¿Quién tiene la razón, más que eso debe ser quién tiene la verdad?

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

El país se está convirtiendo en muchas cosas, persiste la anarquía de determinados grupos—precisamente los que se encuentran en confinamiento y aquéllos que su educación, cultura, y disciplina sobre todo no les da tiempo para pensar y hacer una acción consecuente a la situación que impera, pero en el fondo no es contra el Estado ni los gobernantes, lo es contra el estatus quo ( lo cotidiano) que disponíamos ante de declararse la cuarentena, es decir la cultura consumista, la supuesta libertad individual de algo que caracteriza mucho al guanaco “la chanza, la sorpresa, las bromas”, cuando esto no se concilia, la cuarentena parece ser una especie de exilio, que anula los resortes que casi obligan a salir para buscar esas cosas que nos han inculcado por mucho tiempo, algo como, vamos a vitrinear, a ir abrir la boca, a caminar sin ningún objetivo, ir en la chanza, tras el chisme, pero en carne y hueso—bajo el telón de las redes sociales, pareciera no tener el mismo impacto, ni efecto en la psiquis de muchos salvadoreños (as).

El caso de los velorios, con todo ese arraigo, el hacerlo en un número concreto de personas, más tratándose de fallecimientos por coronavirus, eso ha roto mucho de la costumbre y en consecuencia ha trastornado una situación donde también la religión ha influido por años. El ir a chupar, pasarlo en una jodarria extrema, hoy está impedido de hacerse, y más estricto en tanto debe coincidir en el DUI el mismo número para movilizarse a cubrir esas actividades grupales.

La pita se cortó sobre lo más delgado el transporte público, que moviliza a más del 80% de las personas, ya Honduras lo había implementado semanas atrás, eso fue la gota que derramó el vaso en la confrontación que se tiene sobre los intereses oligárquicos, los de una pequeña burguesía emergente y la institucionalidad en sus estamentos dividida a favorecer a uno u otro grupo dependiendo la posición de clase que se adopte, con mi conciencia en pro de una oligarquía (asamblea legislativa, CSJ, determinadas alcaldías y otros estamentos) y en contra del gobierno (ejecutivo) o lo contrario.

La encuesta de la UCA en los centros de confinamiento, aún con las dificultades que implicó recoger datos, arroja que tal algarabía de unos intereses y de otros, está más que clara, hay grupos renuentes, otros conformes y otros que aseguran estar bien, si tal como lo aseguran los periódicos y se hacen los reclamos y demandas ante instituciones como la Procuraduría de Derechos Humanos y/o la Sala de lo Constitucional, fuera ese el tenor de todos los confinados podríamos entonces empezar a creer que las cosas están totalmente mal; el gobierno con todos sus bemoles positivos y negativos estableció una política de confinamiento, la que atacó la yugular del sistema capitalista, la acumulación de plusvalía.

No sabemos después de un debate nacional ambiguo, confuso, donde claramente se ven los intereses confrontados como es el caso de cuándo se apertura la economía, donde las gremiales de las grandes empresas—hoy con su nuevo soldado al frente— y sus organismos de fachada, además de profesionales dedicados a ese papel esgrimen sus mejores métodos de persuasión y convencimiento que las “medidas” de Bukele y Cía, son contrarias a la democracia, al estado de derecho y demás argumentaciones banales que todos sabemos de acuerdo a la historia nacional, que se esgrimen cuando intereses hegemónicos y dominantes han estado en juego, y peligra el estatus quo de la ganancia y la manera de conservar privilegios.

Por otra parte el gobierno Bukele mantiene mucho control sobre estas medidas y hay un apoyo poblacional tácito que es manipulado de varias maneras para salir con algunas peleas en favor, mantiene a la Asamblea Legislativa a raya y la SC no se define si va entrar de frente a la pugna, no se decide entrar en la confrontación y ha puesto al PDDH para que lo haga, el cual no tiene aún un perfil de liderazgo capaz de absorber la demanda de una real y efectiva defensa de los derechos humanos; el Fiscal, completamente incoloro en sus actuaciones y acaba de perder el desafuero de Quijano, donde el poder dominante, mantuvo el circo para ver si se distraía a la audiencia, al final estaba la suerte echada y nada pasó como siempre.

Más que la razón—su debate y quien de los grupos de interés la tiene—es sobre la verdad que os hará libres, quien manipula, engaña y miente, no tiene la razón aunque parezca por la fuerza dominante y el miedo que impone tenerla en esta confrontación.

*Sindicalista salvadoreño

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