Repensemos el sindicalismo en El Salvador

(Por: José Noé Torres Hernández)

Existe la necesidad importante de repensar el papel del sindicalismo salvadoreño. La mayoría de sindicatos han dejado los principios fundamentales que debe asumir el trabajador para mejorar su propia situación o cambiar la realidad existente. Los trabajadores «no tienen nada que perder y mucho que ganar». Me refiero al trabajador auténtico, no así; a muchos directivos sindicalistas que piensan y actúan sin consecuencia porque tienen “miedo a la libertad (Paulo Freire)” o de perder las finanzas lograda con la cuota sindical que aportan los trabajadores voluntariamente o arrancada con mentiras.

Dirigentes sindicalistas economicistas que dejaron a un lado los valores y principios, aspecto determinante para mantener la amarga situación que sufren los trabajadores y el pueblo. Es importante que los sindicatos logren los Contratos Colectivos de los Trabajadores pero es incorrecto que vegeten en ello sin dar el salto para trabajar en su papel histórico. El 31 de octubre de 1989 con lujo de TERRORISMO ESTATAL fueron asesinados verdaderos sindicalistas que deben honrarse no con discursos o palabrerío barato y mentiroso, ni alegrarnos por el hecho de que los jefes de los asesinos otorguen nominaciones del día del sindicalismo, no compañeros; deben honrarse continuando su lucha consecuente, de lo contrario estaremos haciendo sindicalismo mafioso, perverso que vejeta en círculos concéntricos exigiendo contratos colectivos onerosos u otros beneficios sociales y el colmo, a instituciones públicas que no tienen producción ninguna, solamente gastos.

Nombre, repensemos el papel del sindicalismo transformándolo en revolucionario para lo cual cada directivo sindical tiene que hacer cambios en su forma de pensar y actuar, tiene que asumir el valor de la verdad y practicarla como principio, desechar el individualismo, el liberalismo, el expontaneismo, el economicismo y asumir el trabajo de lucha de clases hacia la conquista de la sociedad del bien común y la justicia social. Sabemos que la lucha sindical debe realizarse en su forma inmediata y en la fundamental para ser consecuente.

Los trabajadores hoy por hoy tienen encima el sistema de pensiones privatizado que explota sus propias vidas, un negocio o la estafa abusiva del poder económico que recién fue revalidado con las reformas a la ley SAP, con la voluntad de 74 diputados y con la anuencia de ciertos líderes sindicalistas que actuaron sin sonrojarse. La verdad estimado lector es que el Decreto 787 de fecha 28 de septiembre del 2017 que contiene las reformas a la ley SAP, es nocivo para los trabajadores y gratificante para las AFPs, ya que continúan en el negocio que les da ganancias absolutas.
Una seria obligación es trabajar para sepultar esa situación agiotista o de estafa a la clase trabajadora y reivindicar el Sistema Previsional Público y Solidario, lo cual solo sería posible si se repiensa el sindicalismo salvadoreño poniendo a la base la Unidad Sindical con principios, rechazar la atomicidad en los sindicatos o gremios y construir un Frente Común de Masas tipo Bloque Popular Revolucionario con dirigencia obrera y consecuente.

La realidad en El Salvador nos dice, que el poder económico y político imperante es deshumanizado, impositivo, cruel que actúa fuera del Marco Legal, la ley SAP es inconstitucional y asustémonos, el Sistema Público Solidario o de reparto es Constitucional, leamos: La Constitución de la República en su Art.- 50 dice: “La seguridad social constituye un servicio público de carácter obligatorio” “Al pago de la seguridad social contribuirán los patronos, los trabajadores y el Estado en la forma y cuantía que determine la ley” Y el Art, 52 dice: “Los derechos consagrados a favor de los trabajadores son irrenunciables” Señores Diputados solamente tienen que cumplir la ley.

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