Recordando la marcha de la humanidad en tiempos del Covid 19

El género humano es un invitado joven del universo y del planeta Tierra. Su historia conocida ocupa unas millonésimas de la del planeta. Sin embargo, en ese corto lapso ha evolucionado con grandezas y miserias, a partir de una maravilla del universo: el cerebro humano como expresión suprema de la evolución de los humanos.

Dr. Víctor Manuel Valle Monterrosa*

Como parte de la evolución, ha construido culturas y ciencias y ha tenido la audacia de influir en la naturaleza y ponerla a su servicio y, aplicando criterios de las ciencias, ha determinado etapas de la humanidad, explicado fenómenos naturales y, también, clasificado hechos naturales y sociales.

Por eso existe, como ciencia, la historiografía que es estudio sistemático y objetivo de la historia. Por medio de la cronología y la geografía, como aconsejaba Herodoto, los intelectuales y los científicos han organizado la historia en etapas más o menos precisas y delimitadas.

Todo eso a posteriori de lo que ha ocurrido en la realidad. La humanidad marcha, se desplaza, aborda problemas en función de las necesidades y las posibilidades.

Después vienen las clasificaciones. Sin embargo, hay coincidencias en que la historia humana más o menos conocida tiene grandes etapas dentro de un proceso continuo, que son construidas con base en moldes elaborados por los estudiosos para ponerlos sobre una realidad histórica existente. Veamos.

La prehistoria, cuando surge el Homo Sapiens que confecciona las primeras herramientas, desde hace 30 mil años hasta hace 6 mil aproximadamente; con su Edad de Piedra y su Edad de los Metales (oro, bronce y hierro).

La Edad Antigua, cuando Mesopotamia y Egipto conciben las primeras formas de escritura, y se desarrollan la Filosofía Griega y el Derecho Romano y las religiones monoteístas, pilares de la llamada civilización occidental, vive su apogeo el Imperio Romano, y se alienta el esclavismo como medio de acumular riquezas y ejercer el dominio de un país sobre otro. Sucedió desde hace 6 mil años hasta el Siglo V de nuestra era.

La Edad Media, desde el siglo V hasta el Siglo XV de nuestra era, que contiene el aparecimiento del feudalismo como formación socioeconómica y, al final de dicho período, suceden las grandes circunvalaciones primigenias, para expandir los dominios de potencias europeas, como España y Portugal, con campañas para introducir una combinación de esclavitud y feudalismo en sus territorios de conquista y colonias: la actual América Latina, países asiáticos y africanos. Cristóbal Colón y Hernando Magallanes y otros recorrían los océanos y tomaban posesión de tierras ajenas en nombre de coronas europeas y avasallando con la cruz y con la espada.

La Edad Moderna, desde todo el siglo XVI a todo el siglo XVIII, cuando surge el Renacimiento de la Filosofía y de las Artes y la Ilustración, se eleva el valor de la razón, se desvanece el feudalismo y sucede la llamada Revolución Industrial en Inglaterra y casi al mismo tiempo ocurren las Revoluciones en el actual Estados Unidos de América y en Francia.

La Edad Contemporánea desde el siglo XIX hasta los tiempos actuales, con una historia más conocida de luchas por la independencia en Asia, África y América Latina, el surgimiento y auge de Estados Unidos como potencia mundial, las Revoluciones Mexicana, Rusa, China y Cubana, las dos grandes guerras mundiales del siglo XX, el surgimiento y colapso del llamado “campo socialista” bajo el liderazgo de la Unión Soviética, nucleada en torno al antiguo imperio ruso.

Después, desde1990, ha venido todo el reacomodo geopolítico de los últimos 30 años en el cual se enfrentan dos superpotencias: China, con rasgos socialistas, que comenzó su revolución en 1949 y espera ser la primera potencia –sueño y vocación de su historia- en el 2049, y Estados Unidos de América, como bastión principal del capitalismo desde hace más de un siglo.

Esa clasificación de la historia es la básica y la más conocida en los textos escolares. Cada etapa tiene sus rasgos, en materia de relaciones económicas y sociales, de aportes al progreso humano y, a veces, de grandes catástrofes y tragedias que no han impedido la marcha de la humanidad en pos de anhelos supremos de alejarse del dolor y construir felicidad.

Algunos pensadores y teóricos del siglo XIX y parte del XX (Carlos Marx, Federico Engels y Vladimir Lenin) interpretaron las etapas y las revoluciones de la historia, siempre a posteriori, en función de las relaciones económicas imperantes, los modos de producción, la posesión de los medios de producción y la correspondiente formación socioeconómica derivada.

Así, se plantearon como grandes etapas de la historia humana, el comunismo primitivo, la esclavitud, el feudalismo, el capitalismo, el socialismo y el comunismo ya decantado como el nivel en el que no habría Estado ni clases sociales. Lenin fue el único que lideró una revolución triunfante, para pasar al socialismo, al instaurar en 1917 lo que fue la Unión Soviética que colapsó, después de 7 décadas de existir, en 1990.

Debe notarse que estas etapas de la evolución de la historia de la humanidad son eurocéntricas, concebidas por pensadores de Europa y tomando como referencia lo que ha sucedido en ese continente. No obstante, son etapas e interpretaciones de amplia aceptación universal pues se debe recordar que han sido potencias europeas las que colonizaron, durante varios de los últimos cinco siglos, los actuales Estados de Asia, África y América Latina y educaron sus élites. Quizá eso explique los clamores de algunos intelectuales para proponer la descolonización de las culturas.

Cuando esas interpretaciones de la historia se concibieron y se consolidaron estaba en su apogeo una etapa del capitalismo y se llevaba a cabo la Revolución Industrial. Esa etapa se ha prolongado y ha colisionado con intentos particulares de avanzar hacia la otra etapa, que es el socialismo; pero la historia de finales del siglo XX contuvo la concreción de un principio dialéctico: la experiencia socialista en gran escala tenía intrínsecamente los gérmenes de su propia destrucción. Ahora, algunos están a la espera de nuevos ciclos de la historia que abran las puertas a esos ideales de enaltecer y dignificar a los pobres y humildes del mundo y seguramente verán en el post-Covid 19 un tiempo propicio para nuevos intentos de hacer la revolución.

*Docente universitario salvadoreño.

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