En un hecho sin precedente, el pasado 9 de julio los ex Testigos de Jehová en México salieron a las calles para exigir un alto a los supuestos abusos que comete esta organización religiosa. La convocatoria fue hecha a través de las redes sociodigitales con el lema: “Protesta Pacífica a Betel México”
Por: Josué Emmanuel Barrios Vázquez
Alrededor de las 11 de la mañana, unas 40 personas vestidas con playeras blancas con el logo JW caminaron frente a las instalaciones Betel (centro operativo de los Testigos de Jehová en México) portando letreros que aludían a las arbitrariedades realizadas por el grupo religioso. A la cita acudieron periodistas, investigadores, académicos y el Canal 6 que cubrió la nota.
Los letreros que portaban los ex miembros traían mensajes como: “ya no más abusos sexuales a infantes”, “JW basta ya”, “Todo lo que creí no existe”, “No al adoctrinamiento de niños y jóvenes”, “alto a tu paraíso de pedófilos”, “echaron a perder mi niñez”, “Testigos de Jehová ocultan el abuso sexual”, “secta de alto control mental”, “la JW una secta homofóbica”, “La religión verdadera no adora a 8 hombres”, etc.
Algo notable de la marcha fue su pacificidad. En todo el recorrido no hubo desmán alguno que pudiera alterar el orden. Algunas patrullas de seguridad pública locales seguían al contingente. Curiosamente los Testigos de Jehová que habitan el complejo no salieron a confrontar a los manifestantes. Incluso por momentos daba la impresión que las instalaciones estaban abandonadas. No obstante, algunos transeúntes los miraban con curiosidad y extrañeza.
Los reclamos hechos por los ex miembros no son nada nuevo. En una investigación reciente se pudo constatar, de cómo a través de las redes sociodigitales los ex miembros se organizaban para evidenciar y difundir estos abusos. La red de Facebook es la más usada. Me dí a la tarea de entrevistar a más de 20 ex miembros para conocer de manera profunda los reclamos.
De manera notoria los ex Testigos reclamaban de cómo esta organización estaba desestructurando familias debido a su política de “ley de hielo” sobre el trato a personas disidentes del grupo religioso. Además de señalarla como violadora de Derechos Humanos al desposeer a sus miembros de derechos básicos como la salud, educación, libertad de culto etc. La prohibición del uso de sangre en pacientes Testigos es un hecho muy polémico.
Con los testimonios recopilados se pudo demostrar que esta organización religiosa poseía características voraces que actuaban en sus miembros para poder obtener la lealtad y adhesión total de los mismos. Sus mecanismos coercitivos de alto control eran útiles para estos fines. Se identificó que estas características del grupo religioso provocaban la salida de miembros de sus filas. Al salir muchos de ellos se agrupaban en las redes sociodigitales haciendo activismo o simplemente ayudando emocionalmente a quienes también habían abandonado al grupo religioso. La presencia de los ex Testigos es notable en Internet.
Hoy, los ex miembros han traspasado el ciberespacio, han logrado consolidar su movimiento en contra de esta organización religiosa. Incluso algunos realizaron transmisiones en vivo por canales de YouTube. Durante la marcha, mediante un megáfono, fueron hablando de sus experiencias y del daño que les había hecho la organización. A su paso fueron dejando sus letreros, así como propaganda titulada “NO callaremos lo que vivimos”. Incluso promovieron un canal en YouTube llamado “Destruyendo algoritmos”.
De acuerdo con algunos testimonios recopilados durante la marcha, los ex miembros hacían notar que era un buen inicio y que estaban decididos a continuar con el movimiento. En su perspectiva, era necesario que el pueblo de México supiera que es lo que realmente hace esta organización religiosa con sus miembros y de qué manera trata a los que deciden irse del grupo religioso. La “verdad” sobre el grupo está en su agenda. Veremos más adelante hasta dónde llegan los ex miembros con su organización, por el momento, han logrado de manera definitiva evidenciar un aspecto polémico y complejo del campo religioso en México.
*CONACYT/ UIEP – México
