Relato: el extraterrestre

Ramón Gutiérrez


Sáquenme de aquí! ¡Sáquenme de aquí! Gritaba desesperado uno de los entes que procedente de Ganimedes fue puesto en La Tierra hace más de siete mil años con el fin de estudiar la vida en este planeta y sobre todo, la humanidad. El océano más grande de todo el Sistema Solar no está en la Tierra, sino en Ganimedes, la mayor de las lunas de Júpiter. Si no fuera por el hecho de que este cuerpo celeste es claramente un satélite del planeta gigante, podría perfectamente pasar por un planeta en sí mismo. De hecho, con sus más de 5.200 km. de diámetro, es incluso mayor que Mercurio, y solo algo más pequeño que Marte. Lo hacía mediante un aparato de trasmisión especial que le había sido dejado para pedir auxilio.

Las naves de Ganimedes vinieron a La Tierra hace más de 100,000 años y por mucho tiempo observaron los seres vivientes terrestres y colectaron especies a fin de estudiarlas y observaron al inicio la evolución natural de los simios antropomórficos, alteraron el ADN y aceleraron su evolución hasta producir el Hommo Neanderthalensisis y el Hommo sapiens. Los ganimidianos eran seres fríamente racionales, sin ningún rasgo emocional y su mayor sorpresa fue que como resultado de su experimentación aparecieran seres tan emocionales .Y empezaron a abducir durante muchas épocas y de las distintas civilizaciones que se formaron, especímenes para estudiar esta situación de tener además de la razón, el sentimiento y la emoción y sacrificaron muchos para estudiar su cerebro y encontrar los sitios cerebrales en donde se originaban tales desajustes. Con complicados aparatos ganimidianos y estimulando en los seres abducidos la producción de emociones agradables y desagradables pudieron identificar ciertas estructuras cerebrales a las que en conjunto llamaron sistema límbico.

El sistema límbico está compuesto por un conjunto de estructuras cerebrales que se consideran muy primitivas en términos evolutivos, situándose en la parte superior del tronco cerebral, por debajo de la corteza. Dichas estructuras son las que están fundamentalmente implicadas en el desarrollo de muchas de nuestras emociones y motivaciones, en particular aquellas relacionadas con la supervivencia como son el miedo, la ira y las emociones vinculadas con el comportamiento sexual.

Por otro lado, también se dirige desde este sistema todo lo relacionado con las sensaciones básicas de placer que se producen al comer o cuando practicamos el sexo. En resumen, es el sistema límbico la parte de nuestro cerebro donde se forman nuestras emociones y nuestros sentimientos principalmente, donde almacenamos todos los buenos y malos recuerdos de nuestra vida y el que rige nuestra percepción sensorial entre otras funciones de gran importancia. Los ganimidianos visitaron muchas veces La Tierra, distintas civilizaciones; sumeria, egipcia, persa, hebrea, griega, romana y en todas los llamaron dioses y al interactuar con los más inteligentes de ellos les proporcionaron su nombre y muchos conocimientos que facilitaron su desarrollo y los terrestres los adoraron y les construyeron ídolos y templos.

A un grupo de ganimidianos se les implantó un sistema límbico y fueron dejados en La Tierra para observar y para conducir el desarrollo de la humanidad, pero las emociones y los sentimientos humanos podían comenzar como buenos: amor, amistad, solidaridad, bondad, compasión, pero en forma inevitable estos sentimientos no eran permanentes, al interactuar los humanos los sentimientos positivos se trastocaban en traición, lujuria, infidelidad, deslealtad, odio, ira, ambición y lo que es peor aún se producían guerras entre unos y otros y mataban ancianos y niños, violaban a las mujeres y hurtaban las riquezas de los vencidos y esclavizaban a los sobrevivientes. Periódicamente una civilización quería conquistar el mundo y así los observadores ganimidianos fueron testigos de las guerras por los persas, el macedonio Alejandro el magno, los romanos, los hunos, la locura de Gengis Kan, la de Napoleón, las dos guerras mundiales y las muchas guerras generadas y libradas por el más moderno imperio, la guerra de Corea, La guerra de Viet Nam, Afganistán, Irak, Libia, Siria, aparte de muchas invasiones para apoderarse de las riquezas de pequeño y medianos países en todo el mundo.

Y todo lo domina la ambición, el poder, la fuerza de las armas poderosas y no importa que se extingan especies de plantas y animales, no importa que se dañe irremediablemente el medio ambiente, no importa que se ponga en peligro su propia existencia y que al final pueden terminar siendo dueños de nada. Y sí hay en este maremágnum de locura humana personas notables y buenas que se rescatan en entre esos mares de maldad, de envidia, de ambición desmedida, traición, lujuria y todas esas muchas emociones y sentimientos pestilentes, pero humanos, déjenme darles la noticia que esos seres notables no son humanos, son del grupo de ganimidianos dejados en La Tierra. A ustedes ha sido imposible cambiarlos, educarlos, enseñarles los frutos de ser siempre racionales, de pensar dos o tres veces antes de decir algo que lastime a otro o de hacer algo que dañe corporalmente a otro humano. Tal parece que tienen un chip que les ordena: Matar, matar, matar. Robar, robar, robar. Violar, violar, violar. Porque yo me lo merezco todo, yo soy más importante que todos.

Y los ganimidianos en La Tierra se reunieron para hacer un informe preciso de los siete mil años que permanecen aquí y el reporte es totalmente negativo, la humanidad no merece permanecer ocupando este bello planeta, las emociones siempre terminan aunque al inicio sean buenas deteriorándose en sentimientos malos que causan conflictos sociales entre unos humanos y otros. Ha sido así en todos los siete mil años presentes en este planeta.

Nuestra recomendación para salvar al planeta es eliminar a la especie humana e insertar alguna especie de la Federación Galáctica que pueda adaptarse a las condiciones de La Tierra sin alterar el medio ambiente de plantas y animales que ya existen. Y por favor eliminen el sistema implantado. El Consejo de la Federación Galáctica leyó el informe detenidamente y aceptó su recomendación. Se produjo el famoso Rapto, mencionado por Pablo en La Biblia, pero no fue para salvar a los buenos y llevarlos al cielo a vivir en mansiones celestes, fueron raptados para ser lanzados en el basurero del espacio, un planeta de seres horribles que se alimentan de todo.

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