Caravana madre: Nueva ola de migrantes

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumplió su amenaza a los países del Triángulo Norte –El Salvador, Guatemala, Honduras– de cortarles la ayuda si no detenían la ola migratoria. Sin embargo la ola de migrantes se ha vuelto indetenible, una caravana madre va rumbo a EE.UU.

No hay forma de parar el éxodo de familias centroamericanas que huyen de la violencia y la miseria. No corren tras el “sueño americano” sino que lo arriesgan todo dejando atrás una vida sin futuro.

Como ya ocurrió a finales del año pasado, cientos de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños siguen migrando. Más y más personas hicieron lo mismo durante toda la última semana, mientras en El Salvador otras caravanas de migrantes se movilizaban también hacia la frontera guatemalteca.

A pesar del fuerte dispositivo policial desplegado en los pasos fronterizos y las nuevas normas migratorias que endurecen las medidas para que los menores salgan del país, cientos de personas han logrado cruzar a territorio guatemalteco y se dirigen hacia México.

Violencia, despojo, miseria y represión son el resultado de una crisis político-institucional, económica y social que hunde sus raíces en la pobreza y miseria.

La única alternativa que tienen las familias es huir. Cada día unas 300 personas de cada país centroamericano migran hacia Estados Unidos. Prefieren arriesgarlo todo antes que quedarse a vivir en un país dominado por la pobreza, la inseguridad y la falta de oportunidades. “Es un éxodo que pone en vitrina pública la situación de emergencia que vive Honduras en temas fundamentales como la seguridad, la violencia, la miseria, la falta de oportunidades y la ausencia absoluta de democracia”, dijo a La Rel Bertha Oliva, miembro de la Convergencia contra el Continuismo en Honduras.

“Vivimos una dictadura cada vez más represiva que pretende sostenerse usando la brutalidad militar y policial y que está profundizando un modelo económico excluyente que beneficia sólo a unos pocos”, añadió Oliva. “El régimen hondureño llama ahora a respetar la legalidad después de que, de la forma más sanguinaria, el propio presidente Juan Orlando Hernández ha usurpado y se mantiene en el poder. Todo esto es grotesco”, dijo Oliva.

“No hay forma de detener a la gente. Mientras no logremos derrotar al régimen las familias van a seguir huyendo de este desastre. Y para hacerlo debemos juntarnos todos, porque a una dictadura solamente se le puede botar en colectivo y estando unidos”, concluyó la defensora de derechos humanos.

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