“Si el hambre es ley, la rebelión es justicia”

Retomo una de las consignas de la reciente marcha de los trabajadores en Argentina, que considero realidad latente en nuestros pueblos. Aunque Argentina y El Salvador seamos pueblos que vivimos realidades distintas, las necesidades y reivindicaciones son las mismas, no sólo con nuestro pueblo hermano argentino, si no con todos los pueblos que compartimos este espacio territorial que llamamos América Latina.

Por Igor Iván Villalta Sorto*

Volviendo a nuestro país y la marcha de los trabajadores celebrado su día. En primer lugar, diríamos que fue una marcha grandiosa en donde el pueblo se movilizó exigiendo que el país retomara muchos aspectos en los cuales hay déficit. Imposible en un artículo hablar de todos ellos, pero detengámonos a analizar algunos que considero de los más importantes y trascendentes.

A un año de la perdida de nuestros derechos ciudadanos producto de un estado permanente de amenazas por un estado llamado de excepción, que ha pasado a ser permanente, en donde miles de familias se han visto afectadas por el encarcelamiento de sus hijos, padres, madres u otros familiares, y que se ha vendido como el estado que ha puesto fin al accionar de las pandillas en El Salvador.

La simple lógica indica que en ningún momento los ciudadanos nos oponemos a que el estado ejerza fuerza, en el combate a la delincuencia, debido que es algo imperativo en cualquier gobierno, por tanto, es obligación del estado combatir la delincuencia de todo tipo y a todo nivel. Nadie puede estar sobre las leyes de un país, lo contrario conduce a un estado disfuncional. Siendo uno de los baremos que se utilizan para medir el desarrollo de los pueblos. Que exista una verdadera división de poderes y que la justicia sea aplicada a todos por igual.

En la marcha me acerque a unos señores que mostraban un cartel en donde se podía ver la foto de un joven, y les pregunte a los señores del porque habían encarcelado a su hijo. Respondieron: mi hijo tiene un año de estar preso. Él trabajaba en una pizzería en el pueblo y de presto lo fueron a sacar junto con otros tres compañeros de trabajo. Luego les cuestioné sobre la posible razón que hayan tenido para llevárselos. Nosotros creemos que ha sido por afectar al dueño de negocio, respondieron.

Considero que estos hechos deben de ser corregidos, debido a que son familias enteras que sufren y que soportan la carga de un ser querido maltratado y que deberá sufrir los traumas psicológicos que lo acompañaran el resto de su vida. El no mostrar empatía alguna con estos casos nos erosiona como sociedad y deja secuelas sociales que perduraran en el tiempo.

Ahora veamos porque esos miles y miles de salvadoreños marchamos este uno de mayo. Posiblemente la lectura para quienes defienden al régimen sea que son personas que no tienen oficio, ni beneficio, que se oponen a todo lo “bueno” que hace el presidente. Pero observemos números. En reciente encuesta realizada por la Universidad Francisco Gavidia (UFG) de la cual el titulo nos dice mucho “menos carne, más optimismo”.

La percepción de los ciudadanos sobre la economía del país arroja un 80% de opiniones negativas y sólo un 18% de opiniones positivas, casi un 90% identifican un aumento en los precios en los productos y servicios. El 75.3% de los salvadoreños ya no consume carne de res o consume menos, menos huevos. Muchas de las personas han reducido un tiempo de comida, la mayoría de ellos han sacrificado el almuerzo.

El 46.9 asegura que pagan más impuestos municipales, el 43.8 de la población desconfía del uso que hace el gobierno de los fondos públicos. Pero a pesar de estos datos tan sombríos, aún el 50.4% se mantiene optimista y el 30% de la población, todavía, fija sus esperanzas y optimismo en que el presidente Bukele continue en la presidencia.

Oscar Picardo, director de Instituto de Ciencias Tecnología e Innovación, reflexionando sobre los resultados de la encuesta y haciendo analogía de un semáforo que se encuentra en color amarillo, pero que las variables macroeconómicas, como el flujo de remesas que ingresan al país, el mantenimiento de las exportaciones y quizá le falto incluir el fenómeno de la sequía que se avecina. Que ya está causando estragos en la ganadería. Ese semáforo, puede llegar a ponerse en rojo.

Francisco Ruíz, Obispo, Iglesia Episcopal Anglicana Libre en el canal TVX. Comentando una anécdota: que cuando conoció al presidente siendo alcalde de Nuevo Cuscatlán, y en una navidad no tenía juguetes para los niños. Él lo visitó y este le consiguió un buen número de juguetes. Por tanto, siempre lo consideró una buena persona y cuando asumió la presidencia, tuvo tiempo para recapacitar de sus actuaciones, pero en este momento lo ve muy difícil debido a que se encuentra en un laberinto difícil de salir.

Particularmente debemos de sentirnos optimistas, no que en una persona vendrá y resolverá todos nuestros problemas, me siento optimista de la grandeza de un pueblo que ha sabido lidiar con tantos problemas y siempre ha salido adelante, cuando se decide a actuar. En este sentido y en artículo publicado por El Faro. Por el politólogo Sebastián Godínez Rivera, por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Reflexiona: “si bien el populismo puede debilitar la institucionalidad de la democracia, no prevalecerá sobre esta”.

*Biólogo investigador

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