Los símbolos

Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos, Mateo 7:16-20 RVR1960.

Por: Igor Iván Villalta Sorto*

La destrucción del Monumento a la reconciliación forma parte de un eterno debate sobre lo que construyen unos y destruyen otros. El presidente Bukele ha sido consistente en este campo y se puede decir cualquier cosa en contra del monumento, que no me gusta el color, que las figuras, que la estética. Pero lo que no se puede ni debe negarse es la intencionalidad.

Y qué bueno que Bukele lo destruyera puesto que al matar un monumento revive el símbolo. Bukele fiel a su estilo autoritario y populista, distrae a la opinión pública con un acto simbólico y propagandístico, pero eso no va a cambiar en nada el pensamiento de un cúmulo de personas que considera que las cosas no se están haciendo bien, no va a cambiar la debacle económica en la cual nos encontramos.

Así lo hizo el ex alcalde de San Salvador Norman Quijano que le cambió el nombre al Bulevar Venezuela, porque este país ya no era democrático, mismo argumento que esgrimían para no restablecer relaciones con Cuba, debido a que El Salvador era un país democrático y esos otros no. Hasta estos momentos no puedo dejar de pensar cual es el ejemplo de democracia que los sucesivos gobiernos de El Salvador, han aportado al mundo.

Pero sería bueno que el presidente continuara con su labor de evidenciar la destrucción de la república. Ahora continué con la destrucción del monumento a la constitución, que se la pasa por donde quiera, que la interpreta como quiere. Entonces ordene a su Ministro de Obras Públicas que también la destruya, porque ahora la ley es Bukele.

De acuerdo a la historia, los precarios procesos democráticos que ha vivido El Salvador han sido raros y contados. Veamos otro ejemplo. En la revolución francesa la guillotina se introdujo como método de ejecución por el parlamentario Joseph Ignace Guillotin precisamente como un método más eficiente, menos traumático y doloroso a la ejecución con hacha y verdugo.

Debido a que en aquel tiempo ya se hablaba del respeto a los derechos humanos, pero resultó que el parlamentario jacobino Maximilien Robespierre hizo un uso abusivo del instrumento de ejecución, al cabo que llevó a guillotinar a diestra y siniestra,  con el argumento de estar luchando contra la corrupción, razón por lo que lo apodaban “el incorruptible”.

Y al final de la época del terror en Francia, terminó siendo ejecutado en la misma guillotina. Este ejemplo es clásico de lo que puede significar usar al antojo la ley o los instrumentos de poder. Una de las primeras víctimas de la guerra es la verdad, porque cada bando en contienda difunde propaganda, no noticias, y así deben reproducirlas  los medios de difusión. Un grave error que muchos cometen es terminar creyendo sus propias mentiras.

Aprendamos un poco del reciente conflicto armado. Del cual el presidente niega y reniega: Lindolfo Carballo, asistió a una reunión en Nicaragua con la Comandancia General del FMLN. Me decía, vos debiste haber ido, mira el rector de la Universidad sirviendo café, entre otros también se encontraba Vinicio Peñate, entonces Secretario General de la Asociación General de Estudiantes Salvadoreños  (AGEUS).

Rompió la reunión Joaquín Villalobos, haciéndoles un llamado a los invitados, de que allí no iban a recibir ninguna bendición papal. Considero que la oposición debe aprender mucho de la guerra. Nosotros como combatientes no estábamos esperando que un alguien nos proveyera de nada, jugábamos con líneas partidarias que había que ejecutar.

No sé si se han cuestionado del porque Bukele arrasó en las pasadas elecciones y lo seguirá haciendo, precisamente porque hizo algo distinto que encanto y encanta a las personas. En ese caso la oposición no puede hacer lo mismo, debe emplear su ingenio e inteligencia para ensayar formas nuevas de llevar el mensaje a las personas.

Por esa razón sostengo que Bukele ha hecho bien en destruir el monumento a la reconciliación, porque no sólo lo ha realizado en la manera de gobernar en donde ha convertido al ciudadano en vasallo que debe seguir sus reglas, sin protestar, sin preguntar y porque no gusta de la reconciliación y la paz. Porque esto conlleva a la tolerancia, a la democracia, a la convivencia pacífica y al parecer, por sus acciones, no es la manera apropiada de tratar a la persona humana por el presidente.

Estas acciones conllevan lecciones implícitas. En la edad media primero se quemaba la esfinge, luego se quemaba al individuo. El imponer mi pensamiento, mi cultura a otros es un hecho de violencia. De qué sirve que se vanaglorien que El Salvador es el país más seguro del mundo, cuando subyace una violencia estructural lista para explotar.

No se equivoquen, destruyendo monumentos conmemorativos a la reciente historia del país, no se va a lograr solventar los grandes y graves problemas que padecemos, no nos van a sacar de la pobreza, de la miseria, del saqueo, de la explotación que sufrimos. Se necesitan de acciones reales y concretas.

*Biólogo investigador

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