En el tema pensiones, las aguas suben y bajan, y las declaraciones no llenan las expectativas

Bajo diferentes criterios de carácter político que todos sabemos; para el caso las recientes declaraciones de funcionarios de la actual gestión gubernamental, que siguen manifestado posturas nada realistas que en lugar de favorecer, generan zozobra e incumplimientos graves; y se cae en la demagogia y el oportunismo político, que provoca crisis y se maltrata a la población cotizante y no cotizante, al pensionado y beneficiario de pensión, física y psicológicamente, que esperan decisiones y acuerdos que lleven al logro de beneficios previsionales de mayor protección social.

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

La situación social es de sumo grave para los que están e ingresan a la adultez mayor, en tanto la protección social a través de políticas, acciones y/o leyes sigue subsumida en el mercantilismo y presa de la lógica financiera internacional. La actual gestión de Bukele anunciaba en el plan Cuscatlán, que primero sería la clase trabajadora, luego el estado y en el suelo las AFP. No obstante, al iniciar su gestión (jun2019) se variaron las prioridades y se ha mantenido el tema previsional invisibilizado, dándole al tema de la seguridad la mayor importancia.

Sin embargo, se rescató el tema previsional como una acción pronta en el marco del bicentario (15/9/2021). No obstante el anuncio, ha ido pasando el tiempo y no se concreta, sin embargo, se ha manifestado poco debate con los sectores involucrados y las instituciones previsionales públicas y privadas, la academia, la OIT, y sectores profesionales que están involucrados en ciencias económicas, actuariales y técnicas que respondan al grave problema que presenta el sistema previsional.

Todos sabemos que la política económica del país, sigue dando tumbos y se deteriora en razón de los vaivenes de la globalización económica (imperialismos, decisiones unilaterales de gobiernos, el impositivo sistema financiero internacional (BM, FMI, BID, etc) como de la propia política económica, que no logra definirse o sigue inclinándose en pro de las fuerzas del mercado, del capital transnacional y nacional; que todos sabemos reduce drásticamente el mercado interno, generando escaso trabajo decente, condiciones de estabilidad económica y nula sostenibilidad y sustentabilidad del proceso económico, en tanto seguimos con una producción agroindustrial, de servicios y comercial de poco valor agregado.

En el tema de pensiones luego del anuncio presidencial, las cuestiones pertinentes al tema no han tenido la acumulación informativa, decisional y la celeridad del caso y, los organismos rectores Hacienda, BCR y SISF, siguen obcecados en viejos y anacrónicos debates, inmersos en una cultura de falta de transparencia, de escaso diálogo social, sólo esperando la iluminación de la idea en el Presidente de la República para que lo pase al pleno legislativo; que sin discusión alguna, aunque se anuncie que va existir una consulta masiva, no garantiza que se va aprobar una ley que recoja las necesidades presentes y futuras de los diferentes grupos poblacionales dentro de la lógica del trabajo, remunerado y no remunerado.

Todos sabemos que la cultura previsional es un mito, la población joven que trabaja no entiende que tarde o temprano llegará a la adultez mayor, y se acumula una alta población en edades mayores que nunca ha trabajado en una labor remunerada o que jamás ha cotizado y no es parte del 27% que cotiza; y es una población económicamente activa u ocupada; que busca trabajo. Por consiguiente, la explosión social del país en años posteriores será una presión importante en la subsistencia personal y colectiva.

Como consecuencia de ello, sigue sin aceptarse el total fracaso de la gestión privada en la administración de pensiones, por cuanto la promesa de una mejor pensión, del aumento de la cobertura y de mayores niveles de rentabilidad de los fondos, no se ha podido cumplir, en primera instancia por no interesar a la AFP las inversiones seguras y de alta rentabilidad. Son instituciones económicas que dentro del sistema financiero, poseen la mayor rentabilidad de funcionamiento y operaciones, pero ello no va en beneficio de los cotizantes, sino del capital corporativo que administra el fondo de pensiones.

La comisión sigue siendo onerosa y mantiene limitando al fondo de pensiones para un mayor ahorro. La gente trabajadora exige, demanda mejores y mayores montos de pensión, se habla de una tasa de reemplazo de hasta un 70 u 80%, sin tener en claro lo fundamental del asunto previsional, primero que los beneficios estén claros para la generalidad, y no haya grupos fácticos con poder para favorecerse de los organismos gubernamentales y privados, como fueron los del D.L.1217 y D.L. 100 favorecidos en detrimento de la mayoría de cotizantes-

Que quede claro el costo de ese beneficio—estudios actuariales y estadísticos—han sido manipulados para justificar su viabilidad; y finalmente quién lo va pagar el Estado (impuestos), la empresa privada, las personas trabajadoras; y ello requiere que la población no cotizante disponga también de beneficios de protección social.

*Sindicalista salvadoreño

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