Visión troglodita: “la UES, el último reducto de la izquierda salvadoreña”

Hace solo unos días cuando a un cierto elemento del oficialismo en la Asamblea Legislativa fue cuestionado en torno al por qué a la Universidad Autónoma de El Salvador (UES) se le negaban sus dineros, contestando lacónicamente:


Por: Luis Arnoldo Colato Hernández


“…la UES es el último reducto de la izquierda en nuestro país, y es legítima la asfixia a la que la sometemos…”

El estimado funcionario en cuestión está claramente dominado por sus prejuicios y complejos, por ese sesgo intolerante que caracteriza a quienes se identifican con las derechas, sin comprender qué es ser de derecha.

Éste al igual que sus pares partidarios, conforman una cofradía a la que se suman no porque tengan claridad ideológica – pues todos sabemos que son apenas oportunistas que tan pronto vean mejores perspectivas en otros lares, mudarán sin pudor su pelleja política sin más – por lo que debemos comprender que solo repite como mantra esa respuesta que escuchó a alguien con mayor autoridad partidaria.

Por otro lado, al cuestionársele que es ser de izquierda, sin duda nos ofrecerá la consabida y simplista respuesta de “…es ser comunista…”.

Ahí está, para él y los demás como él, poesía.

Pero ser de izquierda es un poco más complejo que eso.

Por ejemplo, en la capital de los EEUU, uno de sus mayores, más antiguo y reputados periódicos es de izquierda, pero en él no habitan gremlins de largas barbas rojas con hoces, martillos y ojos inyectados, nada de eso; es en general definido por el propio establishment, como un medio en el que sus operarios son periodistas de vanguardia, con la misma sesgada visión derechista que el resto, pero con un marco referente más amplio, lo que les permite una mayor perspectiva.

Se es de izquierda entonces, de acuerdo a lo convencionalmente establecido, no porque se esté en un lugar particular [como la UES], sino porque se cuestiona lo establecido, lo aceptado por la mayoría.

A diferencia de nuestro estimado funcionario que solo hace lo que se le indica y repite lo que se le dice.

Por otro lado, si queremos asumir una concepción de izquierda más integradora, diremos que se es de izquierda porque interpreta y opone a las estructuras y dinámicas sociales que derivan en la injusticia y la exclusión que personajes como el que nos ocupa al principio representan, por lo que se comprometen con acabar con dichas estructuras y medios.

Uno de esos medios es la negación del fundamental derecho humano a la educación, que esa frase denota.

Y es que la historia vomita en excesos de las derechas, que en nuestro caso supone, la exclusión de las mayorías de acceder a ese edén que promociona, que asegura haber construido la dictadura.

Incluso ese personajillo del que hablamos tiene vedado su ingreso ahí, y sólo es tolerado de momento.

No, ser de izquierdas supone trabajar construyendo un estado que nos incluya a todos, que sea de todos y que nos asegure a todos.

Un sueño posible y más viable si nos sumamos todos.

*Educador salvadoreño

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