¡Mi apellido es Irreverente!

Cada segundo estoy más cerca de eyectarme del avión llamado vida, sin embargo lo que escribo, hago, dejo de hacer, tomo, no tomo, bailo, no bailo es lo que me hace feliz.

Por: Francisco Parada Walsh*

No encajo en ese mundo de perfecciones, de modas, de pelo y dientes rubios, de nimiedades, es más, las aborrezco, vomito los estereotipos de perfección, adoro la imperfección, los dientes pandos, la risa escandalosa, una puteada bien dicha y todo lo que me sacuda y me restriegue que soy un simple mortal, que una vez todo acabe seré a lo sumo un recuerdo, así es la vida.

En un mundo inmoral, violento, asesino, mentiroso, sádico, tétrico, promiscuo me causa gracia decir algo que vaya en contra de ese “establishment”  donde nadie coge, nadie roba, nadie mata, nadie habla del otro, no, somos seres perfectos y no dudo que “ese hombre es un patán” sea un u otro apelativo más hacia mi persona, eso no me ofende ni me cambia, tengo cincuenta y ocho años, ¿Cuántos años me quedarán de vida? A lo sumo doce, ya a los setenta quiero irme, esas son mis cuentas, las de dios y las del diablo son muy diferentes, pueda ser que si dios quiere, sea el Matusalén  cuscatleco, no lo sé ni lo quiero  y quisiera tener pasaporte diplomático para bajar al cielo y subir al infierno, seré franco, me gustaría ir de vez en cuando al cielo solo a llevar encomiendas a todo el personal de salud, echarme los tragos con los amigos y por qué no, alguna angelita caliente tiene que haber para quitarle el enojo o probar un polvazo divino, llevar buenos embutidos, quesos, no pueden faltar los chicharrones, litros de chaparro y ganas de pasarla bien, de joder en serio.

Jodo en serio pero solo, no  son monólogos, no, son todas mis personalidades que salen a relucir, pero más me interesa pasar de farra en el infierno, algunas bandidas están vivas, coleando y culeando y las encontraré porque no tengo duda alguna que el averno será su destino ¡No quiero ni acordarme! Y si en esta vida se me escaparon, por hipócritas verán las llamas y en ese calor frío tocará darles consuelo, imagino los ríos de cerveza, aquellas diablotas con grandes nalgotas y tetotas sentadas en mis piernas mientras escuchamos en vivo a ACDC, a los maestros Rolling Stones porque esos bandidos, allá estarán.

Por eso quiero llegar gastado, derrapando las llantas y saber que mi vida fue mi vida, viví y fui libre y quizá por eso estoy solo y vivo lejos, lejísimos y debo entender que la irreverencia será mi apellido.

No quiero ser un sepulcro blanqueado, quiero ser quien soy, ese loco soñador que ama a los animales más que a la raza humana, claro, hay excepciones de amores, de amores perros, de amores innombrables y me confunde la cercanía de la muerte, recientemente vino a mi mente el argumento para escribir  un libro, se trata de que mi avión se prepara para despegar y mientras alzo vuelo, tras de mí aterriza un avión joven, con grandes alotas y tetotas, el tiempo se acabó y punto.

¿Qué haría si tuviera dinero? No pretendo viajar, me pondría la “bombita» de Andrés García para sacarle punta al lápiz, y entre morir de un calambre sexual a morir de una sobredosis de coca, me quedo con la primera opción.

Esa es la vida, es hermosa, breve, misteriosa, a veces confusa, solo que entiendo que somos únicos, y desde hace ratos me salí del rebaño, el pasto escasea pero no cambio mi forma de vida, quiero ser más feliz día a día, sé que intento no dañar a nadie, en esa irreverencia practico la compasión, prefiero una charla con una gata que disertar ante los “no irreverentes”, eso es chocante, esos egos de ser el orador principal es pasado, ni deseo que sepan de mí, si la jodida está en que escribir es un vicio, una adicción e intento saciar mi adicción escribiendo hasta el último momento de mi vida, si no fuera por el arte de escribir nadie supiera de mí, nadie.

Recuerdo que en una celebración de un cumpleaños de mi sobri nieta, el payaso dejó su traje, en un santiamén me los puse y realicé mi espectáculo al grupo familiar, tuvo más pegue mis locuras, vulgaridades y ocurrencias que el payaso contratado. Amenizo vidas, vidas, vidas; solo deben buscar en las redes sociales “Se amenizan fiestas eternas, se llevan serenatas a las musas caídas”.

*Médico salvadoreño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: