Hasta donde un estudio penetra las mentes de una sociedad que ignora su realidad

Finalizando el año, en el bullicio alienante y manipulado de nuestra sociedad, se puso ante ésta la propuesta de un incremento al salario mínimo por parte del CDC; y nos preguntamos cómo un estudio de tal naturaleza es asimilado por una sociedad enfrascada en una realidad que no es la que vivimos a diario, unos más angustiosamente otros con menos impacto, en razón de un sin número de comunicaciones espurias, que impactan la vida de la ciudadanía.

Por: Roger Hernán Gutiérrez*

Ante una lógica de crear falsas realidades por estas vías, presentar un estudio del salario mínimo, parece no importar a nadie más que a quienes lo han realizado. No obstante lo anunciado, la rumorología característica en nuestra sociedad, la gente trabajadora se hace la pregunta simple y sencilla de cuándo será efectivo. Nos da la sensación que todos lo quieren, pero que nadie moverá su trasero para luchar un mínimo para lograrlo, y en consecuencia las especulaciones se elevan y las distorsiones provocadas por los responsables y por quienes no lo quieren (el sector empresarial) van permeando y alejándose del debate en serio que debe provocar un tema de tanta envergadura.

La economía que vivimos es clara que impacta en los bolsillos de la gente trabajadora, no hay empleo, hay un sub empleo alto y también una informalidad grande, los salarios son bajos, la cobertura de necesidades sustanciales no se tiene, lo que mantiene en niveles de pobreza (relativa y absoluta) a mucha de la ciudadanía; sin embargo, es poco el sentimiento de acompañamiento a una propuesta importante, pero los pronunciamientos sectoriales, profesionales, periodísticos, sindicales y otros no se manifiestan, y en mucho la atosigante campaña electoral que vivimos nos mantiene ocupados en una atmósfera de irrealidad, sin cobijar la coyuntura electorera este tipo de actividad sustancial para el interés del colectivo y la comunidad.

Los salarios, quienes lo tienen, se saben que no alcanzan para cubrir necesidades vitales y mejorar sustancialmente las condiciones materiales de existencia. Los ingresos de muchos ocupados, que se desarrollan en una lucha por la subsistencia diaria, tampoco son suficientes y ¿entonces por qué la propuesta de salario mínimo es tan difícil de penetrar en nuestra realidad? La atención se produce cuando se convoca a un evento que pretende sembrar las ideas e iniciar un proceso de debate que lleve a la comprensión de su adopción, y por consiguiente su aplicación para la población laboral y pensionada que se ve afectada con un salario mínimo mayor del actual. No obstante, pasa el evento y la reacción colectiva y comunitaria es mínima por la falta de liderazgos sociales y unidad organizativa.

A los efectos del análisis de la propuesta—se trata de un 25%—en cada una de las categorías en que está diferenciado según actividad económica primaria, secundaria y/o terciaria. Y el asunto puede ser vinculado a varias aristas, el marco legal y jurídico que disponemos, es suficiente para hacer que el salario mínimo se mejore sustancialmente, pero ello implica cumplimiento de las instituciones que aplican y son responsables, cuestión que está bastante en duda, el ejercicio del Presidente Bukele ha tenido la habilidad de debilitar la institucionalidad pública y el mercado interno de interés para el 99% de las mipymes y capitales familiares que se nutren de este mercado, siguen una angustiosa carrera para nutrir el negocio de que se trate con la ganancia correspondiente.

Sabemos que hay un problema entre las partes involucradas, en el sector empresarial las empresas vinculadas al mercado interno, no tienen capacidades para producir y disponer de una productividad estable, pero no son los costos de mano de obra los que presionan, sino son los otros elementos de la producción—quedó demostrado en el período de vigencia del 2017-2020, el círculo virtuoso que implicó el aumento significativo del salario mínimo, mejorando sustancialmente las ventas y el consumo. Y ello se debe a que se mejora el poder adquisitivo y de compra de la gente trabajadora que adquiere las mercancías en este tipo de empresas; y por ende se mejora el proceso productivo.

El 20% de agosto 2021, fue un evento compensatorio de la crisis en todo sentido resultado de la pandemia, y una medida unilateral sin el debate que ahora es el momento de hacerlo—recuperación de las condiciones de deterioro, incrementos inflacionarios y políticas públicas poco o nada compensatorias de la crisis económica. “El Estado deberá establecer un orden económico que garantice la alimentación como parte de los principios de justicia social y existencia digna del ser humano, asimismo debe promover el desarrollo económico y so¬cial, incrementando la producción y productividad, es¬pecialmente de alimentos y defenderá los intereses de los consumidores en el acceso a los alimentos”. Esto es incumplido y hace que la discusión pertinente adquiera otros matices sin aterrizar en lo sustantivo del asunto.

*Sindicalista salvadoreño

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