Reforma laboral: avance, retroceso, un progreso insignificante y ¿para quién?

En un ámbito bastante restringido, con información limitada y un claro sesgo anti sindical y anti laboral, se dieron cita grupos sindicales a la convocatoria del Ministro de Trabajo para hacer la alocución acostumbrada en estos últimos años, dar a conocer “el buen trabajo” que se está realizando en la cartera, además de reflejar cierto culto a la personalidad en un espacio ad hoc para realzar la figura del Ministro, en su aparente buena conducción en la materia laboral y sindical.

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

Definitivamente lo que se haga en la materia laboral, parecería siempre una acción progresista por lo desfasada y anacrónica que se encuentra nuestra legislación nacional, con orígenes históricos sintomáticos del contexto en que fue creada, hablamos de 1963, inicio del militarismo más estable con el partido de conciliación nacional-pcn- y la presidencia del Coronel Julio (Julión) Adalberto Rivera (1962-1967), para demostrar que había cambios importantes en el país; se da también la ley del servicio civil con un claro sesgo del derecho administrativo por sobre otros derechos, y una lógica de reorganización del servicio civil.

Llegamos a 1972, donde se da la reforma laboral, en el mandato del Cnl. Arturo Armando Molina, en ese tiempo las zonas francas estaban poco desarrolladas en el área de Ilopango, el aeropuerto cercano; no obstante, se impulsaba un desarrollismo industrial en el país en toda la conocida zona del blvd. del Ejército y el mercado común centroamericano(mcc) que tuvo en la década del 60 su mayor apogeo, hasta derivar en el hecho histórico de la guerra de las 100 horas con Honduras; y cerrar el capítulo de la migración “normal” de salvadoreños hacia el norte.

Estas legislaciones y reformas (1963-1972) se dieron en contexto de un desarrollismo industrial y político, que no tuvo más que retrocesos en la economía del país, no obstante dio cierto desarrollo a la constitución de sindicatos de industria, dejando atrás el subdesarrollo del sindicato de gremio y de empresa, que fueron debilitándose aún más en el contexto de la globalización económica (1989-a la fecha); dando paso a nuevas reformas laborales en el marco del foro de concertación económico-social, de importantes reformas en materia del C144 para fortalecer el tripartismo, y de importantes cambios en materia sindical (1993-1994) en cuanto a la organización de los trabajadores en sindicato—constituyéndose el de oficios varios y de trabajadores(as) independientes—y fijando un número de 35 trabajadores como mínimo.

De allí en adelante se dan importantes ratificaciones de convenios hasta llegar a 20 en tiempos de arena, pero sin incorporar los convenios fundamentales como son 87,98, 135, 151, 154, 173, 177, 183; las razones, la población laboral en ese entonces no alcanzó a medir su importancia. Estos o algunos de ellos se han ido ratificando en el camino del 2000 al 2022, pero sin el ánimo de fortalecer las libertades sindicales, sino más bien en un proceso de adaptación del capitalismo a nuevos contextos y definiciones en la economía mundializada.

Ahora bien, con el punto de nuevas reformas laborales (2023), se trata de hacer a la legislación laboral repellos, en tanto son ya caducas, obsoletas y de poco provecho laboral. Pero sirven a los fines propagandísticos de quien las promueve. Para los diferentes grupos sindicales, “hay de todo en la viña del Señor”, y algunos las alabarán de magníficas y de mucho provecho, otros dirán que algo les falta, otros no las aceptarán y se opondrán a ellas; en fin, estamos en un laberinto de condiciones y de propósitos, que difícilmente haremos un análisis concienzudo del punto de reformar hoy la ley laboral.

El ámbito de las relaciones laborales, requiere una ley que regule con fuerza hacia un equilibrio en estas, el actual gobierno y su Ministro de Trabajo, parece no reconocer esta situación, y los servicios de hacer efectiva la ley en derechos laborales y sindicales; la actual sede administrativa no reúne la fuerza moral y mucho menos legal para combatir la inequidad histórica en la misión de regular el capital y el trabajo.

La propia instancia ministerial obstaculiza y manipula los intereses de esa relación laboral. Y procesos de inspección y conciliación laboral entre otros, siguen en su contenido y práctica legal, debilitándose por falta de un accionar progresista, sin llegar a establecer justicia, que sabemos es lo que busca la defensa de los derechos laborales; por lo tanto no sabemos si será un avance, un retroceso o un diminuto progreso, la pregunta que debemos hacernos es que la reforma laboral pretende un beneficio socio-laboral, pero la publicidad y la burbuja, además del secretismo en que se desarrolla el proceso, pareciera que pocos avances o retrocesos están por venir, y ello sin tomar en cuenta que la instancia que aprueba y resuelve las reformas legales, no tiene ni la más mínima idea de lo que como clase trabajadora buscamos en esa progresiva relación laboral.

*Sindicalista salvadoreño

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