La actividad sindical y la gobernanza en el país

Si nos asentamos en una concepción de gobernanza para entender la actividad sindical en el país, entendida aquélla como “forma de gobierno basada en la interrelación equilibrada del Estado, la sociedad civil y el mercado para lograr un desarrollo económico, social e institucional estable”.

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

Sabemos que el término cae en la post modernidad en la búsqueda de nuevas formas de expresión, junto con una carencia de ideología y compromiso social, y está envuelto dentro de la lógica de mercado que se nos impone y abruma cotidianamente.

Siguiendo esa lógica de pensamiento la gobernanza es un modo de dirigir un país o entidad buscando el “progreso económico, pero también el desarrollo social y el fortalecimiento de las instituciones”. Todo lo anterior, de forma sostenible en el tiempo.

Sabemos entonces de acuerdo a ello que la gobernanza ejercida por la Presidencia Bukele y su clan familiar, rebasa esa concepción en tanto que no existe por hoy una interrelación equilibrada del Estado, la sociedad civil y el mercado, la prevalencia del mercado es obvia y se impone a las otras dos, luego que los grupos oligárquicos tradicionales han perdido la fuerza dominante para controlar el Estado, que ha venido disputándose en una hegemonía que aún no logra imponerse.

Los grupos sindicales del momento no logran encajar en una dinámica capaz de desarrollar una relevancia del poder social, que logre involucrarse en los intereses nacionales y generar el equilibrio necesario para el desarrollo socio laboral, cultural, medio ambiental y el fortalecimiento de la unidad productiva y las instituciones administradoras del trabajo, como elemento consustancial dentro de cualquier orden de vida que necesitamos.

Dentro de una gobernanza son cuatro los principios fundamentales: responsabilidad, sabemos que el libre albedrío en que se hacen muchas cosas, muchas de ellas sin transparencia, de forma egoísta y centrada en el dinero (dólar o bitcoin); un estado de derecho prostituido por un poder corrupto que impera y la participación del pueblo consciente maniatada por los cantos de sirena comunicacionales que pregonan falsedades, llenos de manipulaciones, que ahogan las libertades del entendimiento, la identidad y la creatividad.

La gobernanza pública sigue atada a los grupos dominantes que ejercen una gobernanza privada, esos detrás que no se alcanzan a ver, y que mantienen una dominación sobre los recursos económicos del país, y requieren de un estado de derecho controlado, con instituciones que no sirven a la humanidad, sólo controlan el estatus quo que el poder económico requiere para subsistir con toda la fuerza, acumulación y concentración de la riqueza.

La gobernanza abarca el sistema mediante el cual una organización—un país, una nación— es controlada y opera, y los mecanismos por los cuales ella y su gente deben rendir cuentas. La ética, la gestión de riesgos, el cumplimiento y la administración son todos elementos de la gobernanza. Mas no hay una clara rendición de los usos que damos al poder, como tampoco de los recursos que nos apropiamos para fines egoístas y deshumanizantes.

El movimiento sindical no logra reconstruirse, ni disponer de la resiliencia que se necesita en los momentos de incertidumbre en que vivimos, necesita levantarse de las cenizas y caminar hacia un destino mejor, la clase trabajadora debe entender que el poder utilizado para referirse al poder político y estatal, debe comprometerse con la gente que lo necesita, los sectores populares que viven esperanzados, cansados y hartos de que el cambio no viene, y que los liderazgos se pierden en banales elecciones legislativas, locales, presidenciales. Hoy nos encontramos que el término y el concepto de gobernanza se han extendido al ámbito económico y a la gestión empresarial, que sigue predominando en su propio beneficio, explotando a una clase trabajadora que se ahoga en su desilusión por un mundo mejor, fallando y con el vacío del bienestar común para todas las personas.

El trabajo de la OIT, llama a ciertos convenios fundamentales desde el 2008; que son de gobernanza en el ámbito del trabajo, Convenio (núm.81) sobre la inspección del trabajo, Convenio (núm. 122) sobre la política del empleo, Convenio (núm.129) sobre la inspección del trabajo (agricultura), Convenio (núm. 144) sobre la consulta tripartita Y como normas internacionales del trabajo, son vitales para el ejercicio equilibrado en las unidades productivas donde predominan desigualmente los intereses empresariales.

Gobernanza, significa hacerlo con un gobierno en diferentes áreas de actividad—que transforman la conciencia de los seres humanos, con un sistema de entidades que toman decisiones democráticas para una mayoría, con una ruta que tiene como objetivo proporcionar una dirección estratégica, para garantizar que se cumplan los objetivos, que los riesgos se gestionen adecuadamente y que los recursos se utilicen de forma responsable, y donde la actividad sindical contribuye a su logro y resultados.

*Sindicalista salvadoreño

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