Los millonarios en búsqueda de la inmortalidad: el caso de Jeff Bezos

Por Fabian Acosta Rico, Universidad Del Valle de Atemajac campus Guadalajara – México.

La muerte nos intriga; la muerte a muchos nos aterra. Las personas de fe sobrellevan la condición efímera de la existencia, la brevedad de la vida, en la certeza de que hay un mejor destino, uno más dichoso, tras el último aliento cuando estemos finalmente en presencia del Todopoderoso. 

Pero como lo describe la serie de Netflix, Carbono Alterado(2018), muchos no encuentran consuelo ni resignación en la religión y más entre la gente adinerada que puede procurase otro tipo de esperanzas menos espirituales. En efecto, en esta ficción ideada por Richard Morgan, los señores del dinero se valen de sus recursos y acuden a la ciencia y a la tecnología para prolongar su existencia fabricando cuerpos articúlales (fundas) en los cuales migran sus conciencias comprimidas en dispositivos electrónicos de alta tecnología (beterías).

Ocurre que el hombre más rico del mundo Jeff Bezos, el magnate de Amazon, junto con otros millonarios, están invirtiendo en una empresa emergente o startup dedicada a buscar la inmortalidad.

Que mejor uso se le puede dar al dinero que procurarse la longevidad; un grupo de millonarios tuvieron una video-conferencia, entre ellos estaba Bezos, en la que parlamentaron y decidieron fundar una nueva organización de investigación dedica únicamente a conseguir el rejuvenecimiento de la células humanas. La empresa la cual ya es una realidad se llama Altos Labs.

El propósito de esta empresa es implementar lo mejor de los avances biotecnológicos en el propósito de rejuvenecer células en laboratorios que, según precisan algunos científicos, podrían extender la vida de cuerpos de animales enteros y por derivativa también harían lo mismo con los humanos.

Con sedes en Estados Unidos y Reino Unido, Altos Labs promete realizar un sueño de inmortalidad que será, de lograrse, un factor de segregación. Como lo vaticina, Yuval Noah Harari en su libro Homo deus la humanidad en un futuro, no tan lejano, podría quedar dividida entre inmortales ricos y mortales pobres. Suena lógico que dado el sobre-poblamiento del planeta la cura contra la vejez y la muerta no la dispensarán las farmacéuticas a todo mundo; se la reservaron a una élite social capaz de pagar por ella; una minoría dorada que ya no le rezará a ningún dios por la salvación y redención de su alma.

Altos Labs ya ha logrado recaudar 270 millones de dólares iniciales para fondear sus investigaciones y ofrece salarios de un millón de dólares a científicos renombrados que quieran sumarse a la cruzada de lograr la inmortalidad.

Para un cristiano y otros creyentes, la muerte es la puerta a Dios; morir puede resultar  trágico por implicar un desprendimiento a la única vida conocemos; pero, a la luz de la religión promete nuevas esperanzas como la de unirnos a la fuente de luz que dispensa toda existencia; pero, para muchos millonarios, como Bezos, es mejor no fiarse de las promesas teologales y en su demostrado escepticismo resulta mejor ser generosos con la ciencia esperando que ella sea la que les otorgue la vida eterna como el sangriento y sacrílego beso de Drácula; un Drácula de bata blanca.

Fuente: Actualidad socio política religiosa.

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