Sociedades secretas ¿controlan el mundo?

(Por: Maryam Camejo)


Imagen de una manifestación contra el Club Bilderberg.

-Estás mejorando. Intelectualmente estás ya casi bien del todo. Solo fallas en lo emocional. Dime, Winston, y recuerda que no puedes mentirme; sabes muy bien que descubro todas tus mentiras. Dime: ¿cuáles son los verdaderos sentimientos que te inspira el Gran Hermano?

— Lo odio.

— ¿Lo odias? Bien. Entonces ha llegado el momento de aplicarte el último medio. Tienes que amar al Gran Hermano. No basta que le obedezcas; tienes que amarlo.

Quizá este fragmento de 1984, novela de George Orwell, sea uno de los más ilustradores sobre la necesidad de unos pocos de ejercer dominio no por medio de subyugar con fuerza, sino con la conquista de un universo humano más complejo: el pensamiento y las emociones.

Mientras más se perfeccionan los caminos para adormecer la mente, crecen los que sacan a la luz documentos, imágenes, supuestas evidencias de que toda la historia del mundo y el porvenir son un guion cuidadosamente pensado por las élites, unidas en clubes y sociedades secretas desde donde se urden guerras, exterminios, hegemonías y –no por último menos tenebroso– culturas, modas, comportamientos y tendencias.

Sin embargo, asegurar tales afirmaciones obviando otros muchos factores que intervienen en los procesos ya sean políticos, económicos o culturales, puede conducir a una reducción o visión simplista de los acontecimientos. Cuánto hay de verdad o mentira en tales teorías es algo que deberá decidir el lector cuando termine de evaluar estas líneas.

¿Quiénes son acusados de controlar el mundo?

La respuesta, sin titubear, según algunos, es: Illuminati, Club Bilderberg, Skull and Bones (Calavera y Huesos) y otros. La última es una sociedad que se gestó en la elitista Universidad de Yale, ubicada en New Haven, Connecticut, Estados Unidos, en el año 1832. Los miembros son conocidos como Bonesmen (Hombres de huesos) y su emblema es una calavera con dos tibias cruzadas, símbolo que aparece en muchas películas plasmado en las banderas de barcos piratas. Lo curioso es que los que apoyan las teorías conspirativas dicen que los Skull and Bones son una rama de una sociedad más grande llamada Illuminati.

Aquí es cuando empiezan a saltar las alarmas: de entre las filas de la fraternidad universitaria salieron miembros del Gobierno estadounidense, la inteligencia, la banca, la industria y los más prestigiosos bufetes de abogados, además de nada más y nada menos que tres presidentes norteamericanos: William Howard Taft, George Bush padre y Bush hijo.

Varios medios de prensa revelan que el proceso de selección ocurre siempre durante el mes de abril. El miembro debe asistir a actividades de cacería ya sea en África o América del Sur y luego enlistarse en la preparación militar. Después, en el último año de universidad, 15 estudiantes son seleccionados por su rango social, tradición familiar e intelectualidad.

“Skull and Bones ha estado dominada por una veintena de las familias más prominentes del país y sus miembros son alentados a casarse entre sí, modo de consolidar el poder”, afirma Alexandra Robbins, autora del libro Secretos de la tumba, una investigación sobre el tema.

Para muchos, la existencia de esta sociedad es una muestra de la manera en que en los Estados Unidos pretenden dirigir al mundo, para controlar las finanzas mundiales y cualquier acontecimiento político o social, razón por la cual hay miembros en las instituciones clave, como el Consejo de Relaciones Exteriores, en el Senado, la CIA, entre otros.

Los miembros comparten una misma visión del mundo, son capitalistas, partidarios del pseudoliberalismo y acérrimos defensores de los valores de libertad que supuestamente encarnan los Estados Unidos.
Tras la campaña presidencial en 2004, al candidato demócrata John Kerry se le preguntó qué podía decir sobre la importancia de que George Bush hijo fuera su contrincante en la carrera por la Casa Blanca cuando ambos eran miembros de Skull and Bones. Kerry respondió: “No mucho, porque es un secreto”.

Bilderberg: la conspiración más famosa del mundo

El Club Bilderberg se llama así por el nombre del hotel neerlandés que escogieron para reunirse, en 1954, siguiendo la iniciativa de Bernardo de Holanda y David Rockefeller. Desde el principio, el núcleo lo han formado políticos, financieros y grandes corporaciones, aunque a sus sesiones anuales asisten invitados de la élite financiera del mundo. Los encuentros son a puertas cerradas; ni periodistas ni guardaespaldas tienen permitido entrar. Como ha reportado el colega Walter Martínez en su programa Dossier. ¿De qué pudiera hablar toda esta gente en privado con tanto celo? El exagente de contraespionaje ruso Daniel Estulin lo cuenta en su libro La verdadera historia del Club Bilderberg.

A pesar de que el Club siempre ha pretendido buscar un mayor entendimiento entre Norteamérica y Europa tras la Segunda Guerra Mundial y en pos de objetivos comunes, expertos, entre ellos Estulin, aseveran que los intereses reales son otros.

Según él, el objetivo final del Grupo es crear una empresa mundial cuyo poder esté por encima de los diferentes gobiernos del mundo, una especie de poder fáctico supranacional que rija los intereses internacionales. Por tanto, las estrategias están dirigidas a eliminar progresivamente el concepto de Estado-Nación, y hacer migrar el poder local hacia el control de instituciones internacionales, encargadas de ir eliminando paulatinamente la soberanía nacional de los Estados.

Esto, a su vez, se complementa con poderosas herramientas de integración económica intercontinentales, destinadas también a borrar todo poder nacional, sacando del juego así a molestos intermediarios. Se trata, entonces, de un selecto club privado internacional que intenta proyectar y controlar los acontecimientos y el poder mundial, y que tiene información privilegiada sobre los asuntos más determinantes para el futuro de la humanidad.

Los secretos revelados por el exagente le valieron para alcanzar fama mundial e incluso conversó en 2010 con el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien calificó su libro de fabuloso.

La red escondida de los Illuminati

Sobre esta popular sociedad mucho se habla en redes sociales y textos especulativos, pero no hay evidencias concretas de su existencia hoy. Surgió con el nombre de Illuminati de Baviera, una organización secreta de la época de la Ilustración, fundada el 1° de mayo de 1776, para oponerse a la influencia religiosa y los abusos de poder del Estado. Con el apoyo de la Iglesia católica, el Gobierno de Baviera prohibió la sociedad (junto con otras órdenes), y esta debió disolverse en 1785.

Muchos creen que nunca desapareció, sino que sobrevivió en el tiempo y en la actualidad es el lazo que une a otros grupos, como los Skull and Bones. Las teorías hablan de vinculaciones tenebrosas con políticos como Donald Trump o con la industria del cine y la música.

En los últimos meses una nueva ola de noticias especulativas se ha desatado sobre la posible relación del presidente estadounidense con la sociedad, así como hipótesis antagónicas sobre su supuesto interés en destruirla. El sitio británico Express.co.uk puso el tema sobre la mesa este año, luego de que el exministro de Defensa canadiense, Paul Hellyer, diera declaraciones confirmando la existencia de la orden.

Lo cierto es que en torno a los Illuminati existe un cierto universo simbólico y de ideología que se articula con otras sociedades en la construcción del Novus ordo seclorum, que aparece en el billete norteamericano de un dólar y entendido en política como Nuevo Orden Mundial. Los seguidores de tales teorías afirman que el símbolo por excelencia de los Illuminati es la pirámide con el ojo en la cima visible en el billete.

La cantidad de quienes creen en su existencia ha aumentado, como consecuencia de las insinuaciones de varios músicos en sus videoclips y presentaciones; artistas como Madonna, Jay Z, Katy Perry o Lady Gaga están entre los nombres más mencionados. La referencia a la organización consiste en hacer un triángulo con las manos (representa la pirámide) o cubrirse un ojo (alusión al símbolo en el billete de un dólar).

Supuestamente, el objetivo de la organización va más allá del control de las finanzas, hacia la expansión de una ideología que se vende a través de la televisión, el cine, la música, y que sirve a la concreción de intereses capitalistas. Algunos incluso argumentan que esta es la razón de que existan mensajes subliminales en gran parte de las películas no solo para adultos, sino también para niños.

es un fenómeno que ha sido analizado por psicólogos en varios lugares del mundo. Referencias, símbolos, mensajes visuales imperceptibles a los ojos pero decodificables para el cerebro se han encontrado en dibujos animados, como Bob Esponja, El Pato Donald, La princesa Sofía y muchos otros.

¿Será un juego de los realizadores? Nunca han contestado la pregunta, mas los rastros están disponibles a consulta en incontables sitios de la red de redes.

Teorías, efectos e ideología detrás de lo que nos llega a través de la pantalla constituyen, sin duda, temas para un análisis más profundo; empero, vale decir que las teorías conspirativas unen en un tronco común aquello que parece desconectado. Según estas, las intenciones de dominación sobre la humanidad tienen, en primer lugar, el objetivo de asegurar el poder de algunos, y las grandes transnacionales están en manos de dicha élite, que no se permitirá perder terreno.

La dominación política, es harto sabido, tiene una dimensión cultural, razón de sobra para que los Estados Unidos se hayan preocupado desde hace tiempo por penetrar esa área de la mente y la sociedad. Invasión cultural es dominación política, nadie se deje engañar. Ahora, si dichos intereses se mueven tras organizaciones secretas creadas para perpetuar el poder de unos y en consecuencia la pobreza de otros, eso es algo que, como dije antes: debe el lector decidir por sí solo.

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