El Plagio de “El Tiro de Gracia”

Por: Francisco Parada Walsh*

Recientemente escribí un artículo en el mejor periódico del mundo El Independiente llamado “El Tiro de Gracia”, mi sorpresa fue mayúscula cuando apareció tal documento  en un grupo de conversación de colegas amigos remitido por una persona de nombre “José Segura”, no sé si existe o no existe sin embargo debo darle las gracias por tomarse el tiempo en leer mis artículos, en este caso agregó la palabra  “los Peores de” los  mismos de siempre cuando no son peores ni mejores, simplemente son “los mismos de siempre y “ (Con copia al 97 %)” cuando mi persona escribe al infinito, no a un determinado sector de la población;  y eliminó las palabras “recibe una bella musa pero que no va a misa y” pues  al parecer no le gustó o no entendió  el juego de palabras que reza: “Qué decir de las remesas que recibe una bella musa pero que no va a misa y  son las que llevan comida a las mesas salvadoreñas”.

Cuando escribo algún artículo va calzado mi nombre y mi número de la Junta de Vigilancia de la Profesión Médica 5173, poco me importa el Documento Único de Identidad pues cada día perdemos más el rumbo y la identidad nacional; entiendo que al escribir asumo una responsabilidad no con la sociedad sino ante mí, esa responsabilidad es que esas  líneas que llegan al lector deben tener un rostro, un nombre y un futuro por lo que creo que el anonimato es una de las formas más cobardes  y bajas de la raza humana; sin embargo eso no trajo un dejo de tristeza, ira, frustración a mi persona, al contrario, entendí que muchas personas leen los artículos que publico en tal rotativo.

Tristemente he sido víctima de plagios desde que nací, me hicieron creer que nací en El Salvador al que llamo El Pinochini de América por ser un país al que le crece la nariz a cada segundo de su lúgubre existencia cuando realmente nací en un departamento de la Capitanía General de Guatemala, que se repartieron el botín y se inventaron este país es otra cosa pero desde esos tiempos sufrí el primer plagio de mi vida; empiezo a asistir a una escuela o colegio, da lo mismo, nuevamente me mienten, me roban identidad al hacerme creer tantas cosas como que hay que rendir homenaje a una pacotilla de próceres, que el 15 de Septiembre es Día de la Independencia cuando los 364 días restantes estoy cautivo en una cárcel de veinte mil kilómetros cuadrados; me ponen a estudiar en un colegio donde me plagian mi verdad pues al tener compañeros que disponen de muchos recursos económicos viene esa alienación maldita al creer que uno es igual a ellos.

Viene esa guerra civil donde se luchaba en nombre de la libertad, no solo me mintieron sino también le mintieron a esos ochenta mil personas hermanas que murieron creyendo en ese cuento, ese fue un plagio nacional.  Llego a la universidad, me vuelven a robar dinero y sueños, impartir materias que nunca me sirvieron en mi vida profesional para llenar un pensum inventado por los mismos de siempre (Debe el lector saber que muchísimas universidades privadas son manejadas y propiedades de personajes que hicieron de la política salvadoreña un festín y a este momento, ese banquete es mayor).

Salgo a la calle creyendo en un país de oportunidades cuando no es así, todo engrana perfectamente para aquel que dispone de un conocido en las esferas políticas o económicas;  y el sueño de una vida feliz, una familia modelo, una casa con una cerca blanca y un perro moviendo el rabillo no existió, no, todo fue una mentira; nuevamente me plagian mi futuro y poco a poco entiendo que mis movimientos son limitados, apenas se respira como pez boqueando, apenas; llega la dolarización y me plagian mi dinero, me hice 8.75 veces más pobre de lo que era mientras los dueños del plagio disfrutan las bonanzas de tal medida; llego a la vejez y me plagian mi salud, es el hombre el lobo del hombre que se inventa un virus y una vacuna y gracias a dios o al diablo sigo vivo pero se robaron la vida de millones de personas.

Ese fue un plagio mundial. Escribo artículos semanalmente y sucede que me plagian “El Tiro de Gracia”, aquí se rebalsa no mi paciencia sino la desfachatez y la ignorancia supina del plagiador y sus amos pues cuando en un país le roban a uno hasta las ideas significa que poco queda por hacer, ponerle nombre a lo que no me pertenece solo por querer dañar o mejorar la imagen de terceros solo dice la poca imaginación del plagiario; con gusto le escribiría cualquier documento, todo es ponernos de acuerdo y no tengo reparo en ayudarle a elaborar algún artículo sin cobrarle ni  siquiera un cinco; pero no sucede así, lo que más me preocupa es robar ideas, pensamientos pues me hace preguntar ¿Tan mal estamos que ya el pensamiento analítico o crítico está abolido? Y debo responderme que sí, mejor ponerle nombre a algo que no me pertenece que acudir al pensamiento cuando es tan bello pensar, crear, imaginar, soñar, viajar cuando se lee o cuando se escribe; sin embargo esa preocupación es pasajera, lo que sí desearía con toda mi alma es que algunas mujeres u hombres enamorados se acerquen a mí y me pidan que les escriba cartas de amor que ellos o ellas mandarán a sus quereres, eso sí me encantaría, como era antes, como era antes que usted llegaba a un lugar y pagaba unos centavos y el escribidor redactaba lo que le daba la gana y el amante poseído de un frenesí y una locura insaciable quedaba feliz cuando esas cartas llegaban a su amada o a su amado .

*Médico salvadoreño

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