Nicaragua: El arte de fabricar guitarras

La guitarra es hoy día uno de los instrumentos representativos de la música, si bien tocarla no resulta tan complejo, fabricarla lleva a los luthiers trabajar con calma para lograr las mejores sonoridades.

Yosbel Bullaín

En la ciudad de Masaya, reconocida como la cuna del folklor y la artesanía en Nicaragua, un pequeño taller familiar lleva más de 80 años en el arte de fabricar varios tipos de ese instrumento de madera y cuerdas.

Sergio Zepeda es la tercera generación de la familia que se dedica a ese oficio heredado de su abuelo paterno. Para él se necesita mucha dedicación y empeño si se quiere hacer un instrumento de alta gama capaz de cautivar con la vista y el sonido que genera.

“Lo fundamental para hacer una guitarra es saber escoger bien la madera que debe ser preciosa, sobre todo, para construir la tapa armónica y alcanzar una alta resonancia”, explicó Zepeda en diálogo con Prensa Latina.

Para ello-dijo-se necesita madera como el cedro rojo canadiense, y el pinabeto alemán, las cuales son las mejores a nivel mundial para la creación del referido instrumento traído por primera vez a América Latina en el siglo XVII.

La caja acústica la elaboran con varios tipos de maderas como la caoba, cocobolo y carboncillo, abundantes en Nicaragua. De ese modo, el taller se especializa en guitarras clásicas o españolas, pero logran construir otros tipos con diferentes estilos, ya sea con cuerdas de nailon o metal.

“Aquí elaboramos prácticamente diferentes tipos de instrumentos de cuerda como requintas, ukelele, mandolín, guitarrilla, tres cubano y cuatro puertorriqueño, los cuales son utilizados en variados géneros musicales”, comentó.

Además de luthier, Sergio también fue integrante de las agrupaciones «Macolla» y «Los Mokuanes», referentes musicales de los años 1980 y 1990 en esta nación centroamericana. Ese conocimiento le permite elaborar instrumentos de alta calidad y demandado por clientes de Australia, Canadá, Italia y España; además del mercado local.

“Me ha enseñado a que el producto tiene que salir con buena afinación y calidad tanto en presentación como en entonación”, enfatizó.

El taller Zepeda, desde hace más de 20 años trabaja de forma artesanal con un sólo ayudante, mensualmente fabrican unas 12 guitarras, pero la producción depende del tipo y la calidad del instrumento. Las más económicas están listas en 15 días, mientras otras más especiales, demoran un mes.

De acuerdo con el artesano en eso también influye la llegada de los pedidos, por ejemplo, de clavijas, cuerdas y tapas, estas últimas se encargan a países europeos y asiáticos.

Si bien Guitarras Zepeda es una marca reconocida en Nicaragua desde hace casi un siglo, cuyas ofertas se promocionan ahora desde su página web, lo más preocupante para Sergio es que muera la tradición familiar.

“Tengo dos hijos, y espero que uno de ellos se dedique más adelante a este hermoso oficio, aunque soy consciente de que los jóvenes ahora prefieren otras profesiones antes de embarrarse de aserrín”, aseveró.

No obstante, el artesano manifestó su orgulloso por haber continuado la tradición familiar por más de 40 años y hacer, desde Guitarras Zepeda, verdaderas obras de arte. (PL)

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