Ecos de una era tecno-totalitaria y sus sombras en El Salvador

Los antivalores han penetrado en nuestra sociedad, convirtiendo en norma y recompensando la corrupción y el mal desempeño con un mayor poder, lo cual socava nuestros principios más fundamentales.

Por: Miguel A. Saavedra

En este contexto, la verdad se convierte en mentira y viceversa.» En las sombras de El Salvador, resuenan los ecos de una era «Tecno-totalitaria. Exploraremos las historias del avance tecnológico y sus consecuencias, revelando las facetas ocultas de una sociedad dominada por la tecnología, que busca crear conciencia sobre el lado sombrío de la tecnología y su impacto en nuestra vida diaria.

¿Qué sombras se esconden detrás de este progreso aparente? Descubre la verdad detrás de la máscara digital en nuestro fascinante viaje.

Desde el siglo XX, se ha establecido que el ser humano necesita distribuir su tiempo de manera equilibrada entre tres rutinas clave para su bienestar físico y mental: dormir, trabajar y tener tiempo para diversión compartida con la familia. Sin embargo, en las últimas décadas, un fenómeno creciente ha irrumpido en nuestras vidas: la era digital y las redes sociales. En promedio, las personas destinan 2 horas o más al día a consultar, leer, entretenerse y curiosear a través de sus dispositivos móviles. Te imaginas (60 horas o casi 3 días al mes).

Este acelerado avance de lo digital y su uso masivo en el país han abierto la caja de Pandora de la privacidad y los datos personales. Estos son tiempos donde el avance desenfrenado de lo digital ha desatado una tormenta de incertidumbre en torno a la privacidad y los datos personales. Con la utilización de la «Deep Learning», se extraen nuestros deseos, usos y costumbres para ofrecernos en nuestra pantalla móvil publicidad personalizada, paquetes de vacaciones, ropa, calzado y otros accesorios. ¡Casi adivinan lo que piensas¡.

La inteligencia artificial y el aprendizaje profundo se han convertido en los nuevos dioses que se alimentan de nuestros deseos más íntimos, usos y costumbres, para luego manipularnos con publicidad y recomendaciones personalizadas. Vivimos en un mundo donde la autenticidad se está desvaneciendo y la verdad se diluye en un mar de falsedades y creencias adoptadas para seguir lo que la mayoría desea y aparentar hacer lo correcto según la «tribu» o las intervenciones diarias de los opinadores e influencers que entregan mensajes oficiales. Este panorama nos presenta un desafío para mantener nuestra propia voz y pensamiento que nos impide discernir «entre lo genuino y lo artificial» en medio de tanta influencia externa donde la verdad es mentira y viceversa.

Los antivalores se han infiltrado en nuestra sociedad, normalizando y premiando a la corrupción o al mal desempeño con más poder, los cuales socavan nuestros principios más fundamentales. Es hora de cuestionar esta nueva realidad en la que nos encontramos antes de que sea demasiado tarde. Qué actitud y acción hacemos para enfrentar la creciente tendencia hacia la falsedad, la adopción de creencias y la promoción de los antivalores como algo común y a la moda. Incluso en tiempos de elecciones políticas, los algoritmos de segmentación psicológica bombardean a los usuarios con mensajes y propuestas de los candidatos, muchas veces de forma engañosa, aprovechándose de las «vulnerabilidades del subconsciente» es decir juegan con tus emociones y ansiedades.

Esta acción política manipuladora e invasiva hacia las personas, tiene como objetivo influir en nuestros pensamientos y decisiones políticas de manera sutil pero efectiva. Y que no te extrañe que en tiempos de elecciones partidarias, te aparezca el todos los medios y tu celular, sin tú quererlo, el mensaje político del candidato único del país, con frecuencia de cada 5 minutos durante la hora que te levantas, comes y te vas a dormir te lanzan sus mensajes, sin propuestas pero lleno de miedos infundados. Con la intención que tu subconsciente se trague ese bombardeo selectivo que los expertos del neuromarketing llaman, segmentación psicológica.

Pero, ¿sabes realmente todo lo que hacen los equipos técnicos de plataformas como Google en el país contratados por 500 Millones provenientes de fondos públicos ? Quizás actividades como minería de criptomonedas, recopilación masiva de datos, ciberseguridad, espionaje o investigación científica, todo ello amparado bajo decretos que mantienen la información pública en total reserva. Los funcionarios pagan cuantiosas sumas que no van a proyectos sociales ,pero tú ciudadano no tienes derecho a saber en que los invierten.

Como ciudadano, ¿tienes conciencia de que tu agenda y vida personal están cada vez más comprometidas y controladas por los algoritmos de estas empresas tecnológicas y las grandes redes sociales? Incluso al registrarte en una billetera digital bitcoin «Chivo Wallet» por $30 usd, hace 3 años, abriste la puerta a que tu información personal fuera accesible a través del aprendizaje profundo. Si bien parece una trama de ficción de una serie de Netflix, no debería sorprendernos que en un futuro próximo te informen que hay mega locales de implantes y se emita un decreto presidencial para que los ciudadanos reserven su dispositivo de control ciudadano, emulando al proyecto de Elon Musk, y obliguen a la adopción de dispositivos de control social y tener que portar el chips de la secta oficialista. Y aquellos que no adopten este dispositivo podrían enfrentar la expatriación por decreto.

En este país inundado por lo digital y la proliferación de políticos inescrupulosos que se autoproclaman mesías, ¿crees que aún hay suficiente gente que dedica tiempo a la lectura de las sagradas escrituras? aunque sea unos minutos al día/semana o mes. O acaso nos hemos dejado envolver por las mil excusas de la falta de tiempo, el alto costo, ya no las venden en la librería o la ausencia de aplicaciones móviles de la Biblia. ¿Qué sucederá en un mundo oscuro y opresivo, donde la sombra del control y la vigilancia tecnológica se cierne sobre cada paso que damos? ¿Te atreverás a desafiar el poder establecido y luchar por la libertad de los ciudadanos o te unirás a las filas de los robots-humanos diseñados para obedecer a su antojo?

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