Una lógica económica que sigue apretando las tuercas empobrecidas de la gente trabajadora

Para el pensamiento recalcitrante del empresario(a) que sólo busca la ganancia en detrimento de la deshumanización del trabajo y demás derechos laborales y condiciones productivas, la cuestión es simplemente económica, mis costos son “a” y mis ingresos “b”, si los primeros son más que los segundos en consecuencia el negocio no es rentable y hay quiebra.

Por: Róger Hernán Gutiérrez*

La premisa capitalista básica es que yo debo vender lo que produzco, sino puedo hacerlo en un mercado desregulado, se me acumula el inventario y los gastos se incrementan sin obtener mayores ingresos, y por tanto voy a la quiebra. Una lógica económica que priva para sectores dominantes.

Las variables primarias son materias primas necesarias para el objeto de trabajo, que son ofrecidas en el mercado por uno o más determinados proveedores que elaboran lo que me sirve para mi producto o servicio; luego energía, nada se mueve sin ella, ni se pierde sólo se transforma en el requerimiento necesario para hacer que el proceso productivo se mueva—es decir es la base para los motores de funcionamiento del equipo y de la maquinaria—este tipo de elemento de la producción también requiere de proveedores internos (del país) o externos (importación). Una balanza comercial que se impone con una lógica económica para el imperio y/o poderoso.

Después el último eslabón de la cadena productiva es la plantilla laboral, la asesoría y consultoría necesaria me permite identificar la mano de obra que necesito, el grado de calificación, la cantidad de personas trabajadoras, y una distribución de ésta acorde a la experiencia, conocimiento y necesidades operativas fijas y variables.

Esto es lo que conocemos como fuerza de trabajo—la premisa laboral es elemental a “trabajo realizado, trabajo pagado”, las personas trabajadoras elaboran el producto, utilizando los recursos puestos a disposición por el patrón, en la cantidad y calidad requerida por parámetros de control de calidad y supervisión efectiva realizada.

Esta combinación de elementos a groso modo es lo que conocemos como relaciones laborales, el asunto es que las personas que laboran venden su fuerza de trabajo por un salario, necesitan cubrir necesidades para una existencia decente propia y de sus familias; y el patrono se compromete a pagarlo en la cantidad legal que corresponda, en tiempo y oportunidad de acuerdo a lo fijado contractualmente y la ley. Una lógica económica que impone relaciones sociales de producción de clara explotación de la mano de obra.

A todo esto, el árbitro (el Estado) impone una regulación apropiada para que nadie abuse de su posición e imponga, manipule, explote a la parte más débil de la relación laboral—quien busca el trabajo y quien labora bajo reglas de subordinación y control rígidas como un horario, una jornada, la cobertura de necesidades diversas que le permitan cumplir el trabajo acordado. Significa pagar salario mínimo legalmente estipulado. Lógica económica que pretende desregular el salario y precariza las condiciones de trabajo.

Una lógica productiva históricamente de generación en generación, como sociedad con diferentes ideas, pensamientos, formación profesional, propósitos, necesidades e intereses, y en todo esto la heterogeneidad de los diferentes grupos poblacionales, hacen complejo ponerse de acuerdo en algo. El capitalismo exacerba el individualismo, que culturalmente es lo que más se fomenta en el hogar, la escuela, la universidad, la iglesia y otras relaciones de convivencia que se suscitan en la sociedad de mercado.

Por el contrario, el socialismo sustenta principios como a cada quien según su necesidad y su capacidad, la solidaridad, el centralismo democrático, la unidad y lucha de contrarios, la crítica y autocrítica, la negación de la negación, se trata de que en la coexistencia de unos con otros, las condiciones de trabajo, se manifiestan con equidad y no permitir que nadie abuse de nadie por ser una persona o grupo vulnerable que no sabe defenderse por incapacidad o por ignorancia de los derechos de ciudadanía que le corresponden.

El trabajo del Estado es primordial, pero necesita hacerlo en un marco de ejercicio del poder no de dominio, sino democrático. Y para ello hay un régimen político que se elige periódicamente, que actúa con ética por la convivencia pacífica y democrática; comprometido por la causa de las mayorías, por la humanidad y la justicia social.

El salario no alcanza, en tanto los abusos y la imposición de los grupos dominantes se manifiestan, el gobierno no ayuda en la equidad por ejercer la democracia y el cumplimiento cabal de los derechos de ciudadanía. El salario mínimo se incrementó en agosto/2021, se dieron ofrecimientos de subsidiar al empresario que supuestamente no podía cubrir dicho incremento por un año, y ya existe un jaloneo por alargarlo y que no se quite.

Lo subsidiado no es gratis, alguien lo paga, usted, yo, contribuimos a que el gobierno se compromete a subsidiar; ahora toca absorberlo al empresario; pero el costo de vida sigue subiendo, una lógica económica perversa que empobrece y aprieta con más saña que nunca.

*Sindicalista salvadoreño

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