“Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”

Palabras de Desmond Tutu. ¿Cuántos están al lado del presidente? Infinitud. Tristemente aplica la ley del menor esfuerzo donde el opresor lanza cortinas de humo y un pueblo algo confundido, entre rebaño, conglomerado, quizá tiende a ser más una afición deportiva se queda impávida ante el descalabro que vivimos.

Por: Francisco Parada Walsh*

No parece asustar a nadie, al contrario, poco a poco las aguas se amansan; el promedio del salvadoreño no tiene memoria histórica y todo lo olvida o peor aún, evita recordarlo. Enumeraré algunos casos que deberían ser suficientes para nunca reelegir a este gobierno y que cada malhechor pague sus delitos: Pedir quince millones de dólares en efectivo al Banco Central de Reserva por más de siete meses y no dar cuenta de ello.

Alterar los precios de las mascarillas. Masacrar a un personal de salud que aun en este momento no ha recibido el seguro de vida. Dar un tiro de gracia a los ancianos del asilo “Sara Zaldívar”. Comprar productos alimenticios al Cartel de Sinaloa, como que fuera al vecino. Comprar un hotel de lujo por parte de un ex ministro en ocho millones de dólares como que nada pasara. Remover a la Corte Suprema de Justicia y pasearse en todo lo que ha costado llegar, aunque patojos a una democracia medio de goma.

Y lo más grave que ha pasado: Haber negociado con las pandillas la reducción de homicidios que al parecer, la reducción se debe a las desapariciones diarias de jóvenes valiosos ¡Eso es repugnante! Si como sociedad esto no nos conmueve ni nos llena de ira contra este gobierno, no tenemos nada qué hacer en este mundo, y que venza el mal, que reine y baile el diablo en nuestros patios porque un país que da la espalda a su mejor gente como que nada ocurriera, solo dice lo indolente que somos, esos salvadoreños que merecen lo que les pasa que mientras, una rosa entierra a sus dos vástagos, el presidente enciende las luces del árbol de navidad ¡Qué vergüenza! Ahora, reducir el presupuesto a educación y a salud y aumentarlo a Defensa solo confirma que las prioridades están al revés, apostar por un fusil en un país tan pobre y hacer a un lado la salud y la ciencia solo dice que el héroe es el soldado; ese médico sencillo que con tanto esfuerzo culminó su carrera, tiene la opción de ir a un cuartel a alistarse para la nada, no ganará más que un médico, pero será héroe y no el paria que es en este momento.

Si a usted no le importa que le hayan vacunado a su niño con una dosis equivocada ni que se decomise más de mil Kilos de cocaína en España y Costa Rica, usted está al lado del opresor. Y fíjese bien, un opresor débil, demasiado débil que con el miedo cual arma principal amenaza con la violencia, eso solo demuestra esa épica inseguridad de la que adolece y adolecerá. Vamos a la deriva, el barco lo guía un opresor y los que reman, son los miembros de una sociedad que no es sociedad, una farsa de personas que se conforma con recibir el látigo y aun, goza. Sociedad enferma.

Mi desasosiego no lo puedo transmitir, no, lo tengo clavado en el alma, es una alma pequeña, mucho de ella ha muerto, y aun, con ese pedazo de alma sufro todo lo que hemos vivido, y jamás imaginé tanta maldad en una persona. De a ´poco me alejo de los humanos y me acerco más a los animales.

Debe el lector preguntarse de qué lado está, si usted es neutral y su vida transcurre sin novedades, sin dolores, sin frustraciones y desasosiego, usted está del lado de ese opresor; si  usted siente que le hierve la sangre, está del lado de la víctima que se llama El Salvador de Qué.

*Médico salvadoreño

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