Anarquismo y psicología de la libertad

Jorge Enkis, es un filósofo anarquista chileno con un diplomado en psicoterapia cognitiva y desarrollo humano. Escribe “Anarquismo y Psicología de la Libertad”, en el dos mil veinte.

Por: José Guillermo Mártir Hidalgo*

Nos explica que el objetivo de la Psicología de la Libertad es, dilucidar los mecanismos de manipulación sobre la conciencia. Considera que los verdaderos valores se encuentran en el inconsciente y el lado oscuro en la realidad consciente, donde hay una autoridad exterior con hegemonía moral y conductual, tanto psíquica y como social.

El origen verdadero de los conflictos se encuentra en la contradicción en la infancia, entre las tendencias innatas y las tendencias moduladoras externas. Los individuos más resistentes a esta influencia sugestiva, son los que sufren una desintegración más intensa, que se manifiesta en diversas alteraciones. Para este tipo de individuos, la terapia psicoanalítica ofrece la única posibilidad de curación.

Entre tanto, los aspectos ajenos a la propia individualidad entran a la vida interior por la propia familia. Después de todo, el contacto con los medios de comunicación se da en el hogar. De este modo, el niño aprende aquello con lo que se siente vinculado, por contentar a alguien y por la presión social o la autoridad. Lo cierto es que el conflicto entre los propio y lo externo provoca desamparo. Y solo el psicoanálisis posibilita entendimiento que hace superable la soledad. Enkis estima que el psicoanálisis y la educación, tienen un potencial liberador impensable a nivel social. El autor se refiere al psicoanálisis que tiene en cuenta el factor de clase, la libertad y la individualidad, igual que lo hace la educación libertaria.

El interés del poder, no solo es coartar a los futuros miembros de la sociedad volviéndolos dependientes y atemorizados, sino, trazar la línea divisoria para delimitar lo aceptable y el tipo de ciudadano normal en la “democracia”. Es que cuando un grupo dominante ha conseguido la hegemonía para constituirse en autoridad, puede usar esta para imponer ideas, creencia y criterios. Esta sociedad, por tanto, no busca realmente la libertad colectiva, ni tampoco la libertad individual. La disolución total de lo propio, lo encontramos en el plano virtual en las redes sociales. Las redes sociales nos homogeneizan, complicando la organización obrera, la conquista de derechos y los espacios autónomos.

Un amante de la libertad, nos dice Enkis, jamás asumirá el encierro ni los códigos impuestos por la “subcultura carcelaria”. Se institucionaliza el autoritarismo carcelario, para adaptar a los sujetos y despojarlos de su ser. El encarcelamiento o privación de libertad, trae consecuencias psicológicas importantes. Puede desarrollar una cadena de reacciones y distorsiones afectivas, cognitivas, emocionales y perceptivas. La personalidad, es un factor que determina el grado de prisionalización. Siendo efectos psicológicos durante la prisión la ansiedad, la despersonalización, la perdida de intimidad, la baja autoestima, la falta de control sobre su propia vida, la ausencia de expectativas, los trastornos del sueño y cambios en la sexualidad.

Un debate bioético relacionado con el final de la vida humana es, el “derecho a morir con dignidad”. Es decir, el derecho a disponer de la propia vida, mediante la eutanasia o el suicidio medicamente asistido. El Estado no debería intervenir para evitarlo. Porque nadie tiene derecho a imponer la obligación de seguir viviendo a una persona que, a razón de un sufrimiento extremo ya no lo desea.

Enkis cree, que el control de la sociedad por parte del Estado, propicia un trastorno social autoritario. Dicho trastorno se caracteriza por el secuestro de nuestras mentes por el miedo y la incertidumbre. Hay dos tipos de ansiedad social autoritaria. La primera, la ansiedad social autoritaria externa que se manifiesta por cumplir con la autoridad y mantener sus normas y su moral. La segunda, la ansiedad social autoritaria interna, que se expresa en el miedo a pensar y a decir lo que se piensa. La histeria colectiva es un caso de ataque de ansiedad en grupo, por la pérdida de autocontrol de los individuos bajo la presión social. El autor supone que la psicoterapia cognitiva-anti conductual es útil para tratar el trastorno de ansiedad social.

La heterosexualidad forzosa se presenta como lo verdadero. Los discursos médico-jurídico definen a los gays o lesbianas como identidades imposibles. El género, dirá, es consecuencia de un sistema coercitivo que se apropia de los valores culturales de los sexos.

En otro tema el autor opina que la guerra psicológica, es un instrumento de poder y principal método de combate en el mundo actual. Los diferentes poderes políticos y económicos, pelean por colonizar la mente de los individuos libres. La guerra psicológica es un conjunto de acciones destinadas a destruir moral, emocional y simbólicamente al adversario en el marco de una confrontación.

Entretanto, la felicidad se asocia con los bienes de consumo. La felicidad moderna es una ilusión individualista. Se dirige al terreno de la máxima comodidad y hacia el más alto diseño de placer. El autor recomienda no dejar que la ilusión de felicidad que nos otorga el capitalismo nos absorba.

Para Enkis, la enfermedad viene de un bloqueo emocional. El cual es generado por pensamientos, creencias, actitudes y emociones basadas en el miedo, la rabia y la tristeza. La sanación empieza por enfrentar esos miedos, esa rabia y esa tristeza y cambiar las creencias limitantes. La sanación se hace a nivel energético, emocional y mental e implica un cambio de actitud a través de uno mismo.

Del mismo modo Enkis considera que es normal y humano culpar y sentir enfado hacía quien nos perjudica. Aconseja darse permiso para enfadarse con ellos y perdonarse a sí mismo. También, es necesario perdonar a personas que nos hieren, pues llevan dentro un profundo dolor.

Bajo la premisa de resguardar la seguridad social, el Estado educa a agentes asesinos para violentar y abusar de la población, someter a los individuos y coartar su libertad. Los agentes policiales se insertan en la opinión pública como héroes de la nación y protectores de la seguridad pública de conductas criminales.

En otro punto, la conciencia no es una entidad separada del cerebro. Explorar el funcionamiento del cerebro nos podría dar indicios de ella. Una herramienta para explorar el cerebro es la resonancia magnética funcional. Y junto con las sustancias psicodélicas, es una combinación muy valiosa para explorar el cerebro y la conciencia.

Finalmente, Enkis piensa que somos una sociedad de neuróticos adaptados, viviendo bajo constante humillación y trato degradante. La manipulación de nuestros pensamientos conforma una cultura fértil para el poder. El sistema saca redito de esto apuntalando a individuos altamente obedientes. Trabajadores precarios pero productivos, consumistas sin criterio y nada críticos con la sociedad ni con las injusticias.

*Psicólogo salvadoreño

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