El expresidente Antonio Saca fue condenado a 10 años de cárcel por los delitos de peculado y lavado de dinero durante su mandato (2004-2009).
En una sentencia sin precedentes contra un antiguo jefe de Estado, el Juzgado Segundo de Sentencia confirmó la pena negociada por Saca con la Fiscalía General de la República a cambio de confesar y someterse a un juicio abreviado.
Las audiencias contra el también expresidente del derechista partido Arena duraron 17 días, y junto a Saca fueron condenados seis de sus colaboradores, todos con altos cargos en Casa Presidencial.
Los acusados fueron encontrados culpables de desviar 301 millones de dólares de fondos públicos a cuentas privadas, empresariales y las arcas de Arena, formación que intenta desligarse del robo.
Saca es el primer expresidente enjuiciado y condenado por corrupción en El Salvador, pues su predecesor, el también arenero Francisco Flores, murió cuando era procesado por el desfalco de una millonaria ayuda humanitaria de Taiwán.