Una Sociedad Resentida

Por: Francisco Parada Walsh*

Me iré de este mundo y dejaré un planeta con mayores adversidades de las que me recibieron, poco a poco dirijo la mirada hacia atrás y solo puedo ver daño, destrucción, odio y resentimiento. Quizá debería preocuparme por mi persona y mi entorno pero eso no tiene gracia, vivir como un hongo no es a lo que vine, vine a ser feliz y a dejar un mundo mejor pero todo eso es una utopía, ni soy feliz ni dejaré un mejor lugar para los que deben tomar la estafeta de la vida.

Puedo argumentar que soy feliz pues no me falta nada; tengo techo, un plato de comida, ropa que me protege del frio y de las miradas y unos dos cientos dólares guardados en un marranito; ahora, si el techo me protege de la lluvia pero mi hermano se moja no me hace feliz, si dispongo de un plato de comida caliente pero mi hermano tiene hambre no  me hace feliz, si puedo abrigarme y tener calor cuando mi hermano tiene frio no me hace feliz, si guardo un par de pesos mientras mi hermano pide en las calles no me hace feliz y para darle un tiro de gracia a este artículo debo resaltar el resentimiento que se respira con ese hermano que no me hace feliz.

Nacemos y vivimos con un resentimiento contra todo aquello que no piense igual que yo, todo debe hacerse según mis deseos y si esto no es posible debo usar como argumento, el insulto, la ofensa, la burla. Tenemos mucho que aprender, y no la tenemos fácil pues ese resentimiento se engendra, se pare, se cuida, se nos da pacha con fórmula “R” de resentimiento y debería ser lo contrario; si desdoblamos la palabra re- sentimiento estamos ante un sentimiento exponencial de cariño, de respeto, de solidaridad pero no, el salvadoreño es un sujeto de estudio por ese odio que destila contra todo aquello que atente en su escala de anti-valores.

Entiendo que si mi padre me enseña que el resentimiento debe ser un verbo a conjugar sin duda alguna lo conjugaré por el resto de mi vida; tenemos  una sociedad dividida, resentida donde el odio contra todo aquello que apenas difiera de mi forma de pensar debe ir a la hoguera de nuestra alma ¡Qué tristeza! Viajo a mi infancia, a mis primeros recuerdos y a pesar del rigor académico tuve una infancia feliz, nunca mis padres albergaron odio en mi corazón, solo felicidad cuando se pudo, no fue siempre, los problemas y la ropa sucia se lavan en casa pero jamás hubo injerencia para odiar a otro, para guardar resentimiento contra aquel que no piense como yo, y lamentablemente puedo ver familias que desde el padre hasta el niño más pequeño guardan odio contra todo aquel que no profese mi credo político, religioso y lo más absurdo, hasta el deporte nos mata.

Enfermar la mente brillante de un niño disfrazándolo con guilindujes que  solo demuestran la testarudez e idiotez del padre dice mucho, ensuciar mentes puras con un fanatismo enfermizo solo dice lo mal que andamos como país. Y en la mayoría de casos donde el resentimiento es el común denominador ni se sabe el porqué de tal actitud, sencillamente es odiar a todo aquello que no me parezca.

Muchos de “los Nuevos Resentidos” son todos los que un día fueron fieles seguidores del FMLN, y que por azares del destino no pudieron lograr su particular sueño de obtener “un hueso carnudito” y enfilan sus baterías de odio y resentimiento contra el pasado;  conozco casos de muchísimas personas que consiguieron trabajo gracias al partido de izquierda y ahora gozan de buenos puestos y se burlan de aquel que les dio de comer.

Una sociedad resentida no puede llegar lejos, vivimos en un perol de aceite hirviendo donde nos quemamos el chunchucuyo y gozamos ver al otro quemarse, tenemos muchísimas heridas que sanar y no se ve médico a la vista; sí se vislumbra odio, mentira, venganza contra la nada y contra el todo. Vuelvo a mi senda, a ese viaje sin retorno y no dejaré un mundo mejor, quizá en mi trastocada mente creí que era un deber humano ver hacia mi  prójimo, ver al necesitado, ver a Dios en aquel que la vida no fue vida, pero me equivoqué.

*Médico salvadoreño

2 thoughts on “Una Sociedad Resentida

  • el 26 abril, 2021 a las 1:35 pm
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    Muy agridulce pero verídico.

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  • el 16 abril, 2021 a las 3:08 pm
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    me encantan tus escritos, y realmente son muy verídicos y llenos de mucha bondad, lastima que quieran seguor sembrando odio, me da risa cuando hablan de amnistía y luego quieren que juzguen los hechos del pasado, pero solo de un lado es cuando me pregunto dónde está la amnistía, Gracias por tus escritos. Querido amigo y colega.

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