Los dineros de las iglesias en tiempos de pandemia

Por: Elio Masferrer Kan

El obispo y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano Alfonso Miranda Guardiola (https://www.excelsior.com.mx/nacional/iglesia-enfrenta-crisis-economica-pandemia-golpea-sus-ingresos/1379982 ) planteó que como consecuencia del cierre de los templos y ante la prohibición de celebrar misas la Iglesia Católica (ICAR) esta en una situación económica difícil. Esta solicitud de recursos es poco y podríamos entenderla en el contexto de la pandemia, pero el asunto es más complejo.

La ICAR en muchos países recibe recursos gubernamentales que evitan su dependencia de los pagos de los feligreses, aunque esto no quiere decir que no los requieran. Por ejemplo, en Argentina los obispos reciben un sueldo equivalente a lo que gana un juez federal, los sacerdotes de las provincias que colindan con otros países también son pagados por el Estado y muchos sacerdotes reciben salarios por desempeñarse como capellanes en cuarteles militares, policiales y hospitales, asimismo las escuelas religiosas tienen asegurado el pago del personal, lo cual implica una remuneración fija a religiosas, religiosas y sacerdotes que se desempeñan como docentes. Esto no descarta que a su vez cobren colegiaturas a los alumnos.

En el mundo evangélico la situación es diferente. Las iglesias históricas, en algunos casos, fueron y son financiadas total o parcialmente desde las iglesias desde sus matrices europeas o norteamericanas. Aunque varias se han independizado económica e institucionalmente de las iglesias fundadoras. Esta situación cambia radicalmente en el mundo pentecostal donde cada denominación y a su vez las congregaciones deben resolver como mantener el culto, pagar al pastor y construir el templo. Pagan por los terrenos, mientras que en muchos casos la Iglesia Católica recibe estos por donaciones gubernamentales.

Los católicos ponen cifras habitualmente modestas en las colectas dominicales, mientras que los evangélicos entregan el diezmo, teóricamente un 10% de los ingresos del feligrés, mas las ofrendas. El ingreso de las iglesias católicas más significativos son bautizos y casamientos.

En todos los casos las iglesias tienen excedentes, ¿que sucede con los mismos?. Es probable que una cantidad significativa quede en manos de los ministros de culto, quienes disponen de los mismos en forma discrecional. Las órdenes y congregaciones religiosas católicas ofrecen a sus miembros apoyos de por vida importantes, aunque en la mayoría de los casos estipulan que sus miembros donen todos sus bienes, incluidos derechos hereditarios a la institución.

En este contexto es habitual que las organizaciones religiosas desarrollen estructuras corporativas destinadas al manejo de cifras significativas de sus excedentes, donde pueden generar inversiones que son controladas en muchos casos desde paraísos fiscales. Recientemente hubo denuncias sobre la estructura corporativa de la Iglesia Mormona que manejaría alrededor de 100,000 millones de dólares. En el 2015 se publicó un libro sobre La Legión de Cristo escrito por Raúl Olmos y es bastante conocida la estrategia de la Iglesia Universal del Reino de Dios (Pare de Sufrir) que tiene en Brasil y otros países importantes inversiones empresariales.

¿Qué pasó con estos recursos durante la pandemia? La información disponible es que las estructuras corporativas de las iglesias se replegaron sobre sí mismas y mantienen cerrados sus espacios financieros. Evitando apoyar a las iglesias cuyos recursos administran y presionando a sus feligreses que están en muchos casos en una situación difícil continúen manteniendo a sus iglesias. Esta situación hace mas dependientes a las iglesias de sus donantes, y en el caso mexicano es notoria la articulación de la Jerarquía Católica con los grupos empresariales que son sus apoyos significativos.

Esto no descarta que los sacerdotes católicos de base apliquen estrategias participativas para afrontar problemas locales, mientras los evangélicos fortalecen sus estrategias de redes transversales de ayuda mutua. En definitiva, se fortalecen las estructuras de base, quedan paralizadas las grandes jerarquías que han perdido autonomía financiera y las estructuras corporativas eclesiásticas se fortalecen y autonomizan peligrosamente de las iglesias que las crearon.

Dr. en Antropología, Profesor investigador emérito ENAH-INAH

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