Al menos seis millones de fieles acudieron desde la medianoche pasada a la Basílica de la Virgen de Guadalupe, en la primera jornada de la peregrinación, considerada la mayor concentración anual de católicos en el mundo, informó el 12 de diciembre la alcaldía Gustavo Madero de la capital mexicana.
«La Basílica de Guadalupe ha recibido la visita de más de seis millones de peregrinos en conmemoración a la Virgen de Guadalupe», dijo el alcalde Francisco Chiguil Figueroa, a cargo de la demarcación que alberga el templo católico más importante del país latinoamericano, al brindar datos preliminares.
🎺🎺Desde el cielo una hermosa mañana, la Guadalupana, la Guadalupana bajó al Tepeyac🎺🎺 Así comienza la tradicional Misa de las Rosas, ante una hermosa Basílica de Guadalupe llena que observa la llegada del Cardenal Carlos Aguiar, sus obispos auxiliares y el presbiterio de la… pic.twitter.com/uoF0lADxo6
— Arquidiócesis Primada de México (@ArquidiocesisMx) December 12, 2023
La virgen de Guadalupe en su basílica. pic.twitter.com/42ImVMUco3
— Padre Eduardo Hayen Cuarón 🇲🇽🇺🇸 (@padrehayen) December 13, 2023
El operativo implementado para garantizar la seguridad y el bienestar de los asistentes ofreció más de 3.600 atenciones médicas, principalmente por fatiga y otras dolencias de la travesía.
Los fieles llegan desde todo el país en caravanas de camiones, autobuses, motocicletas y bicicletas, alternando con largas caminatas, que hacen incluso de rodillas en los tramos finales a manera de devoción de fe.
Las medidas de apoyo contemplan la distribución de varios miles de litros de agua potable y alimentos básicos entre los peregrinos, repartidos en los últimos 15 kilómetros recorridos, donde ya fueron recolectadas 15 toneladas de basura en un día.
Los organizadores del operativo de seguridad estiman que la cifra final de este año se mantenga relativamente cercana a ese último registro, con un récord de 11 millones de personas el año pasado.
En el marco de la Novena Reunión Intercontinental Guadalupana, el cardenal Carlos Aguiar presentó a la imagen venerada una rosa, símbolo del compromiso de la iglesia católica con la cristiana virgen María, considerada «madre del verdadero Dios, por quien se vive».
Millones de personas congregadas
«Vamos a tener, por lo menos, 11 millones de peregrinos visitando la Basílica», adelantó el 10 de diciembre el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres.
El año pasado se rompió el récord de asistencia, al recibir la llegada de más 11 millones de visitantes. Este año, las bajas temperaturas del invierno boreal, menores a los 10 grados por la noche, podrían mermar el flujo de feligreses.
El desplazamiento de caravanas se realiza en cinco rutas con módulos que brindan agua, alimentos y atención médica a decenas de miles de peregrinos.
Desde la madrugada del 12 de diciembre, los fieles cantaron las tradicionales «Mañanitas», que se acostumbra en los cumpleaños mexicanos, para conmemorar la aparición en 1537 de la figura religiosa, según la liturgia católica.
Los fieles escuchan sucesivas misas y los sacerdotes consagran las reliquias que acarrean con ellos los peregrinos durante la travesía, que consideran bendecidas luego de la ceremonia y con las que regresan a sus comunidades.
Grupos de mariachis animan a los feligreses, coordinados con otras bandas de músicas regionales, bailarines de danzas prehispánicas y actores que representan las apariciones de la Guadalupana.
Tradición católica
La tradición católica indica que la Basílica original fue erigida en el Cerro Tepeyac, en el norte de la capital del país, por un pedido de la Virgen al indígena Juan Diego, donde comenzó la construcción del edificio colonial en 1695, que fue inaugurado en 1709.
Desde el siglo XVI, el Cerro del Tepeyac ha sido un punto de peregrinaje, y en 1667 el papa Clemente instituyó el 12 de diciembre como día de fiesta en honor a la Virgen de Guadalupe.
En 1976 fue inaugurado un nuevo recinto religioso con una explanada para recibir las peregrinaciones, donde se conserva la imagen. Según la tradición, la figura quedó impregnada en la túnica de Juan Diego.
Desde 2002, aquel indígena de la etnia chichimeca —cuya vida real sigue bajo controversia entre historiadores— fue beatificado por el Vaticano, con lo que se convirtió en san Juan Diego.
Ese año se ratificó la polémica «existencia histórica» del indígena, validando el milagro de la imagen impregnada en la túnica como prueba de la aparición. (Sputnik)
