Pueblo hondureño en pie de lucha

Miguel A. Saavedra

Tegucigalpa, capital del hermano pueblo de Honduras y otras ciudades del interior de dicho país, muy populosas, son escenario de protestas populares impulsadas por simpatizantes de la Alianza Opositora contra la Dictadura, en defensa del triunfo electoral del 26 de noviembre, de su candidato a la presidencia Salvador Nasralla, quien expresa que a este movimiento en defensa de la democracia se están sumando miembros del partido Liberal y otros sectores políticos que, en conjunto, suman un 80% de la población.

De acuerdo con el primer informe oficial del Tribunal Supremo Electoral dado el 27 de noviembre a las dos de la mañana; con un 57 % de las actas escrutadas, Salvador Nasralla de la Alianza Opositora contra la Dictadura, se ubicaba a la cabeza con un margen del 5% sobre Juan Orlando Hernández del partido Nacional y actual Presidente de Honduras, que de forma no democrática pretende su reelección.

La pretensión de continuismo del Presidente hondureño se puso de manifiesto al declarar, minutos después del informe del Tribunal Supremo Electoral, que los datos podrían cambiar al recibirse el 43% de las actas faltantes y sin esperar nuevos resultados se declaró ganador.

A partir de ese momento, el Tribunal Electoral de Honduras dio muestras de ser partícipe de una maniobra, en tanto anunció que para procesar las actas faltantes necesitaba de cuatro días, no obstante que casi el 60 % lo había escrutado en aproximadamente 8 horas.

Los siguientes reportes del órgano electoral fueron paulatinamente cambiando los resultados poniéndose en evidencia la maniobra fraudulenta que, por segunda vez, pretende arrebatar el triunfo a la oposición política, reeditando el fraude del 2013, mediante el cual se le arrebató el triunfo a Xiomara Castro, esposa del ex presidente Mel Zelaya.

La situación de Honduras es muy delicada y nos recuerda los fraudes electorales cometidos en contra de la Unión Nacional Opositora en El Salvador y que en 1977, con el ascenso fraudulento del General Carlos Humberto Romero al poder, agudizó la confrontación interna y no quedó más opción que la guerra popular revolucionaria.

El pueblo de Honduras está en pie de lucha, contra una dictadura que viene desde el golpe contra Mel Zelaya y que ahora impone un toque de queda como una medida más de represión que es desafiada no sólo por el pueblo sino también por fuerzas policiales, que se niegan a reprimir a la población de la cual provienen sus agentes.

Nuestro llamado es a mostrar toda la solidaridad que sea posible a un pueblo hermano que lucha por su liberación y asumir el rumbo democrático.

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