FIN A LA DEMOCRACIA EN EL SALVADOR. Por: Walter Raudales

Por: Walter Raudales*

La reforma legal, aprobada por la Asamblea Legislativa dentro del marco del régimen de excepción, que incuye hacer juicios colectivos y que puedes estar preso y hacerte tu audiencia inicial hasta dentro de dos años, es una verdadera ABERRACIÓN JURIDICA porque rompe la esencia misma de la democracia.

Democracia, (palabra que proviene del latín “democratĭa”, y éste del griego δημοκρατία dēmokratía) es una forma de organización social y política en el cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen conforme a mecanismos contractuales.

Esos mecanismos contractuales se establecen a través del Estado de Derecho. Entonces al romper aquí el Estado de Derecho lo que sucede es que prácticamente se rompe la democracia. Con esos juicios en colectivo rompes lo fundamental de la sociedad, su  Estado de Derecho ¿Si eso es así qué nos queda?

Lo dijo la Magistrada de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia ante la Comisión de Diputados en la Asamblea Legislativa: “los jueces se van a convertir en “pasapapeles”. Si los jueces se convierten en “pasapapeles” del Ejecutivo, no existe para la ciudadanía un mecanismo que les defienda y garantices sus derechos humanos más elementales, en este caso nos referimos a todos los inocentes capturados.

Lo que subyace detrás en estas reformas, no es si son 24 meses o los mismos juicios colectivos, de lo que hablamos es de ese gene autoritario que llega a destrozar todo el Estado de Derecho y a convertirnos ya en un Estado no democrático.

Al estar desmontado el Estado de Derecho no tiene sentido el uso de los recursos judiciales. Tiene que ser otro tipo de luchas, no judiciales. Hay movimientos sociales en donde están todas las expresiones de la sociedad sin distinción, y el movimiento popular que aglutina a organizaciones propiamente de izquierda. Ya el movimiento popular en El Salvador se está planteando: ¿Qué hacer en un país en donde la democracia ha sido torpedeada, porque las instituciones han sido cooptadas, en donde el Estado Derecho ha fallecido?

Hoy leí que al Juez Antonio Durán, crítico del régimen, denuncia que llegaron personeros del Instituto de Ética Gubernamental a hacerle una investigación porque llega tarde: eso es usar todo el entramado institucional para persecución de opositores.

Estamos claros que hay inocentes en esas más de 70 mil capturas durante el Régimen de Excepción, hay policías que lo han dicho que les pedían cuota de capturas diarias de personas y les premiaban con un bono, entonces hacían redadas, eso es violación absoluta de los derechos humanos, lo ha aceptado el mismo Ministro de Seguridad, incluso han liberado a casi cinco mil capturados por no tener vínculos con pandillas. ¿Cuántos inocentes más hay ahí presos? En el país, el Estado de Derecho, ese pacto social de nación no les garantiza a estas personas esos derechos, ese es el punto.

Me impresiona ver a profesionales del derecho que quieran defender lo indefendible. Es un principio fundamental y constitucional el derecho a la presunción de inocencia. Con todas estas reformas se oficializa la violación al debido proceso judicial. No se puede con discurso de “dar seguridad” destruir la democracia. Eso es lo que está pasando y ha pasado.

Estos juicios colectivos que se ha aprobado violenta el principio básico del derecho penal que es el principio de responsabilidad, donde cada ciudadano debe responder por sus acciones. Al no individualizar a cada persona respecto de sus acciones se violenta varios principios constitucionales.

Cuando se da el golpe judicial el 1 de mayo del 2021 y se expulsa a la Sala de lo Constitucional y se imponen nuevos abogados, evidentemente plegados al oficialismo, pasaron unos meses y luego, arbitrariamente, se expulsa también a todos los jueces con más de sesenta años, de manera arbitraria también porque los jueces son vitalicios, entre propietarios y suplentes estamos hablando de casi doscientos nuevos jueces, casi todos plegados al oficialismo también, con cero experiencia en la litis judicial. Hay un alto porcentaje ahí de jueces que su currículo no da para tener ese cargo. Aquí ha habido una cooptación del Órgano Judicial, un poder del Estado que tendría que ser independiente. La lógica del poder en una verdadera democracia establece que el poder –en toda su dimensión- se debe someter al derecho, a las reglas constitucionales.

Hoy en El Salvador hay una violación de los elementales derechos de forma institucionalizada, como política de Estado, eso es responsabilidad del ejecutivo, legislativo y judicial, que están en la misma frecuencia, todos tienen una enorme responsabilidad, porque no actúan en la lógica del contrapeso.

Estamos en un momento bien grave de la historia del país, donde se ha perdido lo último, que sería en este caso el poder judicial que es el garante del derecho de los ciudadanos. El derecho a defensa se ve afectado profundamente, porque para condenar a una persona se tiene que realizar el debido proceso en donde se construye la culpabilidad respetando garantías básicas y elementales. En el caso de juicios colectivos, es claro que no se van a investigar los delitos, ni detenciones arbitrarias, ni allanamientos ilegales. En conclusión esto es el Fin de la democracia en El Salvador.

Entre “puyabotones” y entre “pasapapeles” ¿qué le queda a esta democracia?

Es el fin a la democracia, y que triste que en este momento de mi vida periodística me toque decirlo, anunciarlo, escribirlo: FIN A LA DEMOCRACIA. BIENVENIDOS A LA DICTADURA.

Al hacer un análisis de todas las variables que te da la realidad y la coyuntura te das cuenta que el Estado de Derecho ya no existe y que hay una élite gobernante que está haciendo uso y desuso del sistema judicial y de toda la institucionalidad.

La organización internacional Latinobarómetro, en su más reciente informe dice que en El Salvador hay una AUTOCRACIA. Está afirmando que ya no hay democracia. “El Salvador está dejando de ser una democracia y transformándose en un populismo autocrático. En El Salvador se levanta una nueva autocracia por encima de las leyes y los derechos humanos”, advierte el informe 2023 Latinobarómetro.

*Fragmentos de su participación en el programa radial El Independiente Radio y en el debate televisivo Diálogo 21.

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