Como si proviniera de un cuento futurista, un tren autónomo de la ciudad de Zhuzhou, en China, utiliza raíles virtuales en lugar de vías férreas comunes.
El convoy, llamado Rail Bus, dispone de sensores que determinan las dimensiones de las carreteras y planifican la ruta. Inaugurado en 2017 y recién automatizado por completo, el sistema recorre una ruta de tres kilómetros con paradas en cuatro estaciones.
A lo largo de sus 30 metros, tiene capacidad para transportar hasta 300 pasajeros al mismo tiempo y con mínima intervención de los conductores. Funciona a través de baterías y recorre hasta 25 kilómetros después de 10 minutos de recarga, a una velocidad máxima de 70 kilómetros por hora.
Según el fabricante CRRC, su tecnología captura con precisión los detalles de la carretera, “lo que garantiza un viaje preciso con una exactitud milimétrica”. También destacó su rentabilidad, pues su implementación representa alrededor del 25 por ciento de los gastos de los metros de China.
Para muchos, su innovación marca el inicio de una nueva era en el transporte urbano flexible, en particular por no funcionar en el vacío ni de forma aislada. Actualmente, los trenes más rápidos del mundo circulan en el gigante asiático a 350 kilómetros por hora, seguidos de Japón y Francia.
