Oreando los trapitos al sol

La expresión es por entero un modismo, un argot, una jerga que entendemos por entero, y que no deja duda sobre lo que implica cuando se usa.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

Implica evidenciar a alguien de manera pública, exhibiéndolo con ánimo infamante, exponiendo públicamente un tema vergonzoso de carácter personal, humillándolo.

Por supuesto la gravedad es mayor socialmente por el rango implicado, pues el morbo derivado, procurará la muerte social del señalado.

Aclarado eso tenemos ahora a este diputado oficialista, señalado por tráfico de drogas por parte de un impensable acusador: el asesor presidencial de seguridad nacional.

Hemos asistido todos desde entonces, a los dimes y diretes, acusaciones y amenazas, señalamientos y explicaciones, que han vuelto este proceso de carácter legal, una vulgar novela de la peor ralea, que anima tanto la malicia social como la distracción a los temas públicos.

Por otro lado, al examinar el tema con propiedad dejando de lado el morbo y la expectación en que ha degenerado, y considerando objetivamente la información que la DEA vierte en su página sobre el tema del tráfico de drogas en nuestro país[CICAD/2022], podemos apreciar un incremento exponencial de los porcentajes de drogas que atraviesan nuestro territorio desde Suramérica, en hasta un 800% de acuerdo al TOC-DEA, provenientes de Colombia y Perú principalmente, como de las armas ilegales que atraviesan nuestro país desde los EEUU en ruta a los carteles del cono sur, devastando sistemáticamente a los drogodependientes en la mayoría de ciudades estadounidenses, con el surgimiento de los denominados Zombieland, así como incrementando la drogodependencia, los suicidios, la destrucción de familias, así como degenerando en violencia social.

Por otro lado, Latinoamérica aúna a los males crónicos que nos acompañan desde la fundación de las diferentes parcelas “soberanas” luego de la independencia, la corrupción y la des institucionalidad de estas con el establecimiento del tráfico de droga y el arribo de los carteles, las mafias, el crimen organizado y por supuesto, la consecuente inviabilidad estatal.

Así tenemos en nuestro país a las denominadas pandillas, que le disputan al estado el gobierno en los territorios de su prevalencia, y que reproducen en los delitos que cometen, los crímenes de los escuadrones de la muerte, también impunes, y que como aprendimos en el último año, se suscriben a los intereses de las élites, existiendo porque responden a su necesidad, y siendo perseguidas cuando así favorece a sus intereses, mientras los grandes desafíos estructurales continúan sin ser atendidos.

Entonces, esta novela a la que asistimos y de la que son protagonistas los referidos arriba, tiene en realidad otro personaje, que como en las mejores novelas se encuentra escondido, y es la mano oculta que hala los hilos.

Tal no es otro que el propio ejecutivo, sin cuya venia nada se hace en el país, por lo que las responsabilidades referidas en el caso serán reales solo si las ha aprobado, lo que implica su tácita participación.

Porque este no es un gobierno sino la gestión de uno, una autocracia, la del actual ejecutivo.

II Parte

Partamos de un principio: los procesos legales no son una novela, sino una sucesión de fases que procuran una verdad jurídica.

Cuando en cambio intencionadamente se constituye en un aliciente para el morbo, es porque interesa a las partes que así lo sea.

El evitarlo no es por una cuestión de pudor, pues todo proceso legal que suponga despejar una acusación implica exponerse al escrutinio público, por lo que no tiene que ver con moralismos oscuros, sino con el elemental derecho a la privacidad del que todos somos signatarios, por lo que cuando de manera intencionada se atrae con un proceso en curso la atención de las personas, es porque se procura se constituya una distracción, evadiéndolos de lo que es relevante, lo que los aflige para en cambio atender el circo que se monta en ése proceso en desarrollo, donde las partes se descalifican, exponiéndose públicamente.

Porque es un circo.

En el actual momento para el caso, al país lo agobian desafíos que claramente el actual gobierno es incapaz de enfrentar: un mercado voraz sin control, desempleo, inseguridad jurídica, desinstitucionalización, inmigración ilegal, corrupción, nepotismo, saqueo de la cosa pública, despilfarro, represión, persecución política, asesinatos desde el estado, aislamiento político, etcétera, la mayoría de los cuales ha sido generadas por el propio gobierno, agravando además el fenómeno del amiguismo, el compadrazgo, la intolerancia, la mediocridad, y en particular, la improvisación.

Al no haber resuelto ninguna de las graves problemáticas que aflige al soberano, habiendo además derrochado y desviado ingentes recursos productos de empréstitos que a granel como ninguno de los gobiernos que le precedió tuvo a su disposición el presente, sin levantar ninguna infraestructura, generado empleos, impulsado el desarrollo, recuperado el agro, fundar las bases para una futura industrialización, reformado el sistema educativo, corregido el sistema de pensiones, saneado las finanzas públicas, enmendado el aparato judicial, acabado con la cleptocracia, profundizándola y alcanzando niveles sin precedentes en la historia de la corrupción del país, volviendo a asesinar a ciudadanos bajo detención del estado, amparado la corrupción, el nepotismo y la impunidad como nadie, al régimen solo le queda hacer lo único que sabe hacer: mentir.

Y es que si algo ha caracterizado al régimen que nos mal gobierna son cuatro características: improvisación, intolerancia, cleptomanía y una gravísima y exacerbada mitomanía.

Por supuesto los elementos oficialistas introducidos en el aparato estatal reproducen estas conductas en los niveles en los que han sido asignados, a las que suman una cruda incapacidad que solo es opacada por la marcada prepotencia que los caracteriza, con la que esperan ocultar su falta de atributos para el cargo asignado.

Así las cosas y en el tiempo que le resta al venidero proceso electoral, veremos como los trapitos del oficialismo son oreados públicamente, expulsando a más elementos partidarios a los que se les acusará de ser los responsables por corrupción, de que nada se hiciera en la presente gestión, evadiendo el régimen su responsabilidad, mientras sacrifica a sus incondicionales.

De todos modos, cada pueblo tiene lo que merece.    

 *Educador salvadoreño

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

A %d blogueros les gusta esto: