¡ Nunca más ! El eco del pasado

«Quien siembra vientos, recogerá tempestades» (Proverbio bíblico, Oseas 8:7)


Por: Miguel A. Saavedra


Un relato del pasado que creíamos superado se convierte en un homenaje a las víctimas de un régimen arbitrario. a los miles de ciudadanos inocentes capturados bajo el eterno régimen de suspensión de derechos que han implantado , a las familias de los muertos dentro de los centros penales, producto de la desatención y de los vejámenes de lesa humanidad, sufrieron de todo de sus carceleros para hacer cumplir las ambiciones electorales de poder perpetuo de un dictadorzuelo aprendiz de emperador.

La Historia se Repite

En las primeras horas de la madrugada de un día de verano de 2024, un joven campesino del oriente del país, a quien llamaremos «El Próximo», es notificado para firmar una carta. Esta establece que, por beneficios del sistema de justicia, su causa penal pasa a medidas sustitutivas de arresto domiciliar. Aunque no encontraron razones de peso válidas para acusarlo, seguirá yendo a firmar a un juzgado cercano a su localidad, no quedando exento de ser capturado nuevamente cuando así lo consideren las autoridades.

Un Drama Humano

Sin familiares que le esperen y sin poder comunicarse con ellos, espera sentado en una cuneta en las afueras del llamado «El Penalito», ubicado en las cercanías del mercado «La Tiendona» al oriente del centro de San Salvador.

Un jovencito, solo y abandonado, a merced de las miradas inquisidoras de una sociedad indiferente que ha olvidado el valor de la compasión.

Un párrafo de la novela «El mundo según Garp» de John Irving, cita :»Si hay algo que he aprendido de la vida, es que no se puede deshacer el mal con más mal, ni se puede matar una mentira con otra mentira. La única forma de combatir el mal es con el bien, y la única forma de combatir la mentira es con la verdad. La justicia es más fuerte que la venganza, y la paz es más valiosa que la guerra. La vida es demasiado corta para destruirla con odio y rencor».

La Indiferencia de la Sociedad

Inicia su caminata cerca de las 4 a.m., hacia la terminal de buses Nuevo Amanecer, una instalación construida a partir de un megaproyecto fracasado durante la administración del ex presidente Funes. Este fue parte de un oscuro proyecto de Sociedad de Economía Mixta, donde se arma un changarro con capital del Estado y de inversionistas amigos del presidente, denominado SITRAMSS. Pretendía descongestionar el tráfico desde y hacia el centro de San Salvador, pero no pasó de ser un rotundo fracaso, muy similar a los negocios turbios que ahora realiza la actual gestión a través de la DOM.

La Ayuda Anónima

La gente pasa de largo, ignorando su desesperada súplica por ayuda. Pasados los minutos, recibe el apoyo de una vendedora ambulante del sector quien disimuladamente se le acerca y proporciona un café y un pedazo de pan (se enterneció al verlo, ¡quizá se imaginó a su hijo!). Un pequeño acto de bondad en medio de la indiferencia generalizada.

Otra persona que acababa de terminar su turno nocturno le presta una camisa para que  cubra su uniforme de cárcel y pueda evitar las miradas inquisitivas de aquellos que no ayudan pero critican al joven. La bondadosa vendedora y este buen samaritano juntan algunos dólares para ayudarlo.

Dos almas caritativas que se atreven a desafiar el discurso del odio.

Finalmente, un motorista de la 304 le permite abordar y le manda irse al final, en el último asiento. Una gota de esperanza en medio de la desesperanza.

La Realidad Oculta

Mi sobrina millennial al principio opina que es exagerado y melodramático el relato que le hago sobre la existencia en los años 80s y 90s, de celdas de castigo, detención, tortura y posterior desaparición de personas en los sótanos del castillo de la disuelta Policía Nacional situada en el centro de San Salvador. Ella, ajena a ese pasado oscuro, no logra comprender el peso de esos recuerdos y le  impresiona que haya sucedido eso en el país, en el tiempo de sus padres.

La Negra Historia

Se trataba de una escena sórdida, de esas mazmorras de la dictadura militar al estilo romano de escaleras curtidas, sin luz, llenas de humedad, moho, hongos las cuales conducen a la parte más baja del edificio, a unos 6 metros abajo hasta llegar al nivel del lecho del río Acelhuate que pasa al oriente del mismo. En esos calabozos y celdas lúgubres y necrófilas, se apagaron muchas voces, pues nunca más se supo nada de ellas.

El Nunca Más

Es esa la historia que espero no se repita «Nunca Más» y le sugiero a mi sobrina revise en su potente smartphone, sobre las cárceles clandestinas de El Salvador en los años 80s y 90s, antes de que por decreto oficial, el Estado mande a quitar toda información de la historia que le parezca incómoda y molesta al régimen, y que Google la elimine de sus BD. Y esa negra historia la cual aunque no nos guste tenemos que recordar, no para buscar y perseguir a los culpables, sino para que se sepa que hay caminos que no hay que volver a recorrer. Una pesadilla que parece haberse convertido en un sueño olvidado por los más jóvenes.

La Amenaza Autoritaria

Es preocupante los visos autoritarios en escalada cuyas señales nos conducen a esos «Nunca Más», donde reclamar derechos es criminalizado y se da un mensaje a la población que quien ande defendiendo derechos es cómplice de los «terroristas». Este simplismo absurdo ha calado en gran parte de la población quien aplaude y celebra hasta el escarnio «Ojalá que no les suceda a los suyos» y solo así comprendan en carne propia el sufrimiento ajeno.

La Justicia Militarizada

Durante una tertulia, entre amigos, estaba presente un elemento de la corporación policial de cierto rango cuyo nombre, ubicación por «razones obvias» no diremos, nos manifestaba que la misión es superar la cantidad de capturados que les piden a los mandos policiales y se trata de una competencia por demostrar quien cumple mejor y con mayores resultados. Lo anterior representa reconocimiento y prestigio al interior de la institución y garantiza cargos de poder.

Al increparle sobre los procedimientos que tienen como consecuencia o daño colateral a miles, de capturas arbitrarias algunas cifras señalan hasta 20 mil capturados, sin causa justificada ni delito comprobado, en un tono molesto les recrimina, con el repetido estribillo de ¿dónde estaban los derechos humanos cuando las pandillas asesinaban?, queriendo justificar su actuar y culpabilizando a los organismos de la crueldad de los asesinos, como si la conducta retorcida de esos grupos . así como perseguir y hacer justicia fuera responsabilidad y trabajo de los defensores de D.H.

Después de la torpe, mecánica e insensata respuesta, sigue su argumento que le  justifica y sustenta es que : alguien que viva, visite, haya vivido , tenga amigos o parientes en las zonas denominadas «Rojas», cumple con el perfil de los sujetos candidatos a ser capturados y que haya una denuncia ciudadana anónima para que actúen (Solo le faltó mencionar que baste con ser ,vestir y tener cara de pobre para ser parte de la cifra). Remata el argumento que tienen la autorización para ser «Jueces de la Calle» y lo que se haga y diga de parte de la policía o los miembros de la F.A. es suficiente prueba de delito.

Entonces bajo la nueva lógica de seguridad pública, las entidades armadas del régimen tienen la autorización para  investigar o no , incriminar , capturar, juzgar a priori, solo les va quedando como en el pasado, decidir si un ciudadano merece vivir o no.

El Poder Militar

Peligrosa y aceleradamente nos estamos acercando al Nunca Más, que tememos, se está fomentando y potenciando la supremacía de lo militar sobre lo civil en toda escala, y ese militarista autocrático, tiene claros visos de lo que desde su lógica y disciplina vertical cumplirán lo que se les ordene ¡y con una cuarta más!

Señales y respuestas que indican la involución hacia el camino ya recorrido en las oscuras décadas pasadas.

La Lección de la Historia

Sin embargo, es crucial recordar y aprender de esa época oscura de la historia. No podemos permitir que las atrocidades cometidas queden en el olvido, ni tampoco podemos permitir que se repitan. El dolor y sufrimiento de las víctimas y sus familias deben ser reconocidos y honrados.

El pasado no debe ser ignorado ni minimizado. Es un eco constante que nos recuerda la importancia de proteger los derechos humanos, de luchar contra la impunidad y la corrupción, y de promover la justicia y la igualdad para todos.

Es responsabilidad de las nuevas generaciones mantener viva la memoria de lo sucedido y trabajar para evitar que se repitan los errores del pasado. Solo a través del conocimiento y la empatía podemos construir una sociedad más justa y solidaria.

El «Nunca Más» no es solo una frase vacía, sino un llamado a la acción. Es un compromiso de no permitir que las violaciones a los derechos humanos queden impunes, de no permitir que los abusos de poder se repitan sin consecuencias.

El eco del pasado nos recuerda que la lucha por la justicia y la dignidad humana es constante y que cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en ella. No podemos ser indiferentes ni cerrar los ojos ante las injusticias que ocurren a nuestro alrededor.

Que este recordatorio del «Nunca Más» nos inspire a ser agentes de cambio, a alzar nuestras voces contra la opresión y a trabajar por un mundo en el que los derechos humanos sean respetados y protegidos para todos.

«Finalmente recuerden, que quien siembra vientos, cosechará tempestades arrasadoras, cuyo efecto Tsunami devastará todo a su paso.» y cuando  la justicia  humana  está retorcida hacia el mal  ,Sí existe la justicia divina que tarde o temprano actuará en consecuencia…

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