La Cuaresma, tradicionalmente está ligada a la penitencia, encontramos una nueva perspectiva al abordarla desde la equidad de género y la justicia social.
En este primer domingo de reflexión, nos sumergimos en la conciencia de la histórica marginación de las mujeres, proponiendo transformar este tiempo en una oportunidad para erradicar la discriminación de género y fomentar la igualdad.
La resistencia a las tentaciones se interpreta como un llamado a oponernos a las estructuras patriarcales y abogar por sistemas más equitativos. Valores fundamentales como la justicia social y la democracia nos guían para enfrentar las injusticias sistémicas, construyendo juntos sociedades más justas y equitativas.
Siguiendo el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2024, percibimos este periodo como un viaje a través del desierto guiados por Dios hacia la libertad. La Cuaresma se convierte en una transformación integral del yo, con Jesús como guía constante, liberándonos de la esclavitud del pecado hacia una libertad plena.
En este tiempo fuerte, acogemos la Palabra de Dios que nos recuerda: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud». Es un llamado a la conversión y a experimentar la libertad de decidir, la libertad de conciencia y la diversidad.
