El Salvador, en el pequeño se hace grande el calor

El Salvador disfrutó recientemente jornadas de mucho calor, descrita por algunos en términos donde la épica y la proeza se enlazaron, fue el calor de los XXIV Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe.

Por: Luis Beatón Fonseca

Hoy, otros calores se sienten en el también llamado Pulgarcito de las Américas, es el que produce un fenómeno climático que por su nombre pudiera ser considerado algo juguetón y pícaro pero no es así, es el peligroso y variable fenómeno de El Niño que transita con peligro por el mundo con sus efectos y variaciones sobre el clima.

A partir de los próximos días, El Salvador verá una reducción de lluvias e incluso períodos secos debido al inicio de la canícula, según informes del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Marn).

El titular del ramo Fernando López explicó que al concluir la primera quincena de este mes, en apenas tres días, se esperan lluvias por la tarde, pero a partir del fin de semana y hasta el 15 de agosto se reducirá la aparición de las mismas, debido al periodo canicular que suele aparecer cada año entre julio y agosto.

Para estos días sí va a llover, tenemos lluvias sobre todo en la tarde y noche (…), lo que va a suceder desde este fin de semana hasta el 15 de agosto, aproximadamente, es el fenómeno de la canícula, que básicamente es una disminución en la cantidad total de lluvias, informó a sus compatriotas que desde hace varias semanas sienten las variaciones climáticas.

En estos días, esas contrariedades se sentirán aun más pues la presencia de polvo del Sahara sobre el territorio nacional intensificará las temperaturas y hará que las precipitaciones desciendan.

La lluvia, ese preciado líquido que alegra a la gente del campo y en cierta forma a la población en general, disminuye en el país para alarma de agricultores y pequeños productores que ven amenazada su subsistencia.

En junio, el acumulado de lluvias se redujo 23.5 por ciento respecto al mismo mes de 2022, dijo el titular.

Esto alarma, pues, por ejemplo, cuanto más dependiente es la población rural de los ingresos económicos provenientes de la agricultura, será más sensible a los efectos del cambio climático en los cultivos, eso ya se siente y prende las alarmas en el país.

Estimados de organizaciones internacionales, prevén décadas de más calor, inundaciones, sequías y ciclones en Latinoamérica y el Caribe. Serán frecuentes las canículas y dejará de ser una novedad una temperatura cercana y a veces superior a los 40 grados Celsius.

EL NIÑO Y SUS EFECTOS

Este año, el clima del planeta estará influenciado por el fenómeno de El Niño que, en El Salvador, causa una reducción de lluvias. Solo en junio, el acumulado de lluvias bajó a 238 milímetros, una reducción de 23.5 por ciento respecto a los 311 milímetros del año pasado, cuando se alcanzaron cifras récord de precipitaciones en el país.

Ahora con la acción humana con su devastadora influencia en el clima, el fenómeno de El Niño puede implicar una temporada de canícula más intensa y extensa, incluso puede terminar en sequía, la misma que en menor intensidad afectó a los salvadoreños en los primeros cinco meses de este año, donde el verdor del campo se convirtió en amarillo.

Durante una visita por la zona de Chalatenango, una de las áreas afectadas en esa etapa, la yerba no era verde y el ganado se movía inquieto masticando algo “amarillo” que fácilmente podía ser centro de una gran hoguera, la tierra ser abría en surcos, eran las heridas de la sequía.

Según el titular de Marn, la canícula y en general la reducción de lluvias que se espera este año puede causar daños en la producción agropecuaria. Eso es un paso hacia la hambruna que puede afectar a miles de familias.

La situación es crítica para los productores de caña de azúcar y de granos. La Asociación de Productores de Caña de Azúcar (Procaña) están alarmados pues desde hace algunos meses los cañaverales de El Salvador sufren de estrés hídrico por falta de lluvias y la situación podría empeorar con el fenómeno de El Niño, el cual se prevé impacte al país en julio.

Existe una alta preocupación por que los reportes indican que el país y toda la región centroamericana serán afectados este año por condiciones de moderadas a fuertes del fenómeno de El Niño, especialmente en la segunda mitad del año, comentó la Asociación.

También en el área de los granos básicos la situación llega a estado crítico. Un 75 por ciento del maíz no se sembró por falta de lluvias en El Salvador, algo que también afecto a sus vecinos de Honduras y a los que viven en el llamado corredor seco.

A esta altura ya estamos teniendo una afectación en la parte del corredor seco; de Zacatecoluca al oriente del país llovió bien poco, se podría decir que hay una reducción del 50 por ciento y 60 por ciento, dijo a inicios en el primer trimestre del año el presidente de Procaña, Óscar Orellana.

Muchos de los cañeros están preocupados porque los cañales se ven amarillos y eso significa que hay un estrés hídrico, que hay poca humedad en el suelo y la planta se empieza a resentir. Nosotros ya lo podemos afirmar que este fenómeno le va a pasar factura a la zafra 23/24, alertó el empresario.

Pero, si habrá poca azúcar también habrá un faltante en la producción cafetalera. Luego de recuperar producciones cercanas al millón de quintales tras de años de afectaciones por enfermedades como la roya y también el clima, las altas temperaturas, los periodos irregulares de precipitación así como la sequía amenazan cada vez más a los cafetales.

Los cafetos en el occidente del país están siendo impactados por la falta de lluvias, según la Asociación de Beneficiadores y Exportadores de Café de El Salvador (Abecafe) y productores de Santa Ana y Ahuachapán.

Algunos productores a esta altura hablan de pérdidas de hasta el 40 por ciento de su cosecha para el ciclo cafetero 2023/2024 por altas temperaturas y el impacto del cambio climático. Varias fuentes coinciden en que la falta de lluvias podría aumentar la propagación de la roya, un mal que si no es atendido a tiempo impactará en la región centroamericana.

“Hay que ver cómo se desarrolla este invierno, porque puede que florezca, pero si nos cae una canícula cuando el grano de café esté en pleno desarrollo, ese es un problema también”, opinó Ricardo Esmahan, director ejecutivo de la Asociación de Beneficiadores y Exportadores de café.

Ya es una realidad que El Niño trajo un aumento de las temperaturas y una disminución de las lluvias, lo que hace que nos pronósticos no sean nada halagüeños para los salvadoreños que enfrentarán afectaciones en la producción de granos básicos, hortalizas, el sector ganadero, acuícola y cañero.

Por lo pronto, lo previsto se puede tocar con la mano, el calor se hace insoportable, las temperaturas rompen record y la lluvia que, durante días de finales de junio y principios de julio, dio un “refrescón”, se perderá de los campos del país, y llegará la temida canícula.

Mientras se espera que el nada “juguetón” El Niño dure hasta la primavera de 2024, y que convierta al próximo año en el más caliente de la historia este 2023 no se queda atrás.

Muchos salvadoreños, creyentes y no creyentes, miran al cielo para pedir la lluvia salvadora y “llaman” a San Isidro Labrador o tal vez a San Pedro, o a algún santo salvador que quizás consideran que es el que mejor oirá sus súplicas y abrirá las llaves de las precipitaciones.

*Corresponsal Jefe de Prensa Latina en El Salvador

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