Un Campo de Concentración llamado el Mundo

No sé qué fue primero, si la maldad o la humanidad. El mundo ha sufrido guerras revestidas de un falso patriotismo donde se manda a un joven a pelear con otro joven, casi siempre los dos son pobres.

Por: Francisco Parada Walsh*

Genocidios como lanzar dos bombas atómicas y la maldad en grado supremo de Hitler y sus fanáticos que poco importó exterminar a millones de seres humanos en nombre de una supremacía aria. Pensé que las lecciones, aunque carísimas se habían aprendido pero no, resulta que en un abrir y cerrar de ojos se hinca al mundo, fue un miedo insuperable  que derrotó a la fe, y fue tan sencillo para los titiriteros entender que el miedo, es la mejor arma contra una población ensimismada, adicta a un táctil, adicta a la basura.

Me avergüenza lo que sufrimos por culpa de un grupo de poderosos que pocas veces se les ha visto el rostro, no son los presidentes de las naciones sino un supra poder que siempre está tras bastidores (Gates, Rothschild, Rockefeller, Zuckerberg, Fauci y compañía)   sin embargo el propósito de reducir la población mundial lo han logrado y esto apenas empieza.

Aun, el virus ha dividido a los buenos y a los malos, hay una discriminación contra todo aquel que no se haya vacunado cuando sabemos que las vacunas no garantizan ni por cerca la no afectación y muerte por el virus. Así, el mundo detuvo su giro; por un momento dejamos descansar a los reinos animales, vegetales y más; nos apertrechamos en un sofá de bondad creyendo que el despertar sería un mundo diferente, quizá ese mundo que me persigue lleno de amor, de respeto, de fraternidad pero no sucedió así; al contrario, la raza humana ha quedado desnuda y demuestra su fealdad, su verdadera esencia donde se hizo de la muerte, un negocio redondo para algunos.

Con lo que he leído es evidente que ese virus fue creado con todo el dolo del mundo para liquidar al que la selección natural no favorece; un murciélago o un armadillo son seres nobles, incapaces de tanta maldad y la vacuna pareció ser la salvación de  un mundo demasiado pecador, pero aun así, fue deseada, fue un sueño hecho realidad para todos aquellos que nuevamente creyendo en la bondad del hombre esperaban con ansias tal pócima, vemos día a día cuántas personas fallecen en el mundo y en nuestro país a pesar de haber recibido las dosis respectivas.

¿A quién se le puede culpar este genocidio? Esta tragedia solo tiene el rostro del fallecido y no aparecen los verdaderos culpables. Tristemente este control poblacional apenas empieza, vivimos sin siquiera pensar que fue lo que pasó, estamos más preocupados por el táctil que no razonamos ni por un momento lo que se está viviendo.

Dejamos a un lado el dolor y poco importa la tragedia que vivimos; escribo con el mayor deseo de que las cosas cambien aunque pueda ser mi persona la próxima víctima del fatal virus, y lo único que pido a Dios es que si debo fallecer, que sea luchando por salvar una vida, esa sería mi más grande recompensa para siquiera ir tras las huellas de todo ese personal de salud que fue vilmente masacrado por parte de nuestras autoridades.

Ya la cuarentena no es negocio, hoy, poco importa la vida del hermano y queda claro, que la vida nunca importó. La eutanasia y el aborto que acompañaban a esta masacre se hicieron a un lado en nuestro país sin embargo con la pandemia, que ya fue declarada una enfermedad endémica como la gripe y otras enfermedades con las que convivimos día a día son suficientes para descuartizar a nuestro país.

No hubo un tan solo disparo. Todo se reduce a toser, algo reflejo, algo que parece inocente y es suficiente para contagiar, para eliminar a nuestro amigo, a un hermano, a la raza humana. Las bombas atómicas se quedaron en el pasado, eso fue cosa de niños, lo que vivimos y viviremos será una vuelta a la maldad más pura de la raza inhumana. Tristemente todo es un plan macabro donde muchos sabían lo que se venía, pero prefirieron callar, ser cómplices de la distorsión de la bondad traducida en sufrimiento.

Me cuesta creer que los presidentes de las naciones más poderosas del mundo no estuvieran al tanto de lo que se venía, no, y cada día el virus es más agresivo, no hay escapatoria. Las vacunas son simples placebos para una mente que desea creer que en el mundo hay bondad.

*Médico salvadoreño

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