¡Legitimidad!

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

La publicación de la lista Engels se ha visto acompañada de algunos hechos que resultan interesante que se sucedan en este particular momento, pues de modo nada sutil, como todo en la presente administración, denota con claridad como afecta al gobierno salvadoreño.

Primero, apenas horas antes de hacerse pública esta lista, el ejecutivo anunció un aumento salarial del 20%.

Al día siguiente el ministro de trabajo, uno de los señalados dentro del círculo presidencial, en medio de un grandilocuente discurso, reseñaba que aquella era una medida no solo sin precedentes pero también inconsulta, pues “…para nada se evaluó la situación económica del país, solo se pensó en el bien mayor de la población trabajadora…”, lo que intencionalmente hizo parecer loable, añadiendo para finalizar, como queda la tabla de aumentos de acuerdo al sector laboral de pertenencia.

Casi paralelamente en este marco y para sorpresa de la población, el nuevo fiscal general inició un proceso en contra del partido Arena, por el dinero robado de una donación de Taiwán y su posterior reparto por parte del ex presidente Flores, sin olvidar la presencia de la prensa, para garantizar de paso la difusión de las medidas emprendidas “para combatir la corrupción”, por parte del presente gobierno.

Varias son las vertientes colaterales que podríamos abordar sobre estos hechos, pero nos concretaremos a considerar las pertinentes.

Primero, el anuncio realizado por el ejecutivo de un aumento al salario mínimo en esta particular coyuntura, es claramente un distractor para el soberano, en el ánimo de que este pase de largo en lo posible la publicación de la tal lista.

Segundo, el inicio de una pretendida campaña persecutoria de los hechos de corrupción pasados, si bien necesarios pues deberían suponer la recuperación de al menos $35,000,000,000.00 robados por los gobiernos de Arena, de acuerdo a los estudios realizados por organismos suprarregionales como el propio BM, así como por las múltiples investigaciones sobre al tema, como la de Rene Hurtado, o la incontestable del doctor Arias, cabe reseñar que aparece cuasi de la manga ahora casualmente, y no es acompañada por la debida purga de corruptos en las propias filas, por lo que debe interpretarse como un mensaje del gobierno salvadoreño dirigido a EU, el cual sin embargo no lo validará por ser incongruente.

Finalmente, al recurrir a la prensa para difundir estos esfuerzos, incluso a la que margino, descubre otra inconsistencia evidente en su urgencia de aliados que lo difundan, como cuan inútil fuera su esfuerzo de parecer fuerte, lo que ahora evidencia era un supuesto.

El ejecutivo sí ha evitado referir como también en temas de corrupción la presente administración también se lleva el primer lugar, así como su absoluto abandono pues carece de socios que le sustenten, y su base política solo le es útil por razones electivas, por lo que, de espaldas a las cuerdas, solo le queda aparentar abrazar la vigencia de la ley que tanto a pisoteado, mientras procura no caer del pedestal por un informe que ni siquiera es nacional.

*Educador salvadoreño

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