¡Pobre clase media!

Por: Francisco Parada Walsh*

Lo que sufrirá. Debo aclarar que no pertenezco a la clase media, a la única clase a la que he pertenecido es a la clase baja. Ser hijo de un médico y ser médico no me hace portador de una genética engañada, no, entiendo dónde estoy parado y mi entorno real pertenece a tal clase. Tristemente la clase media fue un estamento que existía hace muchos años, clase social borrada de un plumazo cuando se dolarizó la economía, ese fatídico día me hice 8. 75 veces más pobre y el rico aumentó su patrimonio al mismo ritmo, a 8.75 veces más rico. Así las cosas. Cualquier persona que pertenezca a esa esquiva clase media tiene acceso a todo, menos al poder.

En su cansino viaje hacia la muerte no habrá día ni noche donde las preocupaciones por su futuro y el de la prole no lo visiten, siempre alcanzado, siempre sufriente; cayendo postrado a adquirir bienes materiales para tener una seguridad pasajera ante sí mismo y ante su grupo; un médico exitoso puede comprar un carro que supere los cien mil dólares pero nunca podrá estar en una reunión donde se tomen decisiones trascendentales para un país, puede viajar a la cochinchina pero jamás podrá entrar al Club Campestre a departir unos tragos con la oligarquía por lo que todo se resume a un éxito pasajero y qué decir de aquellos que ostentan grandes salarios trabajando para la clase alta que, conocedores de su situación saben que si son despedidos, la lujosa casa que habitan debe ser alquilada a la mayor brevedad pues no tienen la capacidad de ahorro para vivir de ellos.

Lo que se viene a la clase media es una película de terror, un alto costo a la vida, impuestos a todo lo inimaginable, sendas supervisiones y auditorias, (Se prefiere y se ejecuta una persecución a un médico exitoso y es un imposible tocar a la oligarquía). Tristemente esa clase media vive sumida más en placeres que en dolores por lo que la indolencia y ese sin sentido a la vida, que solo le dan rumbo el gastar y aparentar un éxito increíble.

No pueden tomar una decisión que trascienda fuera de las cuatro paredes que habita y por esa misma apatía hacia la solidaridad es que el país sufre y sufre y vuelve a sufrir, esa clase media que hace alarde de un éxito cuando poco le importa el futuro del país; la clase media parece un cangrejo, un canegue donde es preferible vivir enconchado que dar más a un país; su sueño hecho realidad es tomarse unos tragos en un bar de medio pelo como es el del Colegio Médico, asumir que el sacrificio por el estudio termina siendo socio de una entidad que tiene más actividades etílicas que culturales.

Debido a eso, el sufrimiento de la clase media será un crujir de huesos, nunca han estado preparados para lo que se viene, es más, parece que no lo entienden y la indiferencia a convertirse en actores en el teatro de la vida traerá  grandes consecuencias. Será la clase media la esquilmada cual oveja, no hay más, el pobre es invisible y poco se puede obtener de él a diferencia de esa mal llamada clase media que deberá pagar los platos rotos de su lejanía a la realidad.

Conozco a muchísimos amigos que lo mejor que pudieron hacer fue sacar a sus hijos al extranjero, para nunca volver a este lloroso país, empezará la migración de profesionales, de cerebros, de hombres y mujeres brillantes solo que ya no son los jóvenes osados sino personas mayores que difícilmente encuentren rumbo en un lejano país.

Cada día las oportunidades se vuelven escasas para el talento dando espacio al oportunista que nos ha venido sangrando desde siempre, que no tuvieron el valor de identificarse con el partido en el gobierno y solo lo hicieron cuando estaban seguros de la victoria ¡Cobardes! Eso es lo que tenemos, no hay más y puedo ver que el suicidio y la migración ante la falta de oportunidades es una opción real que se está viviendo, demasiado alto el costo a pagar por pertenecer a la generación de Idiotas que no desmerece a nadie, acá entran todas las clases sociales habidas y por haber y vale la pena terminar estas líneas con esta reflexión: “Por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza”: Simón Bolívar.

*Médico salvadoreño

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