Himno de Los Bebitos Fiu Fiu

Por: Francisco Parada Walsh*

“Serán los nuevos paladines de escribir una historia de comodines, donde el dolor no es parte del juego, y mucho menos que nuestros valores sean aprobados por el fuego; serán los bebitos Fiu Fiu, nombre sacado de la chistera que vivirán atormentados sin pasado, presente ni futuro, nada que envidiar a chamuscarse en una hoguera; serán los bebitos Fiu Fiu, quienes m… comerán, creyendo que la vida es un circo, que es gracia, cuando lo único que tendrán en sus vacías almas es un gajo de desgracias; serán los bebitos Fiu Fiu, dueños de la chispa de la rebeldía, que prefieren jugar play station y que los cobije la cobardía; serán los bebitos Fiu Fiu, perlas que parió la nada, que en su letargo del alma, no sabrán  si viven, si mueren, si solo bostezan, si apenas anhelan una falsa calma; serán los bebitos Fiu Fiu,  blasón de almas vacías, que apuestan por ser alguien en la vida, sin una pizca de cortesía; serán los bebitos Fiu Fiu, algo parecido al gato hamburguesito, que pasarán su vida en la miseria, en las casas de sus padres, mientras mueren de a poquito”.

Si no lo leyera y no tuviera como referencia una foto donde aparecen los “Bebitos Fiu Fiu” no lo creería, pero existen, en la decadencia de la especie humana, hoy, esos jóvenes, chispa de las revoluciones, se hacen a un lado, no vinieron ni a cambiar al mundo y mucho menos a cambiar siquiera su triste realidad, se conforman por mostrar francamente una debilidad de carácter, de valores y todo parece gracia, modas;  se llamarán hambre,  miseria,  desahucio, desempleo ,  cabezas agachadas mientras el patrón los destroza sin compasión alguna será apenas el principio de su largo peregrinar; ¿Peregrinos modernos? No, apenas mentes confusas, sexualidades baratas que amos y esclavos de un táctil, nunca conocerán la historia ni ese  oprobioso pasado,  pero sí el dolor del hombre y su maldad inherente y también tendrán de apodo Las Tripas Fiu Fiu porque el hambre atenaza, cruje, nos somete pero que siga la fiesta, que no haya verdad, que todo sea una ilusión que, más temprano que tarde será llanto, pobreza y desesperación.

La Generación de Cristal, de barato cristal, que se hace añicos con solo pensar, eso no lo verán mis ojos, solo puedo sentir un nudo en el corazón al ver al guerrero convertido en un pavo real, que cuida su plumaje más que su férrea armadura; parece mentira que sean los jóvenes, dueños del mundo y del futuro quienes se convierten en presos y celadores, en animales de laboratorio donde el supra poder podrá taladrar sus cerebros y qué lástima, no encontrarán más que un vacío inmenso, un silencio épico ante el opresor, ante el amo que, dominará legiones de idiotas, enormes legiones de seres de cera que permitieron vender su fuerza revolucionaria a cambio de una vida calma, apacible, sin altos, sin bajos pero sí con hambre, con frustraciones, con un futuro tan corto, que desearán la eternidad de sus padres, para que los cobijen, los guarden de todo mal cuando el mundo es el mal.

Bebitos Fiu Fiu, Tripitas Fiu Fiu; disfruten tal apelativo porque en la vida se vive y se muere solo y se aguanta hambre solo. Recuerdo que en año 2014 fui invitado a dar clases a un grupo de médicos en servicio social, aun, mi gran amigo, Dr. Ricardo Lara, responsable de la cátedra me hizo ver que tendría dificultades con ese grupo pues se burlaron de mi persona cuando él dijo que yo pedía libertad de cátedra, estar solo, cerrar la puerta a las 7 de la mañana y  eso fue suficiente para que, la burla cayera sobre mí; curtido estoy de tratar con mentes vírgenes, sencillas, reflejas; llegué temprano, un hábito que adoro, ser responsable con el tiempo del otro; poco a poco fui viendo cómo el salón de clases se llenaba, todos en silencio, miraba a cada uno de los presentes, pedí que cerraran la puerta, que le pusieran llave, saqué de mi billetera el pago por la cátedra a dar y les dije que no vivo de dar clases y que si se habían burlado de mi persona al gritar al unísono “Aaai”, que quizá ese sería su apellido, “Aaai, no tengo para la leche, Aaai no tengo para la hipoteca” y otros ejemplos similares, y puse el dinero en un pupitre, les dije que si lo necesitaban, que lo tomaran, silencio total; al final de la clase, un alumno en tono molesto me dijo que no me entendía, que no sabía si yo era de izquierda, de derecha y le pregunté la edad, me dijo que tenía treinta años y le hice ver que mi trabajo cuando educo a alguien es enseñarlo a pensar, a discernir y no decirle lo que para mí es correcto o no; otro tipo de Bebitos Fiu fiu; ahora, portan orgullosos el color cyan, el ego los enloqueció sin embargo no sabían que hubo guerra civil en los ochenta; esa es la realidad, duele y prefiero que el coro de gatos miague ¡We dont need no education!

*Médico salvadoreño

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