Un año de espera para presentar y promover una nueva burla a la clase trabajadora

Apenas unos días atrás, el ejecutivo finalmente y luego de una espera de un año para los trabajadores, que justifica en las supuestas consultas hechas a diversos sectores no especificados, presentó a la asamblea legislativa su propuesta para superar los males originarios que arrastra consigo el modelo privado de pensiones.

Por: Luis Arnoldo Colato Hernández*

El modelo en cuestión posee la particularidad de ser una carga para el estado salvadoreño desde sus inicios, provocando una deuda que día a día aumenta y es pagada por todos los salvadoreños para beneficio de los privados que tutelan las Afp’s, quienes a lo largo de los años se han hecho sin trabajar, de la más grande y suculenta rebanada derivada del pastel pensionario.

El negocio es redondo porque mientras aparentan estas entidades agotar sus recursos acreditando deuda pública a través de empréstitos al estado, en realidad está reintegrando lo que éste le adelanto en concepto de pago de pensiones por los ahorros ya agotados de los trabajadores, por las que no ha percibido ningún aporte, que sí son entregados puntualmente a estas, percibiendo un primer e inicial beneficio así, que se complementa multiplicándose varias veces, como beneficio gratuito que percibe en la operación descrita arriba.

Ahora y después de un año de aguardar la muy pensada propuesta presidencial, que prometiera entonces en “unos días”, presenta al primer órgano un muy familiar esquema que alega ha sido ampliamente consultado, por quién sabe quién, para qué, cómo podemos calcular, en la asamblea se defina el texto final que en nada diferirá del que les llega.

Esencialmente está constituido por 9 puntos, a saber, del siguiente modo; el aporte patronal aumenta en un 1%, no así el del trabajador; las Afp’s percibirán un 1% en concepto de comisión, que en consecuencia promoverá un aumento en la rentabilidad, creándose además el ISP, mientras los que realizaron retiro no lo reintegrará, pero, percibirán un menor porcentaje calculado a partir del monto actual. No cambia el término de ejercicio laboral y la diáspora podrá cotizar para su retiro acá en el país.

La pensión menor será de $400.00. 

Aunque hay que esperar el texto final sí podemos apreciar vacíos graves de esta propuesta, como el que no está claro cómo se generará un mayor rendimiento conservando los mismos vicios estructurales financieros operativos, o la tácita confirmación de que, al contrario de la actual legislación en torno a las pensiones, en esta propuesta la pensión es “alienable», es decir, se constituye una prenda crediticia, tal cual sucede con el salario de activo, o peor aún, no se hace ninguna referencia a cómo se resolverá la creciente deuda estatal que se conforma al asumir éste el compromiso de saldar las pensiones sin percibir recursos para ello.

Es, como todo en este régimen, otra imprudente improvisación para saldar la creciente demanda y presión social para resolver esta problemática, sin resolverla realmente, pues en esencia no se reforma realmente nada, quedándonos con pequeños matices como al inicio.

Y para esta pensada tuvimos que esperar un año.

*Educador salvadoreño

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