¿Qué son los micromachismos y cómo combatirlos?

Combatir los micromachismos es tarea de todos y todas. Lo primero es empezar por aprender a identificarlos y entender que son formas de violencia de género.

Los micromachismos ocurren todos los días, en el hogar, el trabajo y la calle. Pasan desapercibidos y hasta son considerados «normales». La realidad es que son un tipo de violencia blanda hacia las mujeres.

El psicólogo argentino Luis Bonino usó el término micromachismos en 1.990 para definir «aquellas conductas masculinas que sobreponen la autoridad de los hombres por encima de la de las mujeres».

Estos se manifiestan como frases o gestos machistas que perpetúan roles de género, la hipersexualización de la mujer y la violencia de baja intensidad contra ellas.

En este sentido, los machismos van en consonancia con el patriarcado de nuestra sociedad, por ello pasan desapercibidos. No obstante, campañas de organizaciones y colectivos feministas están visibilizando esta forma de violencia, que genera un daño constante a las mujeres.

El Gobierno de México, en su página web, explica que para combatir los micromachismos se debe empezar por aprender a identificarlos, entender el daño que causan y dejar de naturalizarlos. Además, es necesario aceptar que existe una corresponsabilidad, pues tanto hombres como mujeres tienen que tomar acciones contra los micromachismos.

También se debe adecuar la visión de masculinidad, pues no hay una sola forma correcta de ser hombre, y dejar de encasillar a la mujer en ciertos roles e imponer cómo es la feminidad.

Ejemplos de micromachismos

1. «Corres como una niña»

Tiene diferentes variantes: «golpeas como niña» y «lloras como niña» son algunas. Todas refuerzan estereotipos que causan daño a las mujeres al calificarlas como «débiles», mientras que humilla a los hombres por expresar sus emociones o por no ser suficientemente «masculinos».

2. «Que afortunada, tu marido te ayuda en casa»

El hombre y la mujer comparten la responsabilidad de las tareas del hogar. Sin embargo, la sociedad patriarcal continúa viendo a las mujeres como las únicas encargadas de limpiar y cocinar en una relación de pareja o en unidad familiar.

3. «Que buen padre» porque cambia los pañales

El cuidado de un bebé corresponde a mamá y papá, pero constantemente familiares y amigos exaltan que el hombre es «un buen padre» si cambia los pañales o le da el biberón, acciones que son vistas como obligatorias para la madre.

4. La «friend zone»

Es un término que se ha trasladado desde Estados Unidos hacia otros países del mundo. Su propósito es criticar a una mujer por no querer tener una relación con un hombre, es decir, llevarlo a una supuesta «friendzone».

5. Elegir entre ser madre y la carrera profesional

Las mujeres son vistas como una contratación «difícil» porque si deciden tener un bebé la ley les otorga derechos, lo que es considerado como «pérdida» para la empresa. Lo mismo ocurre con las mujeres que ya tienen hijos. Por ello, los cargos de dirección son comúnmente otorgados a hombres.

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