Elecciones en Costa Rica: Pandemia, crisis ¿y religión?

Jerry Espinoza Rivera. (Profesor Asociado Universidad de
Costa Rica- Costa Rica)

El primer domingo de febrero Costa Rica celebrará elecciones presidenciales y legislativas en un contexto de incertidumbre y de una profunda crisis económica agravada por la pandemia de Covid-19.

La coyuntura actual en el país centroamericano ciertamente es muy diferente a la de cuatro años atrás, cuando, en un clima de polarización en torno a la legalización del matrimonio igualitario y el aborto terapéutico, el candidato Fabricio Alvarado del Partido Restauración Nacional, un partido cristiano neopentecostal, consiguió aglutinar el voto de la mayoría de la población cristiana evangélica y un porcentaje considerable del voto católico conservador apelando a la defensa de la familia tradicional y el rechazo al aborto y a la “ideología de género”. Los 538 000 votos que obtuvo (el 25% del total de votos válidos) le permitieron alcanzar el primer lugar, aunque con un porcentaje menor al 40% establecido por la ley electoral, un resultado sorprendente en un país en donde históricamente el catolicismo ha tenido una enorme presencia política e institucional que incluso está plasmada en la Constitución Política.

A pesar de que en la segunda ronda Fabricio fue derrotado por Carlos Alvarado del gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC) por un amplio margen, el inesperado resultado obtenido se vio reflejado en la conformación de la Asamblea Legislativa al obtener su partido 14 diputados de un total de 57 curules.

Para las elecciones presidenciales de febrero se inscribieron cuatro partidos cristianos pero el Tribunal Supremo de Elecciones anuló la candidatura de uno de ellos (Renovación Costarricense). Los otros tres son el ya mencionado Partido Restauración Nacional, el Partido Nueva República (fundado por Fabricio Alvarado tras separarse de su antiguo partido) y la Alianza Demócrata Cristiana. Sin embargo, de todos ellos Nueva República es, según las encuestas, el único que tiene opciones reales de pasar a una segunda ronda.

Alvarado ha recibido el apoyo de connotados líderes latinoamericanos de la derecha más conservadora y ha manifestado abiertamente su simpatía por figuras como Jair Bolsonaro o el ex-candidato presidencial chileno José Antonio Kast. No es casual por eso que los temas de su campaña hoy ya no sólo sean los de la campaña pasada sino también los ataques virulentos a la izquierda latinoamericana y al socialismo.

Las encuestas más recientes publicadas por el Centro de Investigaciones y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (CIEP-UCR) y por otras encuestadoras hacen prever que la situación excepcional del 2018 difícilmente se repetirá de nuevo. Esas encuestas muestran que, aunque Fabricio Alvarado conserva un apoyo considerable en ciertos sectores de la población, en especial entre habitantes de las zonas rurales, los temas que le preocupan más al electorado en estos momentos ya no son el aborto o la “ideología de género” sino la pandemia, el desempleo, la creciente inseguridad o la pobreza. Sin embargo, en el contexto actual de volatilidad e incertidumbre, ningún escenario es descartable.

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