margen: sobrevivir al régimen de excepción en El Salvador” en el mes de septiembre de dos mil veintitrés. En el prefacio sostienen que más de setenta y un mil personas han sido detenidas, en año y medio de estado de excepción. Miles han sido capturados de manera arbitraria e ilegal a discreción del “juez de la calle”. Hay familias que enfrentan procesos judiciales de uno o más parientes detenidos, sin garantías y con posibilidad de quedarse en prisión durante meses o años. Al mismo tiempo, cientos de personas se enteraron de la muerte de un familiar detenido, sin que nadie les explique por qué enfermó, ni aclaraciones sobre los golpes que traía el cuerpo o su estado de desnutrición. También, hay familias desintegradas, desplazadas o buscan emigrar en un intento por sobrevivir.

Los pasionistas manifiestan que, en este contexto, contar historias, es un acto reivindicativo, en medio del impacto que genera el régimen de excepción en la vida de las personas que han pasado por una detención. “Historias al Margen”, presenta tres historias: dos de mujeres jóvenes detenidas, las cuales crecieron en territorios controlados por las maras y pandillas. Y una tercera historia, que es la experiencia colectiva del Movimiento de Víctimas del Régimen (MOVIR) en su búsqueda de justicia.

Citlali nace en mil novecientos noventa y cuatro. Es la tercera de una familia de cuatro hijas. Su madre siempre trabajo, por lo que se cría con su abuela materna. Sufre de muchas carencias y abandona la escuela, con estudios hasta quinto grado. Ya adolescente, su madre, Guadalupe, se acompaña con Mauricio, ella y sus hermanas se mudan a vivir con ellos. En una relación que establece con otro adolescente, queda embarazada.

Los territorios de las pandillas, eran lugares abandonados por el Estado. Por la situación de violencia en ellos, es detenida por la policía y a continuación liberada. Nace su hijo, pero, su pareja nunca asumió su responsabilidad, por lo que le deja su crianza a Guadalupe y Mauricio. Fue detenida por segunda vez, cuando tenía dieciocho años. Fue capturada con su hermana Josselyn y acusadas de extorsión agravada. Al momento de la detención, ambas estaban embarazadas. Citlali fue absuelta, pero su hermana, fue condenada. Cuando nació su segundo hijo, tenía relaciones con José, quien meses después es asesinado.

Años después, conoció a Jorge, un hombre casado, con quien mantuvo una relación hasta su captura bajo el régimen de excepción, esto, en el mes de julio de dos mil veintidós. Ante la ruptura de negociaciones entre el gobierno y las pandillas, se registró un alza de homicidios. El gobierno solicitó el Estado de Excepción a la Asamblea Legislativa. Su aprobación trajo miles de detenciones. Las colonias, barrios y municipios controlados por las pandillas, fueron invadidos por policías y militares.

Citlali fue capturada cuando iba a recoger a sus hijos a la Escuela. La acusación de extorsión en su pasado, fue el motivo para quedar detenida. Inicialmente fue llevada a Cárcel de Mujeres. La celda estaba atiborrada de mujeres. Le permitían bañarse cada cinco días. El consumo de agua se limitaba a un vaso diario. Aunque recibía tres tiempos de comida, estas se encontraban en mal estado. Recuerda que a las mujeres les negaban la atención médica. En algunas celdas murieron personas por ello.

Luego, Citlali fue llevada al Centro Penal de Apanteos. El trato de las custodias era abusivo y sobraban los castigos físicos. Cada celda tenía una encargada, que era una interna, quien gestionaba la repartición de comida y vigilar que no hubiera conflictos. Las encargadas de sector, eran custodias y se coordinaban con las encargadas de celdas. La liberaron de noche y desde entonces, no cuenta con suficientes ingresos. Teme ser capturada nuevamente. Aparte que, desde su detención, su salud se vio muy perjudicada.

Dayana tenía doce años cuando su hermano Alfredo, fue asesinado por las pandillas. Al terminar el bachillerato, quería seguir estudios de turismo. Se empleó en una empresa turística, con quien viajaba a Honduras los fines de semana. Conoce a Henry, de quien queda embarazada. Este no se responsabiliza de su hijo, por lo que termina la relación.

Dayana abre una pequeña tienda, pero, las pandillas le obligan al pago de la “renta”. Enferma de apendicitis y es operada. Estaba recuperándose cuando es detenida, acusándola de pandillera. Los agentes capturaban individuos indiscriminadamente, para llenar las cuotas diarias de detenciones. Fue trasladada al Centro Penal de Apanteos. Dayana cuenta que ella no recibió ninguna atención médica, a pesar de estar recuperándose de la operación. Igual a ella, otras mujeres tampoco recibieron atención médica. Ella presencio la muerte de varias internas dentro del centro penal. En ocasiones, las custodias les disparaban gases lacrimógenos. Recibía tres tiempos de comida en mal estado. Seis meses después de su detención, es puesta en libertad.

Los padres de Dayana, Humberto y Evelyn, no dudaron en denunciar su detención. En una marcha de MOVIR, Humberto concede entrevistas a los medios de comunicación y presenta una denuncia ante la Inspectoría General de Seguridad Pública. Dos días después de la denuncia, la policía acosa a la familia López. Detienen a Humberto y al hermano menor de Dayana, Oscar, mientras que su madre, Evelyn y su hermana menor, Brenda, dispusieron desplazarse de la zona.

La policía puede detener a cualquiera sin ninguna prueba, más que la supuesta “pertenencia a las pandillas”. Ante este escenario de incertidumbre legal y abusos, Alfredo, Gabriel, Melissa y Sonia, coinciden en que tienen un familiar detenido por el régimen de excepción. El día en que un familiar es detenido, la vida cambia. Tienen que enfrentarse a instituciones estatales, buscar en cual bartolina está detenido, conocer las razones y los delitos que se le imputan. Cada caso es diferente, pero, un mismo círculo de injusticia: detención de una persona inocente.

En el contexto actual de discursos de odio y estigmatización social, contar con un espacio de apoyo colectivo permite seguir adelante, tener esperanzas y ayudar a otras personas. El Movimiento de Víctimas del Régimen (MOVIR) está conformado por padres, madres, hermanos, hermanas, amigos, amigas, otros familiares y tutores de personas detenidas de manera ilegal y arbitraria. El movimiento se ha convertido en un referente para las organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación y la misma ciudadanía, que han visto su ímpetu para seguir exigiendo justicia.

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