Números difíciles de revertir que representan la crisis en cómo se vive diariamente

La situación estructural de la población total salvadoreña es en números 61705,697. Con una alta población de salvadoreños(as) en diferentes partes del mundo que hacen a la economía con cierta estabilidad, a través de las remesas que llegan a significar ingresos importantes para mantener una economía, sin la producción necesaria para un desarrollo económico; y alcanzar bienestar.

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

La distribución así, disponemos de una población en edad de trabajar (PET) de 41995,745 (74.5%), correspondiendo a un porcentaje mayor de mujeres 54%; en comparación de hombres de 46%; no obstante, esta población no toda está laborando en la formalidad o informalidad, que es la población económicamente activa (PEA), de 31104,067, distribuida en 41% mujeres y 59% hombres; en esto observamos que el sesgo de género empieza a pronunciarse, en tanto son los hombres los que presentan condiciones para trabajar un tanto mejores que las mujeres.

Números así denotan una presión por que cada año se deben crear al menos 65,000 empleos para absorber a la PEA; y una cantidad de 35,000 para incrementar la participación de mujeres en el mercado laboral, esto estaría exigiendo aumentar el trabajo decente en un 40% de la pea; y trabajar en la mano de obra subutilizada (subempleada y desocupada) de reducción en un 20%.

No obstante, cuando observamos, la distribución de la población ocupada (PO), que dispone de un trabajo estable, temporal, a tiempo completo y/o parcial, llegamos a una población de 21908,119. Correspondiendo a la población total de 43.4%, que en términos de la fuerza de trabajo representan 196,747 personas, el 93.7%, implicando una fuerza desocupada de 6.3% que pareciera ser controlable.

Disponemos de una distribución de población asalariada de 11627,247, que corresponden a 31% mujeres y 69% mujeres que denota claramente el sesgo de género; distribuido en 11402,467 en el sector privado, donde implica el 29% son mujeres; la empresa privada si se le juzga en términos de género, no ofrece una equidad a la hora de otorgar un empleo y, en el sector público son 221, 870, con el 43% de mujeres, un tanto más equilibrado.

En consecuencia, dentro de áreas de subutilización encontramos a trabajadores(as) por cuenta propia de 89,442, con el 66% de mujeres; el servicio doméstico de 135,988, donde es el 92% de mujeres. Empresa familiar no remunerado, 165,767 personas; cuenta propia sin local, es de 751,022. Y disponemos de 131,574 empleadores/patronos.

La estructura, los datos han quedado desde 2019, EHPM y datos de la OIT. Sin embargo, no se explican la situación de la DIGESTYC, y de otras instituciones que se suprimen de carteras de Estado y se van a integrar con otras, pero no son claros los propósitos, sino se advierte ciertas acciones para ocultar información y que esta no sea del dominio público, y saltan infinidad de razones de diferentes sesgos para que la información no sea analizada y se construyan datos en lo posible. El 28.2% de la población total se clasifica como económicamente no activa.

Claramente nos denota que las políticas públicas y los llamados modelos de desarrollo económico, no han estado a la altura de las necesidades de la gente. El modelo agroexportador, centrado en el mono cultivo del añil o del café, y después el algodón y el azúcar; no ha sido viable y la oligarquía terrateniente, cooptó al país hasta tenerlo en condiciones económicas difíciles, hasta 1989. En este proceso se intentaron a través de épocas desarrollistas introducir un modelo de industrialización en período de Manuel Enrique Araujo (1913); de Oscar Osorio; el mercado común centroamericano (1950-1967), conocido como modelo de sustitución de importaciones,
Luego se llegó al modelo de promoción de exportaciones (1989), donde se pretendió emular a los tigres del Asia, pero que los niveles del eje de acumulación financiero (capital bancario más capital industrial), los tratados de libre comercio y otras variables como la economía de guerra, implicaron para los sectores oligárquicos la reducción del Estado, a través de las diferentes privatizaciones que terminaron por vender al país, lo que ha implicado un deterioro estructural de los servicios públicos, que continúan en un deterioro acelerado—aunque hoy la promesa con la empresa GOOGLE, se contraten sus servicios; y durante un proceso de 5 años pueda disponerse de una diferente lógica para los servicios públicos.

La constante ha sido la profunda desigualdad, la concentración del poder y la riqueza, la expulsión de la gente resultado de las nulas oportunidades dentro del país, siguen estando presentes. Ahora estaría implicando que una alta proporción de población adulta y de adultos mayores vaya siendo desplazado de su trabajo. El período Bukele, estaría implicando una alta proporción de despidos e incorporación de supuestos contingentes de personas jóvenes, que irán relevando a la persona mayor en todo los que implica la institucionalidad pública.

*Sindicalista salvadoreño

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