Antes de confirmarse, el Tribunal de Disciplina de la Conmebol debe definir si el partido se jugará o si le darán el triunfo a Boca por verse damnificado con las agresiones.
El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez, confirmó en una conferencia de prensa que «si se juega el partido, será el sábado 8 o domingo 9 fuera del territorio argentino», aunque todavía falta el fallo del Tribunal de Disciplina para confirmar si el encuentro se va a disputar o si, en cambio, le dan la victoria a Boca tras su reclamo por la vía reglamentaria.
Según el comunicado oficial, en caso de que el Tribunal defina que el partido deba disputarse, la Conmebol se haría cargo de los gastos de viaje, hospedaje, alimentación y traslado interno para un máximo de 40 personas por cada delegación. Además, se detalla que la entidad coordinaría junto a las autoridades correspondientes el operativo de seguridad.
Una final suspendida tres veces
La final de la Copa Libertadores de América, que enfrenta a los equipos más importantes de Argentina, ya se postergó en tres oportunidades. En efecto, el primer partido en la cancha de Boca debió reprogramarse por cuestiones climáticas: un fuerte temporal azotó la Ciudad de Buenos Aires y la cancha se vio muy dañada, lo que imposibilitaba jugar un partido tan importante.
Luego, la revancha del sábado 24 de noviembre se canceló porque el bus que traía a los futbolistas de Boca al estadio de River fue atacado por un grupo de simpatizantes. Así, tras varias horas de debates dirigenciales, mientras más de 60.000 personas esperaban la definición dentro del ‘Monumental’, las autoridades consideraron que no había garantías para disputarse el encuentro, que estaba pautado inicialmente para las 17 (hora local).
Al momento en que se tomaba la decisión, el deportista Pablo Pérez estaba en la guardia de un hospital local porque tenía una lesión en su ojo izquierdo, producto de las agresiones. A su vez, en los alrededores de la cancha continuaban los disturbios y los enfrentamientos con la Policía, que aumentaron tras conocerse la noticia de que el encuentro se suspendía.
De esta forma, se había pautado postergar el partido para el día siguiente, domingo 25 de noviembre, y miles de simpatizantes se acercaron al estadio otra vez para ver lo que muchos calificaron como la ‘Final del Siglo’, o el encuentro más importante del mundo. La Conmebol y los presidentes de ambos clubes se habían comprometido a hacerlo, firmando un documento en conjunto. No obstante, por sentirse perjudicado a nivel deportivo, finalmente se optó por cancelar el encuentro e incluso Boca elevó un reclamo formal ante el Tribunal de Disciplina.