Compras del 15 de septiembre

A pesar de que todos los indicadores económicos de El Salvador revelan lo gravísimo de la situación, con cifras que son irrefutables, el gobierno de la familia bukele continúa en su desaforada orgía de compras. Parece que esa conducta va contra la lógica y el sentido común.

Por: Toño Nerio

Como todas las anteriores, al igual que en esta ocasión, el despilfarro se presenta como una brillante decisión del hombre que posee una extraordinaria visión financiera. Y todas las anteriores sí que han resultado en una inversión de fondos públicos para la conseguir enormes ganancias económicas, políticas y de poder, pero no para la República y el pueblo, sino para una familia y la camarilla criminal de la que se rodea.

Como todas las anteriores, en este caso también el gigantesco gasto fue presentado con todo desparpajo como “inversión extranjera directa”. De hecho se dijo “Google va a realizar una inversión de 500 millones de dólares en El Salvador”.

Esta última compra es no de 500 millones de dólares, sino de un mínimo de 500 millones de dólares que el gobierno de El Salvador se obliga a pagar por la compra de servicios de la “nube” de Google.

Sí, de la famosa “nube”. Van a “modernizar” de ese modo al estado salvadoreño, por eso hay que darle “al menos” 500 millones de dólares a la empresa que almacena los datos de todas las personas del mundo. Esa información que permite exterminar la reputación de cualquiera. Especialmente si el que tiene acceso a ella posee también todos los medios de propaganda para –valga la redundancia- propagar bulos en perjuicio del que enfrente a la tiranía.

La familia bukele sabe que el crédito que le entregaron los votantes salvadoreños en 2019 ya ha expirado y que de aquí para adelante solo le queda el camino de la fuerza.

No es la primera vez que los gastos del gobierno de la familia tiránica se hacen aparentemente sin ningún sentido. Y todas las veces anteriores han sido plenamente desenmascarados.

Sin embargo, a lo largo de 52 meses consecutivos el gasto público ha venido incrementándose a contrapelo de las disponibilidades en la caja y en contrasentido de la capacidad de endeudamiento.
Pero, si bien es cierto que económicamente no parece tener ninguna lógica, al revisar el gasto como función del crecimiento de la percepción de miedo en la población, ahí si le encontramos su sentido. Nada mejor que el miedo para afianzarse en el poder.

Veamos algunos datos y busquemos una explicación.

1. Dice el gobierno de la familia bukele que El Salvador tiene por primera vez en su historia una recaudación hacendaria que no deja resquicios para los evasores.

Cierto. Mediante una férrea persecución de todos los agentes económicos, los naturales y los jurídicos, los que generan ganancias y los que están en números rojos, la recaudación del Ministerio de Hacienda alcanzó cifras récord a partir de 2019. De hecho, la recaudación tributaria –en relación con el PIB- creció en 1.3% entre 2020 y 2021, saltando del 22.0% al 23.3% ¡A pesar de la profunda caída provocada por la pandemia, justamente en esos dos años de contracción!

La absoluta insensibilidad mostrada por el gobierno se ha expresado en el sostenimiento -sin ninguna medida, aunque solo fuese paliativa- para el control de la inflación que se desbocó desde entonces. La razón: simplemente porque el aumento ilimitado de los precios al consumidor final equivale al incremento sostenido de las percepciones del gobierno por concepto de su principal fuente de ingresos, el Impuesto al Valor Agregado (IVA).

¡Por supuesto! Si una caja de cerillos sube de precio, y si una vela de cera también, eso para el gobierno es miel sobre hojuelas, considerando que una buena parte de la población no cuenta con servicio doméstico para el alumbrado eléctrico. ¡Fantástico!, los miserables, los más pobres de entre los más pobres, aumentan el tesoro nacional con el mayor número de centavos de IVA que tienen que pagar para no romperse la crisma en esas doce horas de oscuridad que religiosamente trae cada día a todo el territorio de la pequeña geografía salvadoreña.

De los países del subcontinente latinoamericano, incluyendo la región caribeña, El Salvador es de los que en este periodo aparece de forma destacada entre los primeros lugares de recaudación fiscal incrementada, puesto que superó con mucho el promedio continental, que se quedó con un 0.8%. Mayor recaudación a pesar de la crisis y con una economía situada entre las de peor desempeño.

Pero… Lo que no dice el gobierno de la familia bukele es que algunos grupos empresariales, así como los familiares, amigos, socios, cómplices, sirvientes de la mayor confianza, miembros de alto nivel de las fuerzas armadas y de la policía, traficantes de todo lo prohibido, todo tipo de contrabandista, lavadores de dinero, etc., viven libres de impuestos y gozan de estímulos fiscales fabulosos.

En efecto: los ricos son mucho más ricos y los pobres son más y mucho más pobres.

Pero: La empresa colombiana AVIANCA –que es jefeada por uno de los clanes familiares oscuros relacionado con episodios truculentos desde los tiempos en que administraban la extinta compañía de aviación TACA- tiene exención impuestos en la compra de combustibles para los aviones. Con esa movida, el estado pierde mucho dinero sin sentido. Veamos, para llenar el tanque de una aeronave de AVIANCA –o sea, las que comúnmente aterrizan en el Aeropuerto Internacional “Monseñor Romero”- se necesitan 3 mil 500 galones de combustible, de modo que a los precios actuales el precio de la factura es de unos 17 mil dólares por cada avión, antes de los impuestos.

Sin embargo, si un pescador artesanal va a la gasolinera a llenar un tambo de gasolina para el motor de su lancha, o un taxista, o un simple propietario de su moto, tienen que pagar el IVA, el COTRANS –que es un impuesto para subsidiar el transporte público de pasajeros-, el FEFE –que es un impuesto de guerra de cuando hubo una guerra civil ya clausurada desde hace más de treinta años-, el FOVIAL –que es un impuesto para darle mantenimiento a las carreteras- y sabe dios cuántos otros impuestos aplicables a los simples mortales.

Pero a AVIANCA, por alguna siniestra razón, no se le aplican ninguno de esos impuestos. Por eso todos los avioncitos de AVIANCA pasan por la gasolinera salvadoreña para llenar sus tanques. Y además de esa empresa hay otras compañías de aviación -más de cien aviones que diariamente pasan por el aeropuerto- diciéndole al muchacho “Lléname el tanque”. Es decir, 17 mil dólares multiplicados por cien. O sea, arriba de un millón 700 mil dólares se dejan de percibir por cada día de dios.

Los pobres pagan impuestos, los multimillonarios no. Y, si son extranjeros, se les paga por vivir en El Salvador.

La política de empobrecimiento de las grandes mayorías tiene sentido, porque la mayor pobreza significa menor capacidad para pensar en defenderse de los abusivos, cuando la primera prioridad es lograr conseguir algo de dinero para el siguiente plato de comida.

2. Las actividades de la rebusca deben pagar impuestos, sino las vamos a cerrar: ministro de hacienda y alcaldes municipales del partido en el poder.

Claro. En El Salvador, en una de cada dos puertas de cualquier colonia o barrio hay un rótulo que dice “Hay sopa de patas los sábados”, “Se pintan casas”, Tienda San Carlos”, “Se leen las cartas, quiromancia y se hacen limpias”, “Pupusería La Colocha Cholca”, “Templo de la Iglesia Verídica del Señor de las Buenas Nuevas”, “Hay chocobananos”, “Pedicura y cosmetología a domicilio”, “Se destapan inodoros y se limpian fosas sépticas” y toda clase de oficios para rebuscarse.

Es una población cautiva que no tiene para donde hacerse, ni bajo que palo arrimarse, pues no tienen nombre ni padrino. Un gentío que está a merced del ministro de hacienda o del señor alcalde. Cuando dicen que hay que pagar impuestos, ni modo.

Antes, bajo el control de las pandillas delincuenciales llamadas maras, las familias estaban obligadas a pagar la “renta” a cambio de la promesa de no ser asesinados si cumplían con ese impuesto de guerra. Ahora que hay menos empleo y todo está mucho más caro, el gobierno de la familia bukele asalta los bolsillos de la pobretería sin piedad, con toda clase de impuestos. La lógica es bien sencilla: la gente no tiene dinero para irse a vivir a otro sitio, por lo tanto, tiene que pagar. Igual que con los mareros: o paga o paga.

Antes, cuando los mareros mandaban, a las familias les daban un plazo para que se fueran de la colonia o los iban a exterminar y de todas maneras ellos se quedaban con las casas. Hoy, si al alcalde o al funcionario o al empresario afiliado al partido de la familia bukele les gusta una casa o un terreno, le basta con alegar que es de interés inmediato para que un juez determine el desalojo y establezca el monto que el interesado quiera pagar y la decisión es inapelable para el afectado.

3. Los ricos extranjeros, sin importar el origen de sus fortunas, pueden llegar a vivir en El Salvador, adquirir la ciudadanía y protegerse de todo mal (extradición)

Desde septiembre de 2021, todos los bitcoiners, los mineros de criptomonedas, los youtuberos extranjeros de la propaganda oficial y cualquier criminal internacional que quiera invertir en la apuesta criptica de la familia bukele tiene la opción de obtener la ciudadanía automática –que los protege de todo mal, porque El Salvador no extradita a sus delincuentes-, exención de todo tipo de fiscalización y exoneración del pago de todos los impuestos.

No solo gozan de una ciudadanía cinco estrellas, sino que el estado salvadoreño pone a su disposición casi el diez por ciento de la electricidad que se genera en el país por medio de la geotermia. La estatal Central Geotérmica Berlín, ubicada en el oriental departamento de Usulután, a unos 106 kilómetros de la capital del país, al pie del volcán Tecapa, ha sido puesta por voluntad presidencial al servicio de los mineros.

Jamileth de Quan, la Gerente General de LaGeo, una empresa del estado salvadoreño, dijo el 6 de octubre de 2022 a Santiago Cassina de Cointelegraph, que la entrega a los mineros forma “parte de un plan piloto, el cual tiene planificado incorporar más equipos de minería, en un corto plazo, para seguir aumentando el poder de cómputo”.
Y no solo eso, para que la planta no se detenga se ha contratado “un equipo especializado que suma aproximadamente 112 personas, además de las 64 que trabajan de manera fija en la Central”. Es decir, triplicaron el personal. La idea de la familia bukele es que el negocio del minado de criptoactivos crezca a toda velocidad. Sin embargo, de eso no existe ninguna información pública dentro del país.

Nadie sabe cuál es el resultado de los negocios que se están haciendo ni a quien se está beneficiando con los recursos naturales energéticos del país. Solo se sabe que los mineros usan la empresa estatal y no pagan impuestos.

La puntilla viene al comparar los precios de la energía. Para los extranjeros que se dedican a la minería de criptoactivos un kwh tiene un precio de 7 centavos de dólar.

“El precio ronda un promedio de 7 centavos de USD por KW, se busca mantener el balance de la matriz energética y eso lleva a que los precios sean estables o incluso bajen en ciertas ocasiones, pero en general ronda los 7 centavos”, dijo al periodista de Cointelegraph el Ingeniero Electricista Roberto Monte, Gerente de Planta en la Central Geotérmica de Berlín.

La periodista Karen Molina había publicado el 19 de enero de 2022, o sea, nueve meses antes del reportaje de Cointelegraph, que los precios de la energía eléctrica en El Salvador son los más caros de Centroamérica, solo detrás de Panamá que es el país con el mejor desempeño económico de la región, gracias al Canal Interoceánico.

Según la periodista salvadoreña, el precio de cada kilovatio/hora para las familias más golpeadas por la recesión económica y empobrecida por las políticas de la familia bukele es de $0.187 –casi 19 centavos de dólar-. Ese precio es para los hogares que tienen un consumo mensual de entre 101 hasta 300 kw/h. En Guatemala ese mismo producto se paga a $0.158 y en Costa Rica a $0.136.

Pero, resulta que ese precio de casi 19 centavos de dólar es el mismo precio que pagan los que consumen 1,000 kw/h por mes. O sea, ¡los pobres pagan igual que los que consumen diez veces más porque tienen una casa diez veces más grande! La señora que tiene un puesto de pupusas en la puerta de su casa paga lo mismo de luz que el señor que tiene la franquicia de la hamburguesería más famosa del mundo.

En síntesis, bukele ha puesto en manos de los mineros extranjeros de bitcoin la más segura y permanente fuente de energía propia de El Salvador. Esa que nace del calor de los volcanes y que va a seguir existiendo cuando se muera el riíto Lempa, el generador de la hidroelectricidad. Los mismos extranjeros de primera categoría que están exentos del pago de impuestos. Los mismos que pagan a 7 centavos de dólar en el mismo momento en el que los salvadoreños pagan 19 centavos de dólar, o sea, más de un 63% de ganancia para los fuereños.

Por eso bukele compra en septiembre los servicios de Google: para meterle miedo a todos los descontentos. Cualquier comentario, cualquier foto, cualquier gasto que hayas publicado en las redes será usado en tu contra. Que no te quepa ninguna duda.

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