El Salvador de plástico

Era una ciudad de plástico
de esas que no quiero ver
de edificios cancerosos
y un corazón de oropel**
donde, en vez de un sol,
amanece un dólar
donde nadie ríe
donde nadie llora
con gentes de rostros de polyester
que escuchan sin oír
y miran sin ver:
gente que vendió por comodidad
su razón de ser y su libertad.

Fragmento de la canción “La chica Plástica” de Willie Colón & Rubén Blades.

Por Igor Iván Villalta Sorto*

Cuando era pequeño, en las navidades, nuestra abuela paterna, junto con nuestra madrastra nos llevaba por las calles de San Salvador a la tradicional “vitriniada” en donde los niños y adultos nos deleitábamos con los objetos que ofrecía el comercio.

Luego todo  cambió, los constantes ataques a la infraestructura comercial eliminaron aquellas vitrinas. Los comercios establecieron murallas, signo inequívoco de una situación política y social a punto de estallar. Recuerdo a aquel intrépido personaje que se atrevió a poner una bomba en la misma entrada del Banco Central de Reserva de El Salvador.

Este personaje se llamaba Doré Castro y era hermano de Fidel Castro, estudiante de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas (UCA) y miembro de la FUR-30 de julio. Fidel murió abatido a balazos por miembros de la Policía Nacional en las gradas de la Catedral Metropolitana.

Doré Castro, después del asesinato de su hermano, se integró al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) como comando urbano. En el libro Las mil y una historias de Radio Venceremos, Santiago lo describe como un figura menuda que se observaba muy femenil, en contraste con los campesinos recios y machistas, que para todos ellos los que veníamos de la  ciudad éramos algo afeminados.

Pero Doré, ya venía de entrar en la base militar de Ilopango. En una acción planificada por Ricardo Montenegro en colaboración con infiltrados que trabajaban en la base, como el caso del tío político de Roberto Morales (El Caballo), ambos asesinados por el régimen.  En la incursión, se  destruyó el 30% de las naves aéreas.  Doré muere en el volcán de Guazapa, al pisar una mina que había colocado minutos antes (en honor a este heroico guerrero a los correos del frente en Morazán se les bautizó como Samuilitos (seudónimo del compañero).

El contraste, de las dos realidades en el mismo universo del pensamiento humano. La ingenuidad e ilusión que despierta un mundo plástico a enfrentarse con el asesinato a mansalva  de su hermano, son historias paralelas que luego se encuentran. Un Santa Claus que en primer lugar no pertenece a nuestra cultura. La figura de Santa Claus pertenece a los nórdicos en la celebración de la Saturnaria que eran “fiesta paganas que celebraban los romanos en honor a Saturno, el dios de la agricultura y la cosecha” Antoine Callet.

Esta fiesta se celebraba dos mil años antes  que los romanos adoptaran el cristianismo como religión oficial del imperio, razón por la cual la natividad se trasladó a estas fechas en coincidencia con la Saturnaria. Ahora, Santa Claus es una figura que se comercializó precisamente por la Coca Cola. Los Celtas consumían un hongo alucinógeno llamado Amanita muscaria, este hongo es de color rojo y los renos saltan tanto que en la niebla se observan como si volaran, además de los efectos alucinógenos del hongo.

De ahí podemos observar del porque  la navidad se tiñe de rojo. Esa ilusión del fin de un ciclo e inicio de otro distrae de la realidad de lo trascendente, pero para mantener un estado de cosas se hace necesario y se establece para la masa de trabajadores un aguinaldo, también originario de la  cultura celta y retomado por los romanos.

En El Salvador de plástico lo que interesa es la cosmética, pero hay que recordar que el plástico para que se vea reluciente debe estar nuevo, aunque nadie resiste el paso del tiempo, el plástico lo resiste menos, la exposición a los rigores del ambiente terminan haciendo que aquello que brillaba con destellos multicolores en algo corrugado y opaco.

El gobierno de la familia real que llegó al poder con toda la admiración de propios y extraños, el brillo les duró poco, ahora tiene que pagar con dineros del pueblo un ejército de personas que se dedican a la adulación, contratar en el extranjero a personas que al venir al país deben recordarle a la población del país de las maravillas en  que vivimos. En donde reímos y cantamos y  disfrutamos por gracia de la familia real.

Pero a pesar de los aproximadamente 54 mil millones de dólares estadounidenses que ha tenido la casa real para impulsar el desarrollo y la prosperidad de nuestro pueblo, se ha dedicado a favorecer a los grupos de poder. Es una ironía que teniendo tanto dinero para desarrollar el país o al menos mejorar las condiciones de vida del conglomerado social, haya crecido la pobreza y el abandono de los grupos vulnerables.

En el país, no existe más justicia que la impone la casa real, se acusa a Rubén Zamora, veterano luchador social, por encubrimiento individual, se utiliza el dolor de los familiares de las victimas del Mozote con fines electoreros, para montar cortinas de humo, ante los nuevos miembros de la lista Engel y de represión en contra de la oposición.

Terminando con la canción tema del artículo. Veamos el corazón, no las caras.

*Biólogo investigador

**cosa de poco valor y mucha apariencia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: